Advierten que recién en mayo se verá el impacto del daño real de la sequía

La consultora Zorraquin+Meneses (Z+M) advierte en los apuntes mensuales para empresas que es el tercer informe consecutivo donde casi lo único que importa para el agro a cielo abierto es el clima. “Ha llovido en estos días en varias regiones, en algunas de forma insuficiente”, destacan.

Las heladas muestran ahora el enorme daño causado. Los pronósticos muestran un leve cambio de tendencia, pero con lluvias insuficientes. La primavera va terminando y el pasto que no se produjo ya no será. Los cultivos de invierno están jugados y mostrarán la primera cara visible de esta crisis climática con consecuencias financieras para el productor, macroeconómicas para el gobierno y sociales para la enorme red de personas que vive de estas cadenas de valor.

El otro impacto ya concretado es el atraso en la siembra de girasol, maíz y soja: “Esto genera no sólo un potencial menor rendimiento sino un atraso en la aparición de mercadería, lo cual tendrá un posible impacto sobre los precios de los granos entre marzo y mayo. La dimensión del daño sólo es comprendida por los que están cerca de los negocios”.

Las empresas agropecuarias están comenzando la cosecha de fina en algunas zonas, empieza a verse el daño de la combinación de sequía más helada. Mermas de rindes y mermas de calidades que serán distintas inclusive en el mismo lote o lotes cercanos.

Desde Z+M citan cierta “tensión” entre las compañías aseguradoras y los productores agropecuarios en el reconocimiento de daños por heladas. Empresas de insumos con dificultad de cumplir sus planes de venta y pensando cuánto de lo vendido habrá que refinanciar. Las empresas en general debaten el momento y monto de las actualizaciones de salarios a realizar en sus nóminas con una inflación pronosticada del 100% y retraso cambiario. El atraso en las siembras de gruesa, saca a los cultivos de la ventana “ideal”, lo que en definitiva compromete potencial de rinde.

Las economías regionales tabién están con pérdidas muy significativas, irreversibles y la producción de leche y carne “tocadas”.

“La merma general físico-productiva traerá como consecuencia un daño económico que tendrá su impacto o dimensión real en el mes de abril/mayo. Menor producción, menos todo, cosecha, transporte, embolsado, ventas, servicios, etc.”, remarcan desde Z+M.

“No hay real dimensión del daño actual y potencial y su correspondiente impacto en las economías locales, regionales y nacionales, sólo estamos viendo la punta del iceberg en formato mundialista”, señalan.

NEGOCIO AGRÍCOLA

Las sucesivas intervenciones parciales del Estado sobre los mercados locales (cuotas de exportación, fideicomisos, etc) a la cual se le agrega la medida del gobierno de permitir que los exportadores de trigo retrasen los embarques por 360 días, más la posibilidad en breve de un nuevo “dólar soja”, no hacen más que distorsionar el mercado local. Mientras que en el mercado internacional las noticias no son muy distintas a las de hace treinta días. Un mercado que se debate entre las consecuencias y las noticias del conflicto Rusia-Ucrania, los fundamentals y la desaceleración económica mundial. Todo lo anterior no hace más que complejizar el seguimiento y la toma de decisiones en la fijación de precios y venta de mercadería. Dentro de este esquema hay cultivos donde es más “fácil” o se poseen más herramientas para la toma de decisiones como el trigo, la soja y el maíz y otros más complejos como la cebada y el girasol. La recomendación sigue siendo la misma ante este panorama: altas posiciones de coberturas, flexibles, con bajo nivel de compromiso físico. Algunas empresas combinan la cobertura en el mercado local, con posiciones en el mercado externo (CBOT), pero por supuesto solamente para algunos granos.

NEGOCIO GANADERO

El precio del kilo vivo, en cualquier categoría, vale igual o menos que hace cuatro meses. En pesos tal cual y con una inflación que avanza a toda velocidad. Las razones ya las hemos enumerado en informes anteriores, pero aún persisten: más kilos ofertados (por mayor eficiencia y por la sequía), consumidor argentino sin capacidad de absorber aumentos relevantes (aunque la carne en mostrador ha aumentado), China y Europa con menores volúmenes importados, y sobre todo pagando precios mucho más bajos en dólares respecto al año pasado. Y este escenario se da con alimentos caros para suplementar y con menor producción forrajera en los campos. Un combo letal. Todo indica que en el corto plazo hay pocas señales que marquen un escenario diferente, salvo un potencial repunte en la demanda China. Esto está pegando también en el precio del ternero, ya que los engordadores no pueden absorber una relación flaco/gordo tan desfavorable. Es triste imaginar que en este escenario sigue habiendo impuestos a la exportación y que cuando los precios suban (porque van a subir) el gobierno se ocupará de señalar como culpable de la inflación a la carne. Agotador.

NEGOCIO LECHERO

El precio de la leche Siglea en octubre fue de 58,39 $/litro (818,44 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento del 75,5% respecto al año anterior. Sigue por debajo de la inflación, pero con una leve mejora en la tendencia de estos dos últimos meses. La producción de litros de leche en el período enero-octubre de este año es levemente superior a la del año pasado (+0,6%) lo que permite inferir que el productor tambero todavía considera que “se sale produciendo”. El mercado de exportación, aún con dificultades, ha aumentado un 7% las toneladas exportadas (leche en polvo y quesos a la cabeza) pero más de un 30% en valor. Este mercado externo absorbe cerca del 25% de la leche. El resto debe ser absorbido por un mercado interno bastante deprimido en su capacidad o voluntad de pago. Los costos de producción (alimentos, fertilizantes) se han sostenido en valores altos en dólares, erosionando la potencial rentabilidad. Hay que recordar que esta actividad es intensiva en mano de obra tanto a nivel de campo como de industria y servicios. Ya ha pasado en años anteriores que se cierren tambos en este tipo de coyunturas difíciles. Esta actividad necesita con urgencia, al igual que la mayoría, una reducción tanto de los impuestos distorsivos como de la presión fiscal.

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