Al llegar a Osorno, el paisaje que bordea la Ruta 5, que normalmente está dominado por praderas verdes y frondosas a ambos lados, hoy se mezcla con tonos amarillos.

El déficit de precipitaciones en torno al 40% que registró la Región de Los Lagos durante 2021 se ha visto acentuado por la falta de lluvias durante la primavera y los primeros dos meses de este año, generando pérdidas para la ganadería y los cultivos anuales de la zona, que en gran parte dependen de las lluvias.

De hecho, en abril del año pasado, en forma inédita para la X Región, el Gobierno decretó a todas las comunas como zonas de escasez hídrica –lo que se renovó en octubre y se mantendrá al menos hasta abril de este año–, algo que solo se había fijado una vez antes para dos comunas de la provincia de Chiloé, en 2017, dando cuenta de la magnitud de la sequía en el sur.

El Ministerio de Agricultura, en tanto, decretó zona de emergencia agrícola para toda la región en abril, para apoyar principalmente a los pequeños productores a través de recursos adicionales para Indap.

‘La magnitud del problema se ha acrecentado muchísimo este año y está relevando algo que podría continuar o repetirse debido al contexto de cambio climático. Es una situación urgente para una zona que, como históricamente había tenido lluvias en el verano, no tiene el nivel de infraestructura ni organización de otras cuencas, lo que ha llevado a un aumento en uso de las aguas subterráneas y la instalación de riego, pero sin un manejo de cuencas detrás, lo que es peligroso porque puede llevar a una sobrexplotación de los recursos’, advierte Pilar Barría, experta en hidrología y profesora de la Universidad de Los Lagos y de la Universidad de Chile.

En el caso de las aguas subterráneas, según los datos de la Dirección General de Aguas (DGA), de los 46 sectores hidrogeológicos de aprovechamiento común (SHAC) que existen en la región, los acuíferos asociados a los ríos Bueno, Rahue y Maullín tienen un volumen muy bajo de agua disponible para entregar a través de derechos de aprovechamiento, que no supera el 5% (ver infografía), lo que de acuerdo con algunos especialistas podría significar que estén agotados.

Avanzar en riego

Eduardo Schwerter es productor de leche en la comuna de Puerto Varas y dice que, por estos días, ve las praderas de su campo secas, ya que no cuenta con riego tecnificado.

La productividad de sus vacas ha disminuido al no contar con pasto verde, ya que la base de alimentación de sus animales son las praderas, y este año ha tenido que comenzar a darles el forraje que comenzaba a usar en mayo.

‘Las pérdidas o menor producción debido a los meses de sequía son de entre 25% a 30% respecto de un año normal, y a eso se suma un aumento de costos al tener que suplementar antes de tiempo’, explica Schwerter, quien preside la organización gremial Agrollanquihue, y añade que la falta de lluvias durante la primavera también afectó los rendimientos de los pastos que se guardan para el invierno.

Si bien reconoce que la instalación de riego es una herramienta que ha estudiado y le interesa, asegura que las inversiones son muy altas y no están al alcance de todos, aunque estudios realizados en la zona sur muestran que contar con riego puede significar una diferencia de entre tres a cinco toneladas más de producción de materia seca por hectárea.

‘Aún es muy bajo el porcentaje de riego que existe en la región y eso afecta la productividad, por lo que es importante mirarlo como una herramienta necesaria, pero nos falta apoyo financiero y administrativo, ya que obtener derechos de agua o desarrollar microembalses en los predios hoy es muy engorroso’, asegura Eduardo Schwerter.

Durante el año pasado, la Comisión Nacional de Riego (CNR) destinó poco más de $2 mil millones para bonificar proyectos de tecnificación en la Región de Los Lagos, lo que corresponde al 1,75% del total nacional.

Si bien el interés de los productores para instalar riego es creciente, también tienen dudas sobre la seguridad que van a tener a futuro de contar con recursos hídricos, especialmente en las cuencas donde hay más demanda por solicitar derechos de aguas subterráneas.’Recibo muchas consultas de empresas y fondos de inversión interesados por invertir en distintos proyectos en la zona sur y todas sus preguntas son orientadas a la seguridad de contar con el recurso hídrico’, asegura Claudia Pizarro, gerente de la consultora Improve y una de las principales asesoras de proyectos de riego de Los Lagos.

En ese sentido, plantea que lo más urgente es que a nivel nacional se determine un plan estratégico para el agua, junto con una institucionalidad autónoma, que permita tomar decisiones de corto, mediano y largo plazo para los recursos hídricos de cada región.

‘Los decretos de escasez hídrica permiten tomar medidas fuera de las que establece el Código de Aguas para enfrentar la emergencia de la sequía, pero como se van prorrogando, terminan siendo una solución parche para no resolver los problemas de fondo y desincentivan el realizar las inversiones necesarias para adaptarnos al cambio climático, que son de largo plazo’, plantea.

Más información

Si bien la DGA tiene la información de cuáles son los volúmenes de agua otorgados a través de los derechos de aprovechamiento subterráneos, hasta ahora no existe información real de la cantidad que extrae cada usuario y, en consecuencia, de cada acuífero, lo que también ocurre en otras regiones del país y se percibe como uno de los puntos débiles para mejorar la gestión.

‘El primer estudio de Planes Estratégicos de Gestión Hídrica de la Región de Los Lagos corresponde a la cuenca del río Bueno y se encuentra en revisión, y su diagnóstico señala que hay brechas de información, porque no ha comenzado a implementarse el monitoreo de extracción efectiva’, afirman desde la Dirección General de Aguas.

Otro de los riesgos que existiría en la entrega de derechos para los acuíferos subterráneos es que la disponibilidad se calcula en base a los datos históricos y no en base a las proyecciones de cuánta agua tendrán en el futuro, que podría ser menor.

‘Según las mismas proyecciones de la DGA, en algunas zonas los caudales de verano deberían disminuir alrededor de 29%, pero hoy ya existe un volumen de agua otorgado que es mayor a ese total, lo que quiere decir que se están entregando más derechos de los que la cuenca va a ser capaz de proveer de acuerdo con las proyecciones de cambio climático’, explica Pilar Barría.

Por otro lado, el eventual decreto de zona de restricción que se tramitaría para el río Bueno, que impedirá otorgar nuevos derechos de aprovechamiento subterráneos permanentes en esa cuenca, podría permitir que se genere un mercado de compra y venta de los derechos que no están siendo utilizados.

‘Una de las razones del agotamiento del acuífero del río Bueno es que los usuarios pidieron más derechos de los que necesitaban, por lo que algunos están sobredimensionados y ahora van a poder arrendarlos o venderlos’, explica el abogado Jaime García, especialista en recursos hídricos y gerente de Asesorías Trayenko.

Organización de usuarios

La administración y distribución de las aguas superficiales entre quienes tienen derechos de aprovechamiento está en manos de las juntas de vigilancia de cada cuenca, que los mismos usuarios forman para gestionar el recurso hídrico y, en los últimos años, buena parte de ellas genera información en tiempo real sobre las extracciones, mejorando también la transparencia.

Este tipo de organizaciones no son tan conocidas en la zona sur, ya que tradicionalmente no necesitaban utilizar agua de los ríos, por lo que en la Región de Los Lagos no existe una junta de vigilancia o comunidad de usuarios de aguas constituida formalmente y es percibido como una tarea pendiente. De hecho, la junta de vigilancia más austral del país está en Malleco, en la Región de La Araucanía.

‘La DGA tiene una unidad que entre sus funciones está dar las facilidades para que se formen este tipo de organizaciones y dentro de sus planes debería estar incentivar esto en la Región de Los Lagos, en respuesta al riesgo de escasez que enfrenta’, plantea Jaime García.

Los gremios del sector agrícola han analizado la idea de promover este tipo de organizaciones, como hacer un plan piloto para formar una comunidad de usuarios de aguas subterráneas en la región, aunque no lo han concretado.

‘Como gremio estamos interesados en avanzar en la autorregulación y contar con más información sobre el uso del agua para utilizar bien el recurso y no agotarlo. Estamos trabajando en eso, pero echamos de menos una instancia de diálogo público-privada, como una Mesa Hídrica de la región que sea permanente, no donde luego de dos o tres años con una pluviometría normal esto se olvide’, plantea Christian Arntz, director ejecutivo de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago).

También están analizando cómo impulsar la formación de organizaciones de usuarios, aunque se han encontrado con algunos limitantes para concretarlo, especialmente en el caso de las aguas subterráneas.

‘Dentro del trabajo de articulación público privado nos fuimos dando cuenta de que su desarrollo y ejecución tiene ciertas complejidades, entre ellas la definición del subacuífero, el catastro de los pozos que no están inscritos y considerar que estos organismos reúnen a actores de distintos sectores y usos del agua, por lo que debemos seguir analizando la forma de lograrlo’, explica Alejandra Viedma, coordinadora del área de producción primaria del Consorcio Lechero.

Con la idea de generar un modelo de gestión para la cuenca del lago Llanquihue, en la Universidad San Sebastián llevan adelante desde hace cinco años el programa Más Azul, que entre sus proyectos tiene la creación de la plataforma virtual Conecta Cuenca, una especie de red social para que puedan interactuar quienes están involucrados en el desarrollo sostenible del lago y se lanzará este año.

‘Queremos propiciar la ejecución y la sinergia entre proyectos e iniciativas, para que todos se puedan conectar, ya que hay muchos proyectos interesantes, pero aislados’, dice Alberto Fernández, líder del programa Más Azul, donde también desarrollan proyectos para medir la calidad de las aguas del lago y promover la educación ambiental.

Crear infraestructura

A diferencia de la sequía que afecta a la zona norte y central, en el sur cuentan con un alto volumen de precipitaciones durante el año, solo que más concentrados en algunos meses, por lo que una de las soluciones más atractivas para los productores de la zona es crear obras de acumulación de agua para usarla en el verano, como embalses y obras pequeñas en los campos, algo que hasta ahora casi no existe.

‘Sin causar ningún daño ecológico, en la región podríamos aprovechar un gran volumen de agua que hoy se va al mar con niveles razonables que se puedan embalsar y se destinen a la producción de alimentos, algo que se puede hacer con embalses grandes y también con tranques prediales de menor tamaño, pero son inversiones que requieren el apoyo del Estado’, afirma Eduardo Schwerter.

Por su parte, Christian Arntz plantea la opción de aprovechar la geografía local y usar los lagos como obras de acumulación reguladas, usando tecnologías ya existentes.

‘Con una tecnología que hoy está disponible y es de bajo costo, que son las represas inflables, se podría manejar el nivel del lago y, de esa manera, contar con uno de los embalses más grandes del país’, plantea, y agrega que también se deberían considerar inversiones en canalización para distribuir el agua.

Con la mirada puesta en la sustentabilidad, Pilar Barría propone que se deben promover los sistemas de riego eficientes, que permitan ahorrar agua y apoyar el uso de acumuladores de aguas lluvia entre los pequeños agricultores, para contar con una batería de diferentes soluciones.

‘No digo que no haya que regar, porque la vocación de estas cuencas es producir alimentos como leche y carne, pero esta es una oportunidad para pensar cómo hacerlo sin dejar al sector en una situación de vulnerabilidad y evitar el exceso de extracción de aguas que ha habido en otras regiones, que exacerba el problema y genera consecuencias negativas para todos. Aquí todavía estamos a tiempo para evitarlo’, resalta.

POTENCIAR LA INVESTIGACIÓN DE NUEVAS VARIEDADES

Más allá de cómo disponer de más agua, regar con mayor eficiencia o mejorar la organización de los usuarios del recurso hídrico, Christian Arntz plantea que para los agricultores también es clave desarrollar nuevas variedades de cultivos y pastos que sean más resistentes a la falta de agua.

“Existen ballicas y otras especies que permiten trabajar con un mayor estrés hídrico, algunas son nativas de Chile, pero no se han destinado los recursos necesarios a la investigación de esas especies ni se permite usar las herramientas de biotecnología para desarrollarlas. No acceder a esa tecnología es otro factor que nos obliga a usar más agua de la que podríamos necesitar para producir los mismos alimentos”, destaca.

DATOS CLAVE

30 comunas que conforman la Región de Los Lagos están declaradas como zona de escasez hídrica y permanecerán en esa condición al menos hasta abril de este año.
1,75% de las bonificaciones de la Comisión Nacional de Riego del año pasado se destinaron a la Región de Los Lagos, todos orientados a la tecnificación, beneficiando a 123 proyectos, por unos $2 mil millones.
Siete de los 46 sectores hidrogeológicos de aprovechamiento común (SHAC) que existen en la región tienen menos del 80% del volumen de agua disponible para solicitar derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas.

Paloma Díaz Abásolo-

Fuente: Revista del Campo El Mercurio

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