Las sucesivas lluvias en distintos puntos de zonas productoras, y la continuidad de problemas crónicos de la lechería no permiten la reacción productiva de las vacas, y por ende el mercado sigue subofertado.
A la vez, la exportación sigue firme y a pesar de que los precios no son de los mejores, en lo que va del año aumentó un 22% la venta de lácteos al exterior, de acuerdo a lo informado por Alejandro Sammartino, director de Lechería, en las Jornadas Lecheras Nacionales de Villa María.
El consumo interno sigue en baja
Repasando las góndolas, con el aumento de los precios de los lácteos y el desabastecimiento de las marcas más económicas en los supermercados, el consumo promedio de la leche cayó este primer bimestre del año hasta 183 litros anuales por habitante. Se trata del nivel más bajo de consumo desde 2003, cuando cada argentino consumió en promedio 179 litros, ya sea como leche fluida o en su equivalencia en productos lácteos.
Los datos surgen de un relevamiento que realizó el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) desde donde entienden que esta caída se da por varios factores: en primer lugar, la suba cerca de un 80% respecto de los primeros meses del año pasado luego de la devaluación de casi 100% registrada a lo largo del 2018. Pero también luego de una larga crisis de rentabilidad en la producción lechera, que fue muy semejante a la que se registraba en 2002 y repercutió en la oferta.
“La combinación de una menor producción de principios de año (-8,3% en el primer trimestre), la liquidación de stocks durante 2018, producto de los mayores niveles de exportación (+37% en toneladas) y la necesidad de hacer caja en el mercado doméstico, sumado a una baja en el consumo que recién se hizo importante a finales del año 2018 y principios de 2019, generaron obviamente un menor oferta doméstica”, explican desde OCLA.