Comienzan a surgir gigantes mundiales de gran potencial de compra que se avizoran en el mapa exportador.
El año se encamina a un récord exportador de bienes con proyecciones de ventas de US$ 15 mil millones.

El dinamismo se observó en la primera parte del año ya que en los dos últimos meses mostraron un freno interanual. El buen desempeño igualmente plantea la duda sobre la necesidad de tener una mayor diversificación de destinos exportables.

En los 11 meses del año los dos principales compradores son los mismos que en los últimos años: China y Brasil. Pueden cambiar de posición, pero siempre son ellos dos. En esa última medición se ubicó Argentina en tercer lugar.

Los tres destinos se quedaron con prácticamente el 50% de las ventas generales. Estados Unidos es otro de los destinos que siempre está entre los primeros lugares al igual que Países Bajos. Este último destino no es por exportaciones directas, sino que sus puertos ofician de receptores de mercadería que luego se redistribuye hacia otros destinos europeos.

Sin embargo, durante el año aparecen otros como India y Tailandia. En el primer caso hubo ventas por US$ 84,6 millones. El producto más colocado fue la madera en bruto. Después hubo ventas mínimas de desperdicios y desechos de cobre, de aluminio y cueros o pieles enteros o medios. En el caso de Tailandia se colocaron US$ 69,1 millones. Hacia ese destino se exportó mayoritariamente pieles y cueros vacunos curtidos al cromo y cueros sin dividir, frescos o salados, según datos aduaneros.

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Otro país que ingresó en el mapa exportador fue Vietnam. Las colocaciones alcanzaron los US$ 51,6 millones y los productos más importantes fuero las habas de soja, los cueros enteros y medios, madera aserrada o desbastada y sangre animal.

Durante el año también se efectuaron exportaciones hacia Indonesia por US$ 16,4 millones. En ellas se destacaron mayoritariamente los cueros y pieles enteros o medios y cangrejos.

Claramente los volúmenes y las cantidades no mueven la aguja de las exportaciones anuales, pero sí marcan cierta apuesta a una mínima diversificación de las ventas externas. Gonzalo Oleggini, consultor en comercio exterior y profesor universitario recordó a El Observador que las exportaciones de años atrás se ubicaban entre US$ 8.000 y US$ 10.000 millones. Eso varió a partir de un comprador puntual.

“Desde que China empezó a aumentar sus compras en Uruguay eso cambió”, dijo. Su estimación es que las exportaciones culminarán el año en US$ 14.500 millones, con US$ 4.500 millones más que la media anterior. En lo que va del año, China compró US$ 2.659 millones, aunque retrajo sus compras en octubre y diciembre. “La diversificación es buena.

Y tan buena que antes Uruguay tenía un cliente principal (Brasil) y ahora tiene dos”, expuso, aunque añadió que sería óptimo que hubiera más compradores potentes. Para Oleggini el Mercosur no fue la solución para expandir el comercio, ya que Argentina y Brasil han adquirido prácticamente los mismos productos en los últimos años.

Marcó que con el ingreso de China en el mercado uruguayo se logró romper la lógica de exportar mayoritariamente a ambos países. “En el comercio internacional la diversificación es básica, esencial.

Es tener los huevos en diferentes canastas”, sostuvo. Sin embargo, la falta de acuerdos comerciales individuales con otros países (y también que el Mercosur no cierre el TLC con la Unión Europea) impide esa diversificación.

“Eso daría la posibilidad de tener varios Brasil y China”, señaló. Oleggini también expresó que se debe mirar hacia otros destinos. “Indonesia va a ser prácticamente el cuarto país más poblado del planeta.

Están la India, Pakistán, Vietnam. Hay muchos países que no están en el radar de los que se conocen habitualmente que son fuertes compradores y tienen tamaños importantes”, dijo.

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En el último desayuno organizado por Ceres días atrás, el director ejecutivo del centro, Ignacio Munyo, afirmó que se debe mirar cada vez con mayor atención a la India. Recordó que ya es la quinta economía del mundo.

Marcó que el año próximo el país tendrá más habitantes que China. Agregó que este año la expansión económica se ubicará cerca de 7% y superior a 6% el año que viene. Con esos elementos, indicó, India ya está dando muestra de su ambición de transformar un país emergente en potencia global.

Capacidad productiva Oleggini indicó que para conseguir una mejor diversificación de mercados se debe aumentar la capacidad de producción. “Hace 15 o 20 años Uruguay tenía dificultades para colocar sus productos; hoy todo lo que se produce se vende”, dijo. Mencionó que Uruguay le vende a 140 o 150 países en el mundo, pero esa oferta no se corresponde en cantidad de productos y volúmenes colocados.

Entonces, la mayor parte de la exportación es de carnes, lácteos, arroz, soja y productos forestales. Por eso se debe intentar ampliar la gama de productos que se ofrecen al exterior. “La falta de diversificación de productos también te lleva a empujarte a un tubo de pocos países compradores”, dijo. “No todos los países compran soja. Los siete u ocho commodities que se producen no los podés colocar en 150 países”, resaltó. Por eso, la necesidad de producir con mayor valor agregado.

Ejemplificó con Conaprole, que exporta leche en polvo, descremada o entera. En ese caso, el objetivo sería generar una línea de helado para vender en el exterior como ocurre con empresas nórdicas.

Pero la exportación de productos con valor agregado tiene un obstáculo: las restricciones arancelarias para ingresar en algunos países. Y entonces todo vuelve a un objetivo central: firmar más acuerdos comerciales individuales. “Si no tenés TLC no podés hacer las cosas. Todos los países ponen restricción al valor agregado para proteger su trabajo”, concluyó Oleggini.

 

 

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