Con Pablo Isla nombrado presidente desde octubre, los accionistas esperan mayor dinamismo, estrategia más clara y mejoras tras caída de acciones.
Nestlé atraviesa una etapa clave de reestructuración jerárquica: tras la salida anticipada de Paul Bulcke como presidente y el despido del CEO Laurent Freixe, Pablo Isla asumirá como presidente a partir del 1 de octubre, medio año antes de lo previsto.
Los inversores están presionando porque la compañía trace una nueva hoja de ruta: hay expectativas de que Nestlé recupere ventas, enfoque su portafolio de marcas, mejore la eficiencia operativa y revitalice productos clave como KitKat y Nescafé.
La acción de la empresa ha caído más del 40 % desde 2022, generando preocupación entre quienes la consideran un actor tradicional en consumo masivo. Los nuevos líderes enfrentan el desafío de restaurar la confianza de los mercados financieros.
Isla, ex-CEO de Inditex, se convierte en el primer presidente externo en 25 años en Nestlé, y trabajará junto a Philipp Navratil, recientemente nombrado CEO, para impulsar el crecimiento orgánico, racionalizar las marcas menos rentables y modernizar procesos.
El cambio de liderazgo se da en un contexto de volatilidad: precios internacionales flotantes, expectativas de inflación, y demanda variable. Los inversores ven esto como una oportunidad para que Nestlé ajuste su estrategia global y retome impulso en áreas de crecimiento como alimentos saludables, bebidas, nutrición especializada y productos lácteos de valor agregado.
Fuente: Forbes