Empezando porque se nos suele olvidar que la leche es una fuente de hidratación, el nutricionista Luis Alberto Zamora señala la calidad nutricional de la leche con una gran frase: “No hay un vaso de nada que tenga tantos nutrientes como un vaso de leche”.
Apesar de no ser indispensable en una dieta equilibrada, los lácteos ofrecen una densidad de nutrientes excepcional. Los detractores del consumo de leche suelen decir que el hombre es el único animal que toma leche después de la lactancia y, contra esto, Luis Alberto Zamora responde que también somos los únicos que tomamos chipirones en su tinta, horchata o paella.
“El hombre es muy diferente en su alimentación al resto de los animales por su capacidad de cocinar y transformar los alimentos y por la mutación genética que sufrimos tras haber desarrollado la ganadería en la prehistoria”, explica en El método Z para comer bien (RocaEditorial). “¿Qué pasa si le ofreces leche a un perro o un gato? Muchos de ellos se la beberán, así que no somos el único animal que lo hace, pero sí el único que ha conseguido hacerlo y beneficiarse de sus nutrientes”, añade.
En su libro, el experto en nutrición dedica todo un capítulo a los lácteos para dejar claro que aún no siendo indispensables para una dieta equilibrada, “no hay un vaso de nada que tenga tantos nutrientes como un vaso de leche”, recuerda Luis Zamora. “Es una gran frase que he escuchado en mi carrera profesional”, explica antes de entrar en materia sobre los beneficios y contraindicaciones del consumo de lácteos.
POR QUÉ TOMAR LECHE
Te va a sonar repetitivo, pero muchas de las cosas que se dicen sobre la leche son reales. “Hemos oído mil veces que los lácteos son ricos en calcio y que son muy importantes para tener una buena salud ósea.
De la misma manera, el nutricionista habla del aporte de vitamina D que ofrecen los lácteos. “Esta vitamina que también podemos sintetizar gracias a la luz del sol sobre nuestra piel tiene funciones casi de hormona. Evidentemente no solo está en los lácteos, pero sí, por la frecuencia que históricamente hemos venido consumiéndolos, son una de las fuentes importantes”, puntualiza Luis Alberto Zamora.
Y añade un punto que ya destacó un reciente estudio de la Universidad St. Andrews de Escocia publicado en The American Journal of Clinical Nutrition que destaca la leche como la bebida más hidratante. “Se nos suele olvidar es que los lácteos también aportan agua.
Y mucha. Entre un 80 y un 87 % del vaso de leche es agua, algo que es importante para la hidratación del cuerpo. También contiene otras vitaminas hidrosolubles y sales minerales.
Por ejemplo, vitamina A y E, presente dentro de la grasa de la leche, o vitaminas como la B1, B2, B3, B6, la famosa B12, vitamina C, biotina o ácido fólico. Por otro lado, además de calcio, la leche es rica en potasio, fósforo, yodo, sodio, cloro, magnesio y zinc”, detalla Luis Alberto Zamora en El método Z para comer bien.
La lactosa es el azúcar natural presente en la leche y el principal responsable del matiz negativo que han tomado los lácteos en general y la leche en particular.
“Evidentemente, para las personas diagnosticadas (importante: diagnosticadas) de intolerancia o cuyo consumo esté desaconsejado por un médico, la recomendación es evitar su consumo y buscar productos sin lactosa. Pero para el resto de las personas, no está justificado evitarla”, explica Luis Alberto Zamora.
De hecho, está demostrado que cuando nos habituamos a consumir productos sin lactosa podemos llegar a generarnos una intolerancia que no existía.
“Y la lactosa no solo se encuentra en la leche, también en otros productos como en medicamentos”, puntualiza Luis Alberto Zamora añadiendo que, además de ser el combustible que aporta la leche (los carbohidratos de la leche), la lactosa también tiene efectos prebióticos sobre la flora intestinal, lo que contribuye a la correcta asimilación del calcio y el desarrollo neuronal en las primeras etapas de la vida, tal como indica el experto.