El índice de los precios mundiales de los alimentos que elabora la FAO registró en septiembre un promedio de 97,9 puntos, es decir, un 2% más que en agosto y un 5% por encima del nivel registrado hace un año. Los precios mucho más firmes de los aceites vegetales y los cereales explican esta última subida, indica la FAO. Por el contrario, las cotizaciones de los productos lácteos se mantuvieron en general estables, mientras que los del azúcar y la carne descendieron respecto de sus niveles de agosto.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO fue el que más subió, con un 6% más respecto a agosto. Se situó en un promedio de 104,6 puntos en septiembre. Se trata del nivel más alto en ocho meses. Este nuevo aumento del índice se debió principalmente a la subida de las cotizaciones de los aceites de palma, girasol y soja. La FAO explica que “los precios internacionales del aceite de palma aumentaron significativamente por cuarto mes consecutivo, a consecuencia de la nueva demanda mundial de importaciones, así como de unas existencias menores de lo previsto en Malasia y de la incertidumbre relacionada con el ritmo de producción en Asia sudoriental en los próximos meses”.
En cuanto a los precios de los cereales, el índice se situó en septiembre en una media de 104 puntos, un 5,1% más que en agosto. “Los precios del trigo subieron marcadamente en septiembre debido a la enérgica actividad comercial en un contexto de creciente preocupación por las perspectivas sobre la producción en el hemisferio sur y las condiciones secas que afectaban negativamente a la siembra de trigo de invierno en muchas partes de Europa”, subraya la FAO. Además, los precios internacionales del maíz también experimentaron un notable aumento, en respuesta a los recortes en las perspectivas sobre la producción, especialmente en la Unión Europea.
Por el contrario, el índice de la FAO del azúcar registró un promedio de 79 puntos en septiembre, es decir, un 2,6% menos que en agosto. Según indica la FAO, “el descenso de los precios del azúcar fue fundamentalmente una reacción a las expectativas de un excedente de producción mundial de azúcar en la nueva campaña 2020/21”.
El índice de la FAO de la carne se situó en un promedio de 91,6 puntos en septiembre, un 0,9% menos respecto a agosto. En septiembre, los precios de la carne de porcino cayeron, en parte debido a la decisión de China de prohibir las importaciones de Alemania, después de que se detectaran casos de peste porcina africana entre jabalíes salvajes. Los precios de la carne de ovino también bajaron “debido a la gran cantidad de suministros estacionales procedentes de Australia”, indicó la organización.
Por último, el índice de los productos lácteos registró un promedio de 102,2 puntos en septiembre, prácticamente sin variación respecto del valor de agosto. Según indica la FAO, el índice se mantuvo más o menos estable ya que “los aumentos moderados en las cotizaciones de la mantequilla, el queso y la leche desnatada en polvo se vieron compensados por una caída en los precios de la leche entera en polvo”.