Además, el titular de Agricultura destacó que se cuenta con un laboratorio certificado para garantizar la calidad de los productos importados.

Pese a que una de las prioridades del gobierno del presidente Nayib Bukele es apoyar y fortalecer la producción de productos lácteos locales, las condiciones actuales de las plantas agrícolas no permitirían que el mercado nacional se abasteciera totalmente, lo que generaría un escasez, razón por la cual el Ministerio de Agricultura y Ganadería aún permite la importación de lácteos, los cuales son sometidos a estrictos controles de bioseguridad y salubridad en las fronteras, para garantizar la salud de los salvadoreños. “Ningún producto lácteo puede ingresar al país si no cumple con los requisitos establecidos”, señaló el ministro Pablo Salvador Anliker Infante.
El titular de Agricultura explicó que cada producto lácteo que es importado al país debe de cumplir con todos los requisitos de calidad establecidos en los controles fitosanitarios, contrario a lo que sucedía en el pasado, cuando era común observar productos lácteos en recipientes plásticos, con poca higiene.
“Ahora todo el producto debe venir empacado al vacío, refrigerados, también tiene que cumplir estándares de importación, como el uso de maquinaria industrial de alto nivel. Ya hemos tenido que regresar furgones por no cumplir estos requisitos”, explicó Pablo Anliker.
El titular de Agricultura resaltó que en los puestos fronterizos existen estrictos controles sanitarios que garantizan que los productos importados son de la más alta calidad. “Tenemos el laboratorio más certificado del país, nos acaban de entregar la certificación de OSA (Organismo Salvadoreño A, nadie puede desacreditar el trabajo del laboratorio”, enfatizó el ministro Anliker Infante.
El ministro de Agricultura detalló que por ahora la importación de productos lácteos es necesaria para generar estabilidad en los precios en el país, ya que el descuido al que fue sometido el sector ha provocado que plantas de producción estén en desuso o abandonadas.
“En la actualidad la producción salvadoreña no supliría en un 100%, a corto plazo la demanda de los salvadoreños, y cerrar la frontera a la importación solo provocaría una escasez de lácteos y un incremento desmesurado de los pecios”, indicó.
“Si cerramos la frontera a las importaciones vamos a causar una guerra comercial, porque no se cubriría la demanda local. Hay productos hechos en otros países que son para el consumo exclusivo de los salvadoreños. El queso morolique (duro blando), es nicaragüense pero ellos no lo consumen, lo hacen de manera directa para El Salvador, al igual que el quesillo”, mencionó el ministro.
Anliker Infante lamentó que el conflicto armado que sufrió el país en la década de los años 80, haya provocado que que muchos productores agrícolas se fueran del territorio nacional y que establecieran sus plantas en países vecinos. “Algunas inversiones en otros países como Nicaragua son salvadoreñas. Muchos empresarios se han quedado con la idea de que las condiciones para importar eran malas como antes, que se veían recipientes aún con líquidos. Ahora uno va a la frontera y se puede abrir cualquier furgón para ver la calidad de lo que se importa”, reiteró
El ministro de Agricultura también ha detallado que existe la necesidad de invertir para beneficio de los productores de lácteos salvadoreños, ya que actualmente algunas prácticas de producción no permite que se obtenga un producto de calidad. “Hay que invertir hasta para el ordeño limpio. Las personas en El Salvador no tienen la tecnología necesaria para tecnificar su trabajo. Algunos aún ordeñan a mano. Sacan leche calidad B y C que no la pueden vender a buen precio, como si lo es la leche tipo A. El Salvador es el lugar donde mejor se paga la leche”, recalcó el funcionario.

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