En un contexto marcado por la campaña política y la discusión pública sobre prioridades productivas, el sector lácteo chileno enfrenta una combinación de oportunidades y desafíos que incidirá directamente en su competitividad durante los próximos años. La necesidad de estabilidad regulatoria, eficiencia administrativa y políticas claras se vuelve central en un período donde las decisiones suelen acelerarse o entramparse por razones electorales.
La columna pone el foco en un punto clave: la lechería chilena opera hoy bajo una presión creciente debido a mayores exigencias ambientales, largos procesos de permisos (permisología), costos operativos altos y una infraestructura rural que necesita inversión. Sin embargo, también existe un espacio importante para impulsar productividad, atraer inversión y mejorar la articulación entre productores, industria y autoridades.
¿Cuáles son los desafíos actuales?
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Perimisología extensa: Los productores advierten que los plazos para habilitaciones, permisos, obras y certificaciones son demasiado largos, lo que frena proyectos y modernización.
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Altos costos de producción: Alimentación, energía y logística siguen presionando los márgenes, especialmente para productores medianos y pequeños.
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Incertidumbre regulatoria: Reformas en discusión —especialmente ambientales— generan dudas sobre su implementación y sus efectos en el sector.
Falta de infraestructura rural: Caminos, conectividad y acceso a agua siguen siendo brechas críticas para muchas zonas productivas.
Estos factores afectan no solo la rentabilidad, sino también la capacidad de planificar e invertir, algo clave para cualquier actividad productiva.
¿Dónde están las oportunidades?
La campaña abre una ventana para que el sector lechero plantee sus prioridades y gane espacio en la agenda pública. Entre las oportunidades señaladas están:
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Fortalecer la competitividad interna, mediante mejoras en productividad, genética y manejo.
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Promover incentivos a la inversión, especialmente para tecnificación y sostenibilidad.
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Avanzar en acuerdos público-privados que permitan agilizar trámites y asegurar reglas más claras.
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Potenciar la sostenibilidad, transformando las exigencias ambientales en oportunidades para certificaciones y acceso a mercados diferenciados.
Un llamado a la participación del sector
La columna subraya que, en tiempos de campaña, las organizaciones productivas deben estar presentes en el debate, defendiendo la importancia de la lechería como actividad estratégica para el desarrollo rural, la seguridad alimentaria y la economía regional.
El mensaje final es claro: Chile tiene una lechería con potencial, pero para aprovecharlo necesita certidumbre, eficiencia y políticas coherentes que permitan planificar a largo plazo, más allá del ciclo electoral.
Fuente: Diario Lechero






