Durante el primer trimestre de 2022, las importaciones chinas de productos lácteos (fundamentalmente polvo y concentrados) llegaron a 940.000 t. Han subido con respecto a las del último trimestre de 2021 en un 12%, lo que podría parecer una mejoría en las compras chinas, pero no es así. China concentra la mayor parte de sus importaciones de lácteos en el primer trimestre de cada año, por lo que no es raro que sean mayores que las de finales del año anterior. No obstante, las de este año son una cifra peor que las de hace un año, ya que son un 26% más bajas, aunque siguen en un buen nivel y por encima de las del primer trimestre de 2020 y 2019, como puede verse en el gráfico adjunto:
Dado que la mayor compra de polvo que hace China, la realiza en el primer trimestre del año, es probable que haya una caída de las importaciones en los meses siguientes, lo que tendría repercusiones en el comercio internacional: menor demandan y por tanto, una mayor presión en los precios, según estiman desde la interprofesión británica AHDB.
De hecho, en el Global Dairy Trade (la subasta de productos lácteos industriales de Nueva Zelanda), cuyo índice de precios se toma como indicador del comercio mundial, se han registrado caídas del índice en las últimas 4 sesiones, que son quincenales. En la última sesión, celebrada el pasado 3 de mayo, el índice cayó en un 8,5%.
No obstante, para la AHDB, el impacto real en los precios dependerá del equilibrio entre la producción de leche en 2022 (que se prevé se mantenga sin aumentos o incluso baje, tras el incremento del 0,8% de 2021) y el grado en que China reduzca sus importaciones. En el gráfico adjunto puede verse la evolución de la producción.
