En 2013, Roberto Cantoli y Gastón Luque hicieron un cambio en sus vidas. Los amigos, que habían abierto un bar en Punta del Este, cansados de ver cómo se desperdiciaba comida, adoptaron la filosofía vegana.
Pero en Buenos Aires no había variedad para su alimentación, por lo que decidieron encargar unas máquinas para producir ellos. Más allá del bar, no tenían experiencia en el rubro alimenticio: Cantoli venía del mundo financiero y Luque, de las relaciones públicas. Pero en 2016 se lanzaron a producir leche de soja que vendían en comercios del Barrio Chino.
Así nació Felices las vacas, el empresa de productos lácteos alternativos en el que invirtieron US$ 22.000 de ahorros. “La demanda nos llevó a aumentar la producción, comprar maquinas nuevas, profesionalizarnos y contratar ingenieros en alimentos”, explica Cantoli.
Dejaron la soja atrás y se enfocaron en la leche de almendras y castaña. Hoy la empresa tiene una cartera de 27 productos y proyecta terminar el año con 40. Todos veganos y libres de gluten (están en proceso de certificación), producen, además, yogures con frutas y cereales, smoothies con probióticos, quesos semiduros y cremosos y dulce de leche de almendras.
Este último, aseguran, es su producto estrella, y lo venden en formato tradicional o repostero, a $ 250 el kilo. “Nuestra idea es que todo lo que se puede consumir de una empresa láctea también lo pueda consumir un intolerante a la lactosa o un vegano”, proyectan desde su planta de producción en Villa Adelina, con 10 empleados.
Para ser una empresa vegana, explican que hay que cuidar que no haya explotación animal en los procesos y que ningún animal se vea afectado por la producción. Y aunque la tendencia crece, todavía hay desconocimiento y muchos piensan que comer vegano es antónimo de comer rico.
Cantoli y Luque son conscientes de esto y su desafío es lograr que sus fórmulas no solo cumplan con los estándares de calidad, sino que también sean tentadoras
para cualquier usuario. “Nuestra misión es desestigmatizar el veganismo como estilo de vida y darle al común de la gente productos ricos. Nuestro target no son solo los veganos, sino cualquier persona. Invito a que se saquen ese prejuicio”, amplía Cantoli.
Su producción, que ronda las 70.000 unidades mensuales, se consigue en dietéticas, almacenes y en Jumbo. Llegan a más de 600 puntos de venta a través de transportes refrigerados propios, ya que montaron en paralelo su empresa de distribución. Cantoli
explica: “Vimos que había un potencial mucho más grande, entonces, con otro grupo de amigos inversores, hicimos una empresa de transporte y distribuimos nuestra marca y otras que van por el mismo canal. Así pudimos penetrar más en el mercado”.
Con su capacidad productiva en el límite, este año comenzarán la mudanza a una nueva planta en Pacheco. Explican que el desafío más grande fue arrancar sin mucha información sobre el tema, sumado a lo difícil de dar con profesionales con experiencia en leches vegetales.
“Por eso fue mucho prueba y error”, reconocen los emprendedores que acaban de sacar dos productos nuevos: un queso cheddar untable y una mozzarella en hebras, para seguir creciendo, pero con vacas felices.
En cifras
Fundación: 2016
Facturación anual: $ 10 millones
Inversión inicial: US$ 22.000
Cantidad de empleados: 10