De Córdoba a Nueva Zelanda sin escalas. La historia de Martín Rostagno viene resonando desde hace algún tiempo entre los medios dedicados al sector. Conocido como el joven ingeniero agrónomo que logró traspasar las fronteras y triunfar en uno de los países líderes en producción lechera, Rostagno compartió su historia con Agroempresario.com
En búsqueda de oportunidades
Una experiencia de mil pasos que comenzó con un solo paso. Una vez egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral y con un diplomado en agronegocios, Martín Rostagno se radicó en Nueva Zelanda (donde reside desde agosto de 2019) con el objetivo de perfeccionarse en producción lechera bajo sistema pastoril, una idea que surgió en los últimos años de la carrera cuando comenzó a conocer más sobre el sistema neozelandés a través de profesores formados en ese país.
Con la decisión tomada, Rostagno armó un plan de viaje que consistía en pasar varios años en el extranjero para capacitarse y adquirir nuevos conocimientos en lechería, irrigación y cultivos extensivos de última tecnología. En esta ‘hoja de ruta’, Nueva Zelanda se presentó como la primera parada donde pudo “aprender trabajando” y compensar la falta de práctica característica de muchas facultades de agronomía en Argentina.
“Lamentablemente, la falta de práctica es una de las falencias que tienen muchas universidades. Trabajando en Nueva Zelanda me di cuenta que en solamente una semana, o unos días, aprendí muchísimo más que leyendo un libro durante uno o dos meses. Si las universidades comenzaran a implementar convenios con empresas para sacar a los chicos más al campo, sería totalmente diferente”, expresó.
Desde noviembre de 2020 Rostagno se desempeña como Dairy Farm Manager en Willow Park, un tambo de Masterton (región de Wellington) con 850 vacas en ordeñe en 210 hectáreas ordeñadas a través de una ‘calesita’ de 40 bajadas, pista de alimentación y compost barn, pariciones bi estacionadas y un sistema 5 (pastoril con suplementación) bajo irrigación mediante pívot.
Sobre las claves del sistema neozelandés, el agrónomo hizo hincapié en cuatro pilares fundamentales: factor humano, manejo del pasto, cooperativismo e idiosincrasia.
“Lo primero que me llamó la atención fueron los días libres. Por ley, acá te obligan a tomar una hora de desayuno y de almuerzo”, recordó. En la misma línea, otro de los puntos destacados por Rostagno son las condiciones de vida de los trabajadores de los tambos, incluyendo viviendas del primer mundo, la conectividad y los accesos viales a casi todos los campos: “Las rutas llegan hasta la esquina o hasta la tranquera principal, las que no tienen ruta tienen ripio con excelente mantenimiento. Si tenés familia, el autobús escolar pasa por la esquina de tu casa”, relató.
En cuanto al segundo pilar, Rostagno aclaró que “en Nueva Zelanda la producción de leche es una consecuencia del manejo del pasto, el alimento más barato, sobre todo en la isla sur donde -por una cuestión de suelo y de condición climática- no se produce la cantidad de suplementos y subproductos producidos en Argentina, por tanto se produce poca leche pero a bajo costo”. Según el agrónomo, el manejo del pasto es una de las grandes falencias que tiene Argentina: “Hay muy poca gente que sabe manejar el pasto y se es muy ineficiente”, sentenció.
El cooperativismo, asociativismo y la transparencia del sistema son otros datos interesantes: “Acá todo se maneja por cooperativas. Sin ir más lejos, Fonterra es una de las cooperativas más grandes del mundo integrada por productores que son quienes toman las decisiones. Vos fijate cómo usan el sentido común, ¡quién mejor que el productor para saber qué es lo que necesita el campo!”, resaltó. Por otro lado, la información de cada establecimiento es pública ya que “todo el mundo sabe absolutamente todo y no se esconde nada”.
Respecto a la idiosincrasia, Rostagno hizo hincapié en la forma de trabajar y de pensar de los kiwis: “Una de las cosas que entendí cuando vine a Nueva Zelanda es porque es el país que es. Cuando vos ves cómo piensan y cómo actúan todo cobra sentido”, dijo.
A la hora de pensar en los próximos destinos para continuar con su perfeccionamiento, Rostagno le contó a Agroempresario.com cómo “craneó” su proyecto de vida para los próximos años.
“La idea de quedarme en Nueva Zelanda me gusta pero antes quisiera conocer otros sistemas: de Japón me interesa la reutilización de los recursos, el tema medioambiental, su tecnología y la cultura de la eficiencia. Son muy eficientes y su forma de ver las cosas es increíble”, mencionó. Por otro lado, destacó la tecnología y la producción de leche de punta en Israel; la combinación de sistemas en Irlanda junto al cultivo extensivo con última tecnología y genética de Estados Unidos.
En cuanto a un posible regreso al país, Rostagno dejó la puerta abierta: “Mi plan era estar 5 o 6 años afuera. En el mediano plazo si las condiciones cambian y mejoran puede ser que vuelva. Argentina tiene mucho potencial, ¡tenemos de todo! Cuando vos ves que los neozelandeses tienen pasturas de 10 años en suelos de 20 cm de profundidad y que son pura piedra con tambos en el medio de la montaña decís, ¿cómo puede ser? Estamos siendo muy ineficientes nosotros, podríamos hacer mejor las cosas”, manifestó.