El sector de la leche de vaca en España está experimentando un retroceso en la producción, según los últimos datos que maneja la Administración, que ha detectado sendos recortes del 1,4% en marzo y del 2,3% en abril. El ajuste se debe fundamentalmente al incremento de los costes de producción, lo que lleva a que los ganaderos reduzcan las cabañas.
A la menor oferta se suma la subida de las cotizaciones en los mercados mundiales, por la mayor demanda y los recortes de producción de grandes potencias del sector como Australia, Nueva Zelanda o EE UU. Ambos factores han elevado las cotizaciones en el mercado español hasta una media de 0,44 euros por litro en origen (lo que perciben los ganaderos) y con perspectiva de que siga subiendo.
Esas subidas en origen se han trasladado poco a poco a los supermercados. Frente a importes por debajo de los 0,60 euros que exhibían varios grupos distribuidores hace meses, en la actualidad no hay leche en los lineales por debajo de 0,70 euros para productos de marca blanca. Los de fabricante rondan el euro.
Costes sin cubrir
Pero Rosario Arredondo, de COAG, lamenta que los precios en origen siguen sin cubrir los costes. Estos han crecido al encarecerse los piensos y la energía como consecuencia de la guerra de Ucrania. Para Román Santalla, de UPA, no se puede acusar a la leche de contribuir al proceso inflacionista. Ve la subida en los mercados como una respuesta con retraso para apoyar la sostenibilidad de una actividad que ha estado trabajando a pérdidas.
Desde la industria se lamenta el papel de los grandes grupos de la distribución para imponer precios para sus marcas, lo que pone entre las cuerdas la actividad de las empresas. Para el sector productor, esa política quienes la acaban pagando son los ganaderos si no se cumple la Ley de la Cadena Alimentaria, que obliga a pagar, como mínimo, los costes de producción.
Agricultura acaba de reforzar la normativa para el cumplimiento de los precios de coste en los contratos y ha comenzado a pagar los 169 millones previstos de ayudas directas a todos los sectores lácteos para compensar a los ganaderos de leche por la subida de los costes.
Una mala primavera
Normalmente, los meses de primavera eran escenario de un aumento de las producciones de leche y, a la vez, de una bajada de los precios en origen. Esta campaña ha sucedido todo lo contrario, después de que la cabaña en los últimos doce meses haya pasado de 830.00 a 802.000 vacas. Además de los precios insuficientes que se pagan en origen o el encarecimiento de los piensos, los buenos precios de la carne provocaron el destino de los animales con menos rendimientos al matadero.
España, con una producción media en las últimas campañas de 7,5 millones de toneladas, tiene una demanda global de productos lácteos de más de nueve millones de toneladas. Tradicionalmente es un país importador neto, que puntualmente compra leche líquida excedentaria a bajos precios, pero básicamente demanda quesos, unas 300.000 toneladas o el equivalente a 1,3 millones de toneladas de leche.