¿Estamos contribuyendo con el consumo de lácteos a una industria de explotación Infernal?
Hace un tiempo conversando con un Ingeniero sobre cómo algunos sectores trabajan para desprestigiar la producción agropecuaria, me recomendó leer a una activista que se manifiesta en contra del consumo de alimentos de origen animal. Escribe libros, da charlas y tiene mucha presencia en redes. Muy convincente si te agarra con pocos “recursos”. Una auténtica terrorista alimentaria. Además del asco visceral que muestra en general, me inquietó particularmente que hablara de “vacas preñadas sin descanso en tambos industriales del infierno” ¡Tremendo!
Cuando uno se siente interesado aplica un pensamiento crítico y saca conclusiones, capta nueva información cada vez que puede, y entiende que lo que lee puede ser impreciso, sesgado y hasta malicioso, pero el “común” que escucha lo que dice un influyente de este estilo lo toma como cierto: “lo dicen en un libro” y se transforma en verdad, en una mente, en dos, en cien, en masa.
Seguí mi camino, pregunté bastante y leí otro tanto, asistí a algunas charlas dadas por técnicos y veterinarios, y hoy puedo decir sin miedo a equivocarme, que el tambo es la actividad ganadera que con más rigurosidad observa las máximas del bienestar animal. Resulta que un rodeo incómodo, enfermo, mal nutrido o explotado no produce ni se reproduce en cantidad y calidad comercialmente viables. Porque SÍ, existe un estándar de calidad de la leche para que pueda ingresar al circuito comercial y contempla entre otras cosas, mínimos de carga bacteriana e inexistencia de residuos químicos.
Desde respetar el tranco de los animales camino a la sala de ordeñe, hasta los métodos y tiempos que aplica el operario, el proceso de extracción de la leche es casi un ritual que no puede sufrir alteraciones. Cualquier factor causante de estrés (ruidos, olores, hacinamiento, pisos resbaladizos, temor) hará que el organismo priorice otras funciones metabólicas y lo primero que se afectará será la productividad.
En Argentina una vaca pare promedio 2.5 veces en toda su vida en el tambo. Paren por primera vez alrededor de los 23 meses y gestan durante 9. Al nacimiento los terneritos son atendidos amorosamente, se les cura el ombligo como a cualquier bebé, se les da calostro y se les provee un espacio calentito. Viven en las guacheras los siguientes 2 meses con todos los cuidados nutricionales, sanitarios y confort necesarios. Continúan su vida en corrales o establos según el sistema de cada tambo. Los espacios deben estar limpios y mullidos, una vaca no descansa igual en cualquier superficie, debe estar muy cómoda porque si no también disminuye su capacidad de producción de leche.
Habiendo aprendido todas estas cosas podemos darnos cuenta que una vaca súper medicada o enferma no pasa la prueba, entonces el yogurt que estás tomando no está lleno de antibióticos ni es un cóctel hormonal. El consumo de lácteos es beneficiosos para los humanos de todas las edades, y no estás contribuyendo con él a una industria de explotación infernal.
La leche es fundamental en la dieta de las personas de cualquier edad. Aporta calcio que se absorbe con facilidad y es una importante fuente de proteínas de alto valor biológico que cubren las necesidades de aminoácidos, vitaminas (A, D y complejo B) y minerales (magnesio, potasio, zinc, fósforo). Por su gran variedad de nutrientes está especialmente indicada durante el embarazo y la lactancia, para el desarrollo de los bebés y los niños en etapa de crecimiento. También para los adultos. Es fuente de energía, fortalece los huesos previniendo la osteoporosis, regula la presión arterial y es altamente beneficiosa para la salud cardiovascular, además ayuda a reducir triglicéridos y colesterol.
¿Vos, ya tomaste tu vaso de leche hoy?
1° de Junio, Día Internacional de la Leche
APASIONAGRO ARGENTINA
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Valeria Guzmán Hamann
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