Mastellone Hnos, la firma láctea que elabora y comercializa los productos de la marca La Serenísima, perdió $ 1470 millones en el primer trimestre de 2020, según informó la compañía a la Comisión Nacional de Valores (CNV), contra los $ 661,1 millones del año anterior.

En comparación al mismo período de 2019, duplicó la pérdida neta. Pasó de $ 691 millones en el primer trimestre del año pasado a $ 1236 millones en los primeros tres meses de 2020.
La empresa atribuyó sus pérdidas al complejo contexto macroeconómico y la imposibilidad de trasladar los aumentos de los costos a los precios debido al congelamiento de los valores establecidos en el programa Precios Cuidados. “Los resultados de la compañía estuvieron afectados por el comportamiento del consumo y el atraso de los precios de venta frente a la suba de los costos registrada desde el último incremento aplicado por la empresa”, sostuvo Mastellone en la nota que envió a la CNV.
“Los aumentos en los costos no pudieron ser compensados por nuestros precios de venta, los cuales se mantuvieron sin alteraciones desde noviembre del año pasado. Como corolario de esto, la Resolución N° 100 de la Secretaría de Comercio Interior de la Nación estableció como precios máximos de venta a los vigentes al día 6/03/20, lo cual complicó nuestras posibilidades de atenuar el impacto de los mayores costos del período”, explicó.
Antes de la cuarentena obligatoria por el coronavirus, la empresa había registrado una merma de sus ventas y, consecuentemente, de sus ingresos. “La continuidad en la retracción del consumo que el país ya venía desde el año anterior impactó en los volúmenes vendidos por la compañía durante gran parte del primer trimestre del 2020. Esta situación nos obligó a incrementar las bonificaciones puntuales a nuestros clientes, con los consecuentes impactos en nuestra rentabilidad”, según su balance trimestral presentado ante el organismo.
La mayor demanda durante el confinamiento le dio un “respiro”. “A partir de los efectos causados por la pandemia del Covid-19, entre ellos la implementación del aislamiento obligatorio, nuestras ventas tuvieron una importante recuperación, lo que nos permitió finalizar el trimestre con cifras casi equilibradas en volúmenes de venta en la comparación interanual, aunque no ocurrió lo mismo en términos de la rentabilidad”, aclaró la empresa.
Asimismo, por el lado de las exportaciones, la compañía registró un aumento en los volúmenes comercializados comparado al mismo período de 2019, debido al embarque de operaciones que habían sido acordadas sobre el fin del año anterior. Tuvo ingresos por $ 2.971,2 millones versus $ 1.696,2 millones del mismo lapso del año pasado. “Sin embargo, en materia de rentabilidad, el resultado fue radicalmente diferente”, sostiene el documento.
“La aplicación de un incremento en las retenciones impositivas calculadas sobre el valor FOB de nuestro principal producto de exportación (leche en polvo), más el efecto combinado de las restantes variables y los costos impactaron negativamente sobre la rentabilidad de este segmento de negocio”.
Así y todo, la compañía aumentó los volúmenes de leche cruda procesados, para garantizar su abastecimiento durante la emergencia sanitaria y “cumplir con los compromisos en materia de licitaciones del Gobierno Nacional y provincial”.
La caída del consumo, la contracción del mercado interno y el aumento del tipo de cambio habían impactado de lleno en el balance de la compañía, que cerró 2019 con un rojo de $ 50 millones. En un comunicado que emitió en marzo pasado, cuando dio a conocer sus resultados del año pasado, Mastellone explicó que las pérdidas se debieron a la recesión y las condiciones de la macroeconomía argentina, así como también a la caída del consumo de lácteos en el último año y la devaluación del peso.
Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la empresa tiene una participación del 12% en la compra de leches en el segmento local.
A comienzos de mayo, Arcor aumentó su participación en Mastellone y ya posee el 48,7% de sus acciones. La compañía de la familia Pagani tenía hasta entonces 47,3% de las acciones de la láctea. Con esta nueva adquisición, el “gigante de Arroyito” se acerca al tope máximo que prevee el acuerdo firmado con Mastellone en 2015, donde ambas pactaron que la alimenticia cordobesa podrá quedarse con el 49% del paquete accionario.

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