Que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico haya declarado el lobo en régimen de protección especial ha sido «nefasto» para el sector ganadero asturiano. Asociaciones y sindicatos agrarios, que dicen sentirse «indignados», anuncian acciones en los tribunales y también en la calle. Incluso proponían ayer «dejar de servir leche o carne» como medida de protesta.
«Los lobos ya matan delante de las casas. La decisión que han tomado no cabe en la cabeza de nadie», reprueba Ramón Artime, presdiente en Asturias de Asaja. Y añade: «Es una decisión ideológica, tomada en los despachos, por gente que no sabe de lo que habla ni ha pisado el territorio». La suya era una «indignación» compartida por todo el sector, que dice sentirse «desamparado» frente a la ministra Teresa Ribera.
Según Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG-Asturias, «ante esta situación, no vamos a quedarnos de brazos cruzados». Asegura que el futuro que se le presenta al sector «es tremendo» y reprocha a los grupos ecologistas que «distorsionen la realidad». Una realidad que «pone en peligro la ganadería asturiana. Ya no es solo el daño económico que se deriva de los ataques del lobo, es el sufrimiento que ocasionan a los animales».
De seguir así, «los que vamos a extinguirnos al final somos nosotros, no los lobos», advierte Anselmo García, de Asturias Ganadera. «No hay un censo fiable ni un estudio de las manadas que depredan y el plan de gestión del Principado nunca se cumple», prosigue. Por no hablar del cobro de las indemnizaciones, «que tarda años». Y concluye. «No pintamos nada para el Ministerio».