La industria láctea mexicana sumó un hito clave en materia de protección de origen y agregado de valor. El Queso de Bola de Ocosingo obtuvo oficialmente la Indicación Geográfica (IG), una figura legal que reconoce y protege productos cuya calidad, reputación y características están directamente vinculadas a su territorio y a un método de elaboración específico.
La declaratoria fue otorgada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y representa un blindaje jurídico para este queso tradicional de la selva chiapaneca. A partir de este reconocimiento, solo los productos elaborados en la región de Ocosingo, bajo estándares productivos definidos, podrán utilizar esa denominación.
Desde el punto de vista económico, la Indicación Geográfica funciona como una herramienta estratégica de agregación de valor, al diferenciar un producto artesanal frente a imitaciones o versiones genéricas. En el caso del Queso de Bola de Ocosingo, la protección alcanza tanto al nombre como al proceso productivo, caracterizado por una técnica de doble estructura: un interior de pasta blanda acidificada recubierto por una cáscara dura de queso madurado.
Esta combinación técnica, junto con las condiciones climáticas de la región, la alimentación del ganado y el saber hacer local, da origen a un perfil sensorial difícil de replicar fuera de su zona de origen. Con la IG, los productores locales podrán aspirar a mejores precios, fortalecer su posicionamiento comercial y acceder a mercados especializados que valoran la trazabilidad, la autenticidad y el origen.
La obtención del reconocimiento fue posible gracias al trabajo conjunto de organizaciones de productores, lo que pone en evidencia el rol del asociativismo como factor clave para la competitividad de las economías regionales. El nuevo estatus también implica la creación de un Consejo Regulador, encargado de supervisar el cumplimiento de los estándares de calidad, inocuidad y elaboración, impulsando la profesionalización de la cuenca lechera local.
El impacto del reconocimiento trasciende lo productivo. Al mejorar la rentabilidad y el prestigio del queso, la Indicación Geográfica contribuye al desarrollo rural, fomenta el arraigo en las comunidades y genera incentivos para que las nuevas generaciones permanezcan en la actividad ganadera y quesera. Además, se consolida como una herramienta de marketing territorial, vinculando la producción láctea con el turismo gastronómico, un segmento en crecimiento a nivel global.
Con este reconocimiento, el Queso de Bola de Ocosingo se suma al grupo de alimentos con identidad protegida y marca un precedente para otros quesos artesanales de América Latina. Para la industria láctea regional, el desafío ahora es capitalizar este logro, fortalecer la educación del consumidor y consolidar modelos productivos que combinen tradición, calidad y sostenibilidad.
Fuente: Alfaro Noticias
