Carlos Barragán, de Nestlé, subraya que la sostenibilidad en la industria láctea requiere más que rentabilidad: debe ser útil para la sociedad.
La industria láctea de Latinoamérica enfrenta un doble desafío: la necesidad de ser rentable y, al mismo tiempo, la de ser social y ambientalmente sostenible. En una entrevista con el diario El Tiempo, Carlos Barragán, directivo de Nestlé para la región, compartió su visión sobre cómo las empresas deben reinventarse para ser “útiles a la sociedad”. Su perspectiva se centra en la idea de que la sostenibilidad no es una opción, sino un pilar fundamental para el crecimiento a largo plazo.
El directivo de Nestlé destacó que la producción lechera en América Latina se enfrenta a retos específicos. Uno de ellos es el cambio climático, que se manifiesta en sequías más prolongadas e inundaciones más severas, afectando directamente los pastizales y la salud del ganado. Otro desafío es la necesidad de modernizar las prácticas agrícolas para ser más eficientes, tanto en el uso del agua como en la gestión de residuos, sin perder la conexión con las comunidades rurales.
Ante estos desafíos, Barragán detalló las iniciativas de Nestlé para impulsar una cadena de valor láctea más sostenible. La compañía ha implementado programas de capacitación para los productores lecheros en temas de nutrición animal, salud del suelo y uso eficiente de los recursos. Además, Nestlé promueve la adopción de tecnologías que permitan reducir la huella de carbono de las granjas, y trabaja en conjunto con los productores para desarrollar prácticas que aseguren la viabilidad económica y ambiental a largo plazo.
La visión de Nestlé va más allá de la rentabilidad financiera. La empresa entiende que su éxito está intrínsecamente ligado al bienestar de las comunidades agrícolas. Al invertir en la sostenibilidad de las granjas, la compañía no solo asegura un suministro de leche cruda de alta calidad, sino que también contribuye a la prosperidad de miles de familias. Esta filosofía de “crear valor compartido” busca construir una industria láctea que sea productiva, resiliente y que beneficie a toda la sociedad.
En conclusión, la entrevista con Carlos Barragán ofrece una hoja de ruta para el sector lácteo de la región. La sostenibilidad, en esta visión, no es una carga, sino una oportunidad para innovar, mejorar la eficiencia y fortalecer el vínculo con la sociedad. Al abordar de forma proactiva los desafíos ambientales y sociales, la producción lechera en Latinoamérica puede asegurar su crecimiento futuro y convertirse en un modelo de desarrollo sostenible a nivel mundial.
Fuente: El Tiempo