Hace veinte años, solo unos pocos ganaderos apostaron por producir de forma más respetuosa con el medio ambiente, hoy en el Craega hay 96 profesionales certificados.
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Producir en ecológico es hoy una alternativa muy viable para los ganaderos gallegos. Y una opción que, los datos así lo demuestran, cada vez eligen más profesionales. Pero hace veinte años las cosas eran muy diferentes. «A xente dicía que estaba mal da cabeza», explica José Manuel Vázquez, uno de los primeros ganaderos que apostó por este sistema en su granja de Burgo de Negral. «Chamábante de tolo para arriba», añade Ana Corredoira, que vivió siendo una niña como sus padres sacaban adelante todo el proceso en la granja A Cernada . Estos primeros ganaderos tienen algo más en común, creían en el sistema, en que esa era la mejor forma de producir. «Nós tiñamos unha granxa en intensivo pero a miña filosofía estaba máis próxima á produción ecolóxica», añade Vázquez.

Según los datos del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica (Craega), en Galicia hay actualmente 96 granjas que operan según esta filosofía. La mayoría se ubican en las provincias de Lugo (54) y A Coruña (26). Amparados por esta denominación hay también 14 industrias, dos importadores y nueve empresas comercializadoras. La leche es el producto estrella del Craega, pues su facturación superó los 26 millones de euros el pasado año, lo que supone el 33 % de toda la facturación de esta entidad. El ejercicio pasado se cerró con un volumen de ventas certificadas superior a los 78 millones de euros. Pero es que, además, la producción de leche ecológica creció en más de un 40 % en un solo ejercicio. Estas cifras distan mucho de las que se registraban allá por el 2002, cuando comenzaron a operar las primeras granjas ecológicas. Entonces, el volumen de negocio apenas llegaba a los 900.000 euros. «Chegou un momento en que ou comprábamos máis cuota ou cambiábamos o sistema a ecolóxico. E Lactalis empezou a apostar tamén polo ecolóxico e demos o paso», cuenta Vázquez. Su granja fue la primera de la zona en hacer el cambio, «despóis sumáronse outras seis ou oito», añade. Este ganadero está encantado con el cambio. «Eu estou na miña salsa porque me gusta este plan», cuenta. Se refiere a nadar con las vacas por las fincas, cuidarlas y mimarlas. «Naquel momento pasamos de ter as vacas estabuladas a volver ao pastoreo e, aínda que hai concentración parcelaria, as fincas están bastante dispersas», cuenta. ¿Está satisfecho con el cambio? La respuesta es positiva. «Se houberamos seguido en intensivo agora teríamos unha granxa máis tecnificada e que precisara menos man de obra, pero para min o pastoreo non é inconveniente porque disfruto moito de levalas e traelas», sostiene. No se arrepiente de la decisión que tomó hace veinte años. «Volvería repetir. Hai que cumprir a normativa pero eu creo que aínda se pode ir máis aló, darlle unhavolta e facer a granxa máis sostible», insiste.

En el mismo sentido se manifiesta Ana Corredoira. En su caso, fueron sus padres los que apostaron por el cambio a ecológico. Lo hicieron tras vivir varias crisis, como la de las vacas locas. «Todo iso fixo que lle deran moitas voltas ao que estaban a facer», cuenta. Y apostaron por lo ecológico y por montar un pequeño obrador. De aquella recuerda que «era todo totalmente novedoso. Por ser algo tan residual era ata difícil atopar asesoramento. Foron os compañeiros os que lle foron dando as chaves para ir facendo camiño», explica. Emprender en ecológico no era tarea sencilla, pero el padre de Ana lo tenía claro: quería producir así y transformar y comercializar sus productos. Pero surgían dudas, «preguntábaste se ías atopar mercado». Con esos antecedentes creció ella. «Medrei nunha familia no que a granxa era a súa vida. Agora estou onde quero estar e seguindo coas súas premisas. Con ilusión e orgullo de ver como os meus pais se replantearon todo o seu traballo», añade. Quizás por todo eso ella no concibe una granja diferente, alejada de la producción en ecológico. Ahora, su empresa forma parte de la cooperativa As Vacas da Ulloa, con la mente puesta en sacar al mercado su propia leche. Son cuatro socias que aspiran «a poder seguir vivindo do noso». Eso sí, siempre produciendo en ecológico y, por supuesto, apostando por la investigación y el desarrollo. «Xa temos en mente novos produtos», concluye.

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