Expertos resaltan su mayor uso en Chile por ventajas nutricionales, eficiencia y aporte a la rentabilidad ganadera.
El consumo de maíz de silo en la alimentación animal está creciendo con fuerza en Chile, destacándose como un insumo estratégico para la producción lechera y cárnica. Este forraje permite aprovechar la planta completa, brindando altos valores energéticos y favoreciendo la eficiencia en los sistemas de engorde y ordeñe.
Técnicos y especialistas subrayan que el maíz de silo aporta fibra efectiva y almidón de alta digestibilidad, mejorando la salud ruminal y el rendimiento productivo de los animales. Gracias a su perfil nutricional equilibrado, resulta ideal para dietas balanceadas, disminuyendo la dependencia de concentrados más costosos.
Además de sus ventajas nutritivas, el maíz de silo contribuye a la estabilidad del suministro de forraje, reduciendo vulnerabilidades ante sequías u oscilaciones de precios en otros insumos. Esto lo convierte en una alternativa segura para planificar la alimentación del rodeo, sobre todo en explotaciones medianas y grandes.
La expansión de su uso ha impulsado inversiones en maquinarias de cosecha y sistemas de ensilado, modernizando procesos productivos y generando oportunidades para el sector agrícola proveedor de semillas y servicios. También se observan mejoras en la capacitación de los productores para optimizar la calidad del silo.
Con el maíz de silo como aliado, la cadena láctea chilena puede avanzar en sostenibilidad y competitividad, respondiendo a las demandas de eficiencia y bienestar animal. Este recurso forrajero se perfila como una herramienta fundamental para el futuro de la ganadería nacional.
Fuente: Diario Lechero