Mientras los tamberos vienen alertando que atraviesan desde hace tiempo una crisis que se profundiza con el correr de los días, en el primer bimestre del presente año la producción de leche cruda registró una suba promedio del 5% interanual y un incremento del 16% anualizado en las exportaciones de lácteos.
Estos números obtenidos se computan de tambos que debieron adecuarse al incremento de hasta un 50% en los granos, vitales para el consumo de maíz y soja para las vacas, y el fuerte retraso que aún persiste para las industrias lácteas que vieron atados en la segunda parte del pasado año los valores en góndola a programas oficiales como Precios Cuidados y Precios Máximos.
Con una inflación anual superior al 40%, los valores de los lácteos solo se ajustaron en un 17%. Recién a finales de enero pasado, la industria láctea contó con el aval del gobierno de Alberto Fernández para ajustar los valores en las góndolas, aunque así y todo aún muestra un retraso significativo. Son cuestiones que aún pesan tanto sobre los establecimientos proveedores de materia prima como para las usinas lácteas, que tras ajustar en parte sus precios finales desde enero, deberán sentarse nuevamente con el gobierno a establecer nuevos precios máximos desde abril próximo.
Los datos oficiales a febrero difundidos por la Dirección Nacional de Lechería, reflejaron un aumento del 34% anual en el volumen exportado durante enero de 2021, con la venta al exterior de 44.781 toneladas, por un valor de USD 136 millones. Allí se debe tener en cuenta que los puertos en enero recibieron un exceso de envíos destinados al exterior, con carga que no pudo ser despachada durante la segunda parte de diciembre por el conflicto gremial que inmovilizó la operatoria portuaria principalmente desde navidad hasta la primera semana de enero pasado.
A febrero pasado, la producción de leche de vaca ascendió a 787,6 millones de litros, cifra que experimentó un incremento del 5,8% contra febrero de 2020.
Al evaluar estos números, Jorge Giraudo, director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), expresó a Infobae que “con una producción del segundo mes del 2020 de 787,6 millones de litros de leche, esto representa un 15,4% menos que en enero anterior, que tuvo tres días menos en su calendario. En el promedio diario, la caída fue del 6,4%, una merma que resulta normal y que se da todos los años: es habitual que dicha producción caiga de octubre a marzo/abril de cada año”.
“Sin embargo, en la comparación interanual creció un 2,1% contra febrero de 2020, un mes que tuvo 29 días. Allí se computa un crecimiento diario de 5,8%. Eso da un acumulado entre enero-febrero de 2021 contra igual lapso de 2020, de suba en la producción de un 5,1% interanual en el primer bimestre de este año. Esto se explica por un fenómeno inercial que esperábamos, ya que veníamos de muy buenos niveles de producción. Recordemos que la producción durante el 2020, creció un 7,4%, y veníamos con ese envión”, comentó Giraudo.
El especialista del OCLA indicó también que los precios para los productores de leche “comenzaron en noviembre de 2020 a superar la inflación y la devaluación del peso y empezaron así a tomar una tendencia positiva, pero no lo suficiente como para atender el impacto que tuvieron los tamberos por la suba del costo de los granos, como soja y maíz. Su incremento fue del 50%”, manifestó el director del Observatorio.
Además, agregó: “Otro factor para los tambos fue el tema alquileres, ya que el 50% de la superficie destinada a la producción de leche de vaca es alquilada, y normalmente el valor de las locaciones se ajustan por el precio del quintal de soja. Así, si sube mucho el precio del poroto de soja, también suben mucho los alquileres para los tambos”.
Con el conflicto en los puertos registrado a partir de las fiestas de fin de año, que inmovilizaron los buques en puerto, toda exportación, incluso la de los lácteos, debió pasarse para enero. Por ello, durante el primer mes del 2021 se registró un incremento del 36% en volumen de lácteos enviados al exterior, y también aumento en un 30% en sus valores, gracias a la fortaleza que reportó el precio internacional de los lácteos frente a la pandemia mundial.
Según consignó Jorge Giraudo, “en enero-febrero de 2021, las ventas externas están en un 16% más en toneladas enviadas al exterior y en un 10% más en dólares que el año pasado. Al mismo tiempo se registró un crecimiento del 5,1% en producción y también en un 16% en las exportaciones en el primer bimestre”.
CARBAP, preocupada por la crisis en la lechería
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) manifestó una vez más su profunda preocupación por el agravamiento de los problemas que enfrenta la producción de leche cruda, a través de un comunicado que tituló “Leche cortada”.
En este sentido, la Comisión de Lechería de CARBAP analizó con representantes de tamberos de las tres cuencas lecheras de la provincia de Buenos Aires, la grave situación actual de la producción de leche cruda, expresada reiteradamente en sendos comunicados y asambleas de productores, que se realizaron en las últimas semanas.
Al mencionar los principales problemas que enfrenta el sector, señaló la creciente carga fiscal, el aumento de costos muy por encima de los precios percibidos, ausencia total de financiamiento incluso para el más elemental capital de trabajo y el recrudecimiento de amenazas institucionales.
“El tambero es el eslabón más vulnerable de la cadena láctea porque no puede trasladar ningún aumento de costos, está obligado a entregar su producción cada día bajo la modalidad de compra venta oral sin precio cierto, y resulta directamente perjudicado por decisiones de los distintos niveles del estado y de la industria sobre los que no tiene manera alguna de influir”, explicaron los dirigentes de la Confederación.
Por último, desde la entidad que preside Horacio Salaverri señalaron: “Instamos a todos los involucrados atender esta situación antes de que el proceso de deterioro y achicamiento se torne irreversible, sobre todo para los tambos chicos y medianos que son la gran mayoría e impedir el desarraigo y atenuar la concentración en la actividad lechera”.