Nestlé anunció el miércoles sus planes de cese de operaciones en su fábrica de fórmulas lácteas infantiles en Irlanda por la fuerte caída en la tasa de natalidad de China.

El cierre de la planta Wyeth Nutrition de Askeaton, en Irlanda, está previsto para el primer trimestre de 2026 a menos que aparezca un comprador que lo rescate. Esta acción lustra las consecuencias de largo alcance que el descenso constante de la natalidad en China tiene para las empresas occidentales.

Esta fábrica irlandesa se dedica exclusivamente a la producción de preparados para lactantes destinados a los mercados asiáticos.

La decisión de Nestlé de poner fin a las operaciones de la fábrica ofrece nuevas perspectivas sobre las ramificaciones de la reputación demográfica de China en las empresas que tienen una presencia sustancial en el mercado del país más poblado del mundo.

El envejecimiento de la población en China está empezando a obstaculizar su progreso económico, lo que lleva a los responsables políticos a preocuparse por los posibles riesgos para la estabilidad económica y social duradera debido a la disminución de la mano de obra.

“El número de bebés recién nacidos en China ha disminuido drásticamente de unos 18 millones por año en 2016 a menos de 9 millones proyectados en 2023”, aseguró Nestlé en un comunicado.

El impacto de la decisión de Nestlé

La empresa aseguró que el mercado asiático, que anteriormente dependía de productos de fórmula infantil importados, también está experimentando un rápido crecimiento en productos de producción local

Nestlé también tiene previsto suprimir el centro de investigación y desarrollo de la fábrica un año antes de su cierre. Las operaciones de ambos centros se trasladarán a fábricas existentes en China y Suiza.

Los cierres inminentes dejan un total de 542 puestos de trabajo en la incertidumbre. Nestlé inició un “proceso de consulta” con su plantilla, al tiempo que se mantiene abierta a posibles compradores.

La multinacional suiza se enfrenta este año a un estancamiento de las ventas, debido a la subida de los precios de sus productos, entre ellos el café Nescafé y las barritas de chocolate KitKat.

Las acciones de la empresa cayeron más de un 2% tras el anuncio de un crecimiento de las ventas del 7,8% en los nueve primeros meses del año, por debajo de las previsiones de los analistas.

“El crecimiento se vio impulsado por los precios, ya que luchamos contra niveles de inflación históricos”, declaró el consejero delegado, Mark Schneider.

Por el contrario, las ventas totales experimentaron un ligero descenso del 0,4%, hasta 68.800 millones de francos suizos, alrededor de 76.600 millones de dólares.

En una actualización separada, Nestlé informó que las operaciones paralizadas en su fabrica de Israel como medida de seguridad ya fueron reactivadas.

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