Desde mediados de 2022, la región ha estado marcada por diversas inestabilidades, y se puede decir que el punto de partida fue el conflicto entre Rusia y Ucrania, iniciado en febrero de este mismo año. Desde entonces, la región ha experimentado bloqueos portuarios, destrucción de infraestructuras, restricciones a la navegación, empeoramiento de la seguridad marítima y necesidad de desvíos de rutas, con la consecuencia de todos estos factores en el aumento de los costos logísticos de varias cadenas, como la energía, los automóviles, comida y otros.
Más recientemente, la inestabilidad en la región resurgió debido a los ataques de los hutíes a algunos barcos que pasaban por el canal. Los hutíes son un movimiento político que controla la mayor parte del territorio yemení, y según declaraciones del grupo, los ataques continuarán mientras continúe la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. Los hutíes han afirmado que sus ataques tienen como objetivo barcos vinculados a Israel, Estados Unidos o Gran Bretaña; sin embargo, muchos de los barcos atacados tienen poca o ninguna conexión con la guerra entre Israel y Hamás. Desde noviembre de 2023, el grupo se apoderó de un barco y hundió otros dos.
Ante esta dificultad en la región, los grandes países importadores han buscado otros socios comerciales para mantener sus suministros y evitar la ruta en cuestión. En el caso de los productos lácteos, esto es lo que ha ocurrido con países de Oriente Medio y el Norte de África, como Argelia, que es un importante importador de productos lácteos, siendo la región del Mar Rojo lo que dificulta, o incluso en algunos períodos imposibilita, por la llegada de productos lácteos de uno de sus principales proveedores globales, Nueva Zelanda.
De esta manera, se puede observar que Argelia vuelve a aumentar sus compras de leche entera industrial en polvo (LPI) a países como Argentina y Uruguay, como lo muestra el siguiente gráfico, presentado por Vitor Vieira, Commodity Trader del Grupo Interfood, durante el 17º Foro Mercado MilkPoint. El gráfico ilustra que las exportaciones de LPI de los dos países sudamericanos a Argelia pasaron del 21% en 2023 al 36% en el primer semestre de 2024.
Si bien Brasil sigue pagando valores por encima de los resultados de las subastas GDT por productos lácteos de estos países y, por lo tanto, sigue siendo preferencia en las ventas argentinas y uruguayas, este movimiento genera una señal de alerta, donde Argentina y Uruguay podrían terminar fortaleciendo sus relaciones comerciales con países fuera del Mercosur que vienen buscando más por sus productos lácteos.
En este escenario, queda la duda de cuándo los principales proveedores de lácteos brasileños (Argentina y Uruguay) bajarán sus precios para seguir vendiendo a Brasil, dado que otros compradores pueden resultar más competitivos en el futuro, algo que posiblemente cambiaría la situación y el escenario de las importaciones brasileñas y los precios en Brasil.
Fuente: OCLA del newsletter de MilkPoint.
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