La pandemia ha generado efectos perjudiciales en términos de obesidad y sedentarismo especialmente en los niños y ancianos, y también ha tenido un efecto positivo por las comidas preparadas en casa, siendo los lácteos un aliado clave para una alimentación saludable y balanceada.

Según recientes declaraciones entregadas por diversos investigadores a nivel internacional, las consecuencias a la salud en la población general, pero especialmente en niños y ancianos, podrían ser muy graves derivados del sedentarismo y mala alimentación durante la pandemia. Por ejemplo, la Sociedad Española de la Obesidad informó que la mitad de los españoles confinados experimentaron un aumento de peso, donde 73% de la población dijo haber subido entre 1 y 3 kilos. En el caso de Chile, la situación de obesidad infantil ya venía en aumento desde antes de la pandemia, ya que según datos de un estudio realizado por Junaeb (Mapa Nutricional de Junaeb 2019) daba cuenta que más de la mitad de los escolares de Chile sufrían de obesidad o sobrepeso. Sin embargo, la situación de los niños en pandemia podría agravar las cifras de obesidad infantil principalmente por la falta de actividad física y por una alimentación desbalanceada, según Camila Corvalán, Directora del Centro de Investigación en Ambientes Alimentarios y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición (CIAPEC-INTA UChile).

Por otro lado, en el caso del segmento etario de la población correspondiente al adulto mayor, bajo la contingencia actual de pandemia ligada a una reducción de los ingresos, podrían tener una ingesta de alimentos menor a lo recomendado llevándolos a una situación de baja de peso. En ambos casos, tanto de exceso como de insuficiencia, los lácteos podrían cumplir un rol clave, ya que son ampliamente conocidas sus propiedades nutricionales, correspondiendo a uno de los alimentos más completos como una gran fuente de proteínas, ácidos grasos esenciales, minerales y vitaminas.

También se ha mencionado un efecto positivo en los hábitos alimenticios durante la pandemia, ya que en un grupo importante de hogares chilenos se ha vuelto a comer “comida preparada en el hogar”. Este fenómeno también fue mencionado por la directora del CIAPEC, resaltando el resurgimiento de las recetas tradicionales. Coincidentemente, la demanda de productos lácteos en Chile ha aumentado en la pandemia, lo cual podría estar explicado por este efecto positivo de volver “a las recetas y preparaciones de antaño”, en las cuales existía un mayor balance entre los grupos de alimentos.

Por lo tanto, desde el punto de vista de la salud y los hábitos alimenticios, la pandemia no ha tenido sólo efectos negativos, sino también consecuencias positivas. Lo importante sería extender este cambio de volver a preparar alimentos en casa a la mayoría de la población y así todos podrían beneficiarse de los efectos favorables para la salud de este cambio de hábitos y del consumo de lácteos.

Autor: Nicolás Pizarro Aránguiz, Médico Veterinario, Doctor en Ciencias Silvoagropecuarias, investigador en inocuidad alimentaria, Área Nacional Alimentos del Futuro, INIA Remehue.

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