La empresa Noal SA es una láctea instalada en Villa María, sobre ruta 2, muy cerca del Río Ctalamochita, cuyo nombre remite a los socios, las familias Nossovicht (reconocida por ser la que ideó, fabricó y exportó al mundo, los reguladores Nosso, utilizados en automóviles), y la familia Allasia, que integra a productores y profesionales, también originaria de esta ciudad cordobesa.
En la actualidad, Luis Allasia es el presidente de la empresa, que procesa más de 900.000 litros de leche diarios y no cesa en la incorporación de tecnología y optimización de sus líneas de producción. Hace un par de años, la marca de sus productos pasó a ser Noalsa, integrando al nombre original, el formato jurídico de la compañía.
“Nuestra empresa se registró en 1993 y arranca a producir en 1995 en este mismo predio”, dice Allasia, sentado en su despacho con un plano del proyecto global, sobre la mesa.
Noal SA se construyó desde cero con una idea de trabajar 120.000 litros de leche diarios. “Se hizo un proyecto, se diseñó, se construyó, y en 1995 empezamos a producir. Previo a esto habíamos hecho experiencias en una planta alquilada bajo otra sociedad. Desde el momento cero yo participé del proyecto y en realidad fui un poco el fundador apoyado por las dos familias propietarias de Noal”, indicó el joven empresario.
La exportación es parte del ADN de NOAL
“Lo que hicimos fue partir de una capacidad que había de producción de leche propia, industrializarla y siempre pensando en productos de mercado interno: pasta blanda, duro y semiduro. Desde ese momento ya la planta se hizo pensando en tener instalaciones internacionales como para poder acceder a los mercados. En sus inicios arrancamos con elaboraciones de terceros, SanCor por ejemplo, eso nos ayudó a poner la planta en escala, volumen y pensar en otros tipos de estándares de fabricación. Y ahí en poco tiempo ya hicimos nuestra primera exportación de quesos semiduros (barra) a México. Obviamente con errores, todo fue experiencia que fuimos tomando y capitalizando, y desde ahí en más no paramos más en pensar en proyectos de exportación”.
En 2001, año crítico para el sector, Noal subió otro escalón. Hizo una ampliación de planta pensando en volumen y de ahí en más permanentemente se hicieron instalaciones según estándares europeos. “El último gran salto fue el que se hizo el año pasado que ya se puso en marcha una nueva línea automatizada, y obviamente que desde aquel momento en 1997 hasta la fecha permanentemente trabajamos en comercio exterior”, subraya Allasia y agrega: “Normalmente el objetivo de Noal es mantener el 50% de su venta en mercado exterior y el 50% en mercado interno. Obviamente tiene sus vaivenes, en los peores momentos hemos llegado a un 38% de facturación en exportación, en su momento más alto un 55%, no más que eso porque también tenemos que abastecer y no descuidar la red de distribuidores de mercado interno”.
La planta de secado, otro hito en la historia
El otro gran hito en el predio de la compañía fue la puesta en marcha de la planta de leche en polvo. Se trata de una de las plantas más modernas del país, con capacidad de elaboración de 50 toneladas/día, que está equipada completamente con tecnología y equipos de última generación, provistos por Gea-Niro. Las líneas de producción posibilitan la elaboración de leche en polvo entera, leche en polvo entera vitaminizada, leche en polvo entera vitaminizada instantánea, leche en polvo descremada, suero en polvo parcialmente desmineralizado y otras formulaciones acorde a los requerimientos del cliente. En el diseño y construcción de la planta, han quedado previstas las instalaciones para la elaboración de leche maternizada y suero desmineralizado 90.
En esa planta, Noal cuenta con 2 líneas de envase: una para envases pequeños de consumo doméstico, de 200 gramos a un kilogramo, en film multilaminado con formato tipo stand-up pouch, y otra para envases de uso industrial de 25 kg, con bolsas de polietileno de alta barrera con exterior de papel kraft. “Hay que pensar que cuando hablamos de polvo hablamos de un commoditie, y hay que tenerlo claro, con lo cual si entramos en esa producción tiene que estar acorde a la calidad de producto que te piden los mercados hoy que manejan exportación. En su mayoría están manejados por Nueva Zelanda y son estándares altísimos de calidad, de leches que podamos tratar con altas temperatura, envases con gaseo, etc., por eso cuando definimos cómo hacer esa planta, hubo una gran discusión interna acerca de qué tipo de tecnologías se aplicaban y se aplicó tecnología de última generación”.
El objetivo es automatizar las tres líneas de producción
Durante la entrevista que mantuvo con TodoAgro, Luis Allasia, en compañía de Ernesto Garanzini, gerente de Producción Primaria de Noal, mostró un plano con el proyecto acabado de la planta en la que se aspira a procesar casi 2 millones de litros diarios. “Yo lo dividiría en tres grandes líneas de producción: líneas de blandos, líneas de duros y semiduros, y líneas de mozzarella. Lo que ustedes vieron que se puso en marcha el año pasado es la línea de semiduros y duros que es una línea que está totalmente automatizada, con una capacidad de 4 toneladas por hora, eso responde a una capacidad de 40.000 litros de leche por hora. Esa automatización en toda la etapa de moldeo está terminada, no así en la etapa de llenado de moldes que sobre fin de año se va a incorporar una maquina nueva para el llenado en forma automática”.
Sobre el presente dijo: “Estamos en una transición, con lo cual si nos vamos a abocar a la línea de semiduros y duros, esa línea hoy opera con tres personas, pero cuando hablamos de duros sobre todo ahí es donde se pone pesado el tema de fabricación porque son productos que necesitan alta permanencia en prensas y alta permanencia en etapa de ajustes de pH y en saladeros. Un semiduro está 14 o 15 horas en agua y sal, y un duro está seis días. Entonces hay que hacer la instalación pensando en esas cosas”.
Añadió que “este año tenemos como objetivo en lo que queda del semestre, automatizar toda la etapa de tinas, lo que se pretende es que la producción y el manejo en tinas sean completamente automatizados desde recetas que manejemos vía PC, y cambiar la ecuación de moldeo. Hoy todo el moldeo se hace con dreno prensas y se va a pasar a un sistema de moldeo por columnas. Esto es una tecnología ya adquirida y está en etapa de fabricación y ensamble”. El industrial puntualizó que toda esta construcción se hizo con importaciones de algunos equipos robóticos de origen francés, y ensamble e hibridación con tecnología desarrollada en Villa María con la firma ETI.
Otra de las grandes discusiones de la industria: en este tipo de líneas automatizadas no se pueden hacer tantas variedades de productos, con lo cual ya desde el momento de diseño de la línea se decidió que se iba a producir en un Euroblock lo que fuese semiduro y en las mismas medidas de ese Euro-Block dos hormas de quesos cilíndricos que sería lo que es duro. Por ende se eliminó el sardo, no podemos hacerlo, ya que si quisiéramos caería la capacidad productiva de la línea y en este automatismo no se puede pensar”, señala Luis Allasia.
La robotización no implica menos personal
Dice Allasia que Noal, con ambas plantas, tanto la quesera como la en polvo, tiene 180 personas empleadas. “La idea es mantener la estructura, con mayor eficiencia no solo en el proceso sino en el rendimiento de ese proceso. Después faltan algunas inversiones en las líneas restantes que eso va a ir haciendo que cada vez sea más eficiente. Y luego se va a pasar en envase a hacer distintas presentaciones pero siempre partiendo del mismo tamaño de horma”.
Cuando se le pregunta cuál será la capacidad de procesamiento total, Allasia apunta el plano que está sobre la mesa, y señala las diversas secciones: “Esta planta como está instalada a la fecha puede procesar unos 800.000 litros diarios, más 400.000 litros diarios en polvo. Y a futuro, pensamos separar y armar una nueva línea de quesos blandos, y ahí pasaríamos a 70.000 litros hora en quesería, lo cual nos daría 1.400.000 litros en quesos, más 400.000 litros para polvo, lo que significaría 1.800.000 litros totales”.
Las tendencias que se evidencian y el debate que falta
“Creo que el sector, si bien es cierto que es muy heterogéneo, tiende a concentrarse. Creo que eso sucede en todo el mundo y va a suceder aquí también. No digo que sea ni bueno ni malo, creo que es un hecho que va a suceder y está sucediendo. El problema central es que nos tenemos que plantear como sector que queremos hacer, si queremos una lechería exclusiva de mercado interno o una lechería de mercado interno y externo. Creo que ese es el gran dilema que tenemos que terminar de discutir en el sector”, enfatiza Allasia y sigue: “Si queremos una lechería de mercado interno, deberíamos replantear la producción a nivel de campo y no exceder los 8.500 millones de litros al año que es más o menos lo que el mercado interno está en condiciones de absorber. Si queremos crecer hay que pensar de que necesitamos tener instalaciones acordes a la calidad, cantidad de producto y a la permanencia de los mercados internacionales. No podemos pensar que entrando y saliendo al mercado mundial en dos o tres meses del año donde realmente el volumen es agobiante que después vamos a dejar pasar ocho meses sin vender y vamos a volver a tocar ese timbre para vender el año que viene, eso es inviable”.
Cabe destacar que Noal –como se dijo- es un exportadora sistémica y atiende a clientes en más de 20 países entre los que se encuentran: Canadá, Estados Unidos, Cuba, México, Venezuela, Perú, Brasil, Turkmenistán, Bangladesh, Chile, Senegal, Costa de Marfil, Guinea, Sierra Leona, Angola, África del Sur, Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Arabia Saudita, Siria, Georgia, Líbano, Kuwait, Taiwán, Vietnam, Singapur, Rusia, China, Corea, Japón, y Filipinas.
El impacto de la pandemia: “Hay que sacarlo todo afuera”
En la industria hay mucha preocupación por el excedente de producción y porque la demanda –local y global- está muy débil: “Obviamente los consumos han caído a nivel mundial, los excedentes de leche están en todo el mundo, todos los países están en mayor o menor medida con este nivel de preocupación. Obviamente que hay países que tienen una mayor incidencia de las acciones gubernamentales, pero los excedentes están y el problema existe, con lo cual creo que tenemos que atender esta coyuntura y ver como la manejamos, como manejamos ese volumen de excedentes entre lo que podemos vender y lo que producimos, ya que eso no tiene regreso”, destaca sobre la necesidad de tomar medidas en el presente.
Dice que “en este segundo semestre hay que ver cómo impacta esta situación de pandemia, en los precios, porque eso puede llegar a quebrar en cierto modo la tendencia. De cualquier forma la curva va a ser positiva. En lo que va del primer semestre los números son alarmantes en cuanto dan a la suba de producción. Entendemos que el año en condiciones normales debería estar en un +6%, y ahí va a estar dependiendo de cómo se muestre el segundo semestre en precios. Si no hay grandes desbarajustes esos números ya están en la mesa. Lo que preocupa es cuánto va a caer el PBI nuestro o la venta al mercado interno, que hoy está sentido y entendemos que se va a sentir más, eso conlleva a que haya más excedentes en el segundo semestre y a eso hay que sacarlo afuera”.
Opinó que para resolver este cuello de botella, “lamentablemente no hay algo que esté institucionalizado en el sector, o sea cada empresa lo resuelve como puede. Dentro de ese hacer lo que se puede, tenés a la empresa que es exportadora que trata de cerrar negocios para la exportación, el caso nuestro es ese, ya que nosotros nunca dejamos de exportar; y en mayo, junio, julio y agosto ya teníamos comprometida la exportación, aproximadamente 1.500 toneladas mensuales. Entendemos que es la única de las opciones, porque la otra opción es mandar mercadería al mercado interno y hay que salir a venderlo en algún momento”.
Mirando un poco más allá señala: “Si lo miramos a largo plazo deberíamos pensar en cómo generamos los mecanismos para que podamos crecer y que ese crecimiento sea ubicado en los mercados que tengan esa necesidad. Obviamente los valores son totalmente distintos, los valores de exportación son valores por debajo de lo que marca el mercado interno.
Invitación a la prudencia y a ocuparse de los problemas
TodoAgro le preguntó a Luis Allasia cuál era el mensaje de Noal a los productores en tiempos de mucha incertidumbre, en especial con la evolución de la producción y dijo lo siguiente: “Es un momento muy complicado sin lugar a dudas, más en nuestro país que no tenemos ni asistencias ni apoyo gubernamental como lo pueden tener otros países como Canadá, EE.UU, o la Comunidad Europea en donde salen, te compran los excedentes, te ponen precios base, es decir tenés un marco donde te podes mover, nosotros no lo tenemos. Yo creo que son años en donde hay que ser muy cautos en materia de inversiones, en bienes de capital, y hoy hay que frenarlos, demorarlos y ver cómo se sale de esta coyuntura para después retomarlos”. En este punto se tomó unos minutos para precisar el concepto: “No quiero que se me malinterprete, yo creo que el tambo va hacia un punto de automatismo y de encierres, ese camino no se va a dejar, si creo que es un momento de desacelerar en esa coyuntura”.
Con el objetivo de lograr mayor fluidez en la venta de productos, insistió en que “en lo que respecta a si hay algún mecanismo en el sector que esté institucionalizado u oficializado no lo hay. Siempre que llegan estas situaciones de crisis se intenta hacer algo y la verdad es que no se logra, con lo cual no creo que este año sea la excepción. Con respecto a las compras del Estado son muy difíciles. Normalmente nosotros vamos siempre dos o tres meses con ventas de comercio exterior y se hace muy difícil después cuando viene la compra del Estado que la quiere para ya, es imposible proyectarlo porque ya vendimos con tres meses de anticipación, es decir nosotros no podemos jugar ese juego. Y después también es un juego un poco perverso porque nunca terminas sabiendo las condiciones de venta, los precios, condiciones de pago, es decir falta aclarar mucho el panorama” para entrar a ese negocio.
Por José iachetta – Redacción TodoAgro