“Esto es una apuesta a largo plazo, que implicó el trabajo con un equipo multidisciplinario que se involucró muy de cerca con tamberos argentinos. La leche orgánica tiene un enorme potencial no solo para el mercado local, sino también para la exportación”, aseguró Guillermo Fazio, director de Supply Chain Nestlé Argentina, Uruguay y Paraguay.
El trabajo consistió en reordenar el proceso productivo, de manera tal que las pasturas, concentrados y silaje consumido por las vacas esté libre de productos químicos, para posteriormente certificar a los tambos seleccionados como “orgánicos”. Parece fácil decirlo, pero no: es un trabajo sumamente complejo.
El objetivo para la primera mitad del 2021 es comenzar a recibir la leche orgánica certificada proveniente de los establecimientos para ser procesada en las seis plantas que Nestlé tiene en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Buenos Aires. Se espera que en la segunda mitad del año se pueda obtener el certificado de leche orgánica y esté así lista para salir al mercado.
“Estamos comprometidos con continuar desarrollando productos de valor agregado. Creemos que Nestlé tiene la fortaleza de poder conectar la demanda de los consumidores de diferentes partes del mundo con la oferta de países como el nuestro, en donde las condiciones de los recursos naturales y el conocimiento de los productores permite responder a estas exigencias”, agregó Fazio.
Los alimentos orgánicos certificados, en los cuales una cerificadora garantiza que fueron producidos sin uso de agroquímicos, son una tendencia incipiente en Sudamérica. Pero en Europea y EE.UU existen góndolas y hasta cadenas de supermercados dedicadas exclusivamente a comercializarlos.