En ese departamento las cargas residuales de la producción son menores que las constatadas en otros departamentos en los que se produce leche, por sus sistemas de gestión de efluentes, tecnología que permite que las aguas residuales que se generan en los tambos no vayan directamente a los cursos de agua, sino que se almacenen y luego “vayan al campo con poder de fertilización”, explicó Juan Pablo Bergalli, gerente del área de Control y Desempeño Ambiental de la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Ambiente (MA).

Esos datos fueron compartidos en la presentación de los indicadores de la Huella Ambiental de la Ganadería, que hicieron los ministerios de Ambiente y de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Indicadores de impactos

Bergalli indicó que en el sector industrial ganadero el vertido de aguas residuales y la generación de residuos son dos de los aspectos ambientales más importantes.

En ese sentido, contó que en el caso de la industria frigorífica se generan 146.839 toneladas de residuos al año.

Además, en ese sector de la cadena cárnica se consumen 6.362.227 m³ de agua anualmente, lo que equivale al 24% de lo que se consume en la primera planta de celulosa instalada en el país (de UPM, en Fray Bentos).

Otro de los aspectos al que el experto llamó a prestar atención es la erosión del suelo que se causa por la producción ganadera: por año 24 millones de toneladas de suelo se pierden por erosión en los predios ganaderos, mencionó, señalando además que en la producción de ganados hay un promedio de 3.000 kilos de erosión por animal, detalló.

Analía Pereira

En la industria frigorífica se generan 146.839 toneladas de residuos al año.

Problemas climáticos del mundo

El titular del MGAP, Fernando Mattos, destacó en la apertura de la actividad que “los problemas climáticos del mundo no los genera la producción agropecuaria, los genera el humano”, y sostuvo que desde el gobierno se busca “generar valor ambiental” en la producción.

Hablando de impactos ambientales, la incidencia de los gases de efecto invernadero no escapó a la consideración.

El promedio nacional de generación de gases de efecto invernadero por kilo de carne bovina producida es 18,56 kg y por la carne ovina es de 18,41 kg, informó Felipe García, coordinador adjunto de proyecto en FAO Uruguay.

En el caso de la lechería, la “huella nacional” es de 989 gr de CO2/KG de leche producida.

Si se piensa en el proceso industrial, el promedio de emisiones de gases de efecto invernadero por kilo de carne faenada es de 9 gr, y de 2,7 gr en el caso de la leche industrializada.

Las emisiones cambian dependiendo la zona del país en la que se ubique la producción. En el norte, por ejemplo, se dan las mayores emisiones de estos gases, porque las condiciones del suelo permiten una producción “un poco menos eficiente y un poco menos rápida y por eso los animales terminan emitiendo más gases para producir la misma cantidad de carne”, detalló García.

Si las emisiones se miden por superficie de pastoreo, los resultados son diferentes: donde se dan más emisiones es en el litoral, el sur y el centro del país, donde se concentran más ganados por hectárea, indicó.

Pablo PORCIUNCULA / AFP

El promedio nacional de generación de gases de efecto invernadero por kilo de carne bovina producida es 18,56 kg.

En la actividad, en la que participaron autoridades de gobierno, entre ellos el presidente de la República Luis Lacalle Pou, se destacó que medir la huella ambiental de la producción ganadera permitirá tomar mejores decisiones al desarrollar políticas públicas.

El ministro de Ambiente, Adrián Peña, sostuvo: “El Uruguay necesita ser más rico, necesita generar más empleo y de mayor calidad y esto es para eso, para poder producir más, para poder vivir mejor, pero sin destruirnos, esto es muy importante para un país productor de alimentos”.