Lapido indicó que desde que asumió su gestión -en plena pandemia en abril- el Inale viene trabajando en distintos frentes “como el acceso a los mercados, que es una de las demandas de la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay, y lo que tiene que ver con cuotas, condiciones sanitarias y todos los requisitos necesarios para abrirlos. También estamos trabajando en cuanto a las relaciones laborales porque el sector lácteo tiene una gran conflictividad; en el sector primario con la red tecnológica sectorial, que es un paquete tecnológico que se está llevando a cabo hace cuatro o cinco años”, una alianza entre INIA, ANII, Universidad de la República, LATU, Inale y Conaprole.
“Con esto quiero trasmitir que existe un modelo de producción probado y exitoso, que ha sido adoptado por muchas personas, pero requiere dinero e inversión para subir los escalones de producción, a efectos de lograr más vacas por hectárea, más litros por hectárea y más sólidos por hectárea. Hay muchos productores que tienen posibilidades de acceder a eso y hay otro grupo de productores que, por la situación económica, por tamaño o por edad no está dispuesto a hacerlo o no lo puede hacer. A su vez, hay un grupo de productores que nos preocupa mucho porque, lamentablemente, va quedando por el camino. Como ya dije, en los últimos cinco años se perdieron 300 productores”, dijo Lapido ante los legisladores según consta en la versión taquigráfica.
En tanto, el coordinador Sammarco añadió que “la estrategia fundamental de esa reducción de costos de producción pasa por un cambio en la dieta animal, en la estructura de alimentación del rodeo lechero, con una incorporación mucho más importante de las pasturas al componente de la dieta, en detrimento de concentrados o reservas que son de mayor costo. En ese sentido, la red tecnológica sectorial está generando información y aportando elementos muy importantes para el cambio tecnológico que tienda a producir a menor costo y en forma sensiblemente más simple”.
Objetivos a 2024
El Inale, en su plan estratégico 2020-2024, que definió en octubre del año pasado y terminó de ajustar y modificar para presentar al Ministerio de Ganadería en julio de este año, definió seis objetivos sustantivos convergentes al aumento de la producción competitiva del sector lechero y aumento de las exportaciones lecheras. Actualmente, el sector factura alrededor de US$ 1.000 millones y en 2019 tuvo exportaciones por US$ 650 millones.
Los 6 objetivos sustantivos que el Inale se ha propuesto llevar adelante para contribuir con la mejora de la capacidad competitiva del sector son: la mejora de los accesos a mercados; la incorporación de tecnología de bajo costo de producción, la mejora de la eficiencia de la industria; el fortalecimiento del sistema de información; el esfuerzo vinculado con las transferencias de tecnologías de la investigación; y el compromiso ambiental, aspecto clave vinculado con el uso de los recursos naturales y también con el bienestar animal que hoy está siendo demandado por los mercados y por los clientes del exterior.
Caída en producción de quesos
En su exposición, Rostán advirtió Uruguay está produciendo un 20% menos de quesos que en el año 2014. “Hubo una caída muy significativa en la producción de quesos. Sin embargo, la remisión a nivel total se ha mantenido constante. Es decir que hay un cambio en la composición de la producción”, explicó.
“¿Por qué? Porque el producto más dinámico ha sido la leche en polvo. Ha habido una sustitución de menor volumen de producción de quesos hacia la leche en polvo, con la misma leche. Y en los últimos años ha habido inversiones en torres de secado de leche. Hay dos nuevos emprendimientos: Estancias del Lago y Alimentos Fray Bentos. Conaprole hace una torre de secado y ahora está terminando de hacer otra, también con la posibilidad de fabricar fórmulas infantiles”, explicó el economista del Inale.
Como los márgenes que da la leche en polvo son mejores que los de los quesos, las industrias que tienen la posibilidad producen un poco menos de volumen de queso y exportan más leche en polvo.
“¿Qué visualizamos en ese contexto? Que de cinco industrias que se dedican en particular a la producción de quesos, pero no producen leche en polvo, cuatro han caído significativamente en la remisión, o sea, la leche procesada. Ustedes vieron un ejemplo de ello con Calcar, que está procesando la misma leche que hace diez años cuando tenía una sola planta industrial; hoy tiene dos. ¿Por qué? Porque hay una competencia por la leche, y las empresas productoras de queso van perdiendo leche”, dijo Rostán a los legisladores.
Añadió que los márgenes que tienen de utilidad o los industriales “son muy escasos, dependiendo de la industria. O sea que es un negocio bastante complejo”.
El 60% de la leche que procesa Uruguay se seca, se destina a hacer leche en polvo y se exporta todo. El 25% es para producción de quesos. El 15% restante se divide en un 10% para la leche fluida en sus distintas categorías, y el 5% para todos los otros productos, como yogures. “Como es tan importante la producción de leche en polvo, hace que se muevan los precios”, explicó Rostán.