La Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe la firma de contratos con un precio que no cubra los costes de producción, sin embargo, UCCL denuncia que la industria impone el precio y al ganadero sólo le queda suscribirlo si quiere que le recojan la leche.
La capacidad negociadora del eslabón más débil de la cadena, el productor, es inexistente. “El sector propone y la industria dispone” señalan los ganaderos