Una evidencia más de que la Ley de la Cadena Agroalimentaria no está cumpliendo su objetivo.
Desde hace varios meses, las fuertes subidas de precios de las materias primas para la elaboración de los piensos, así como el encarecimiento de los precios de los carburantes, la energía y los costes salariales y de servicios están provocando un notable incremento en los costes de producción de los ganaderos de leche.
Unos costes que, como consecuencia del mal funcionamiento de la cadena alimentaria, no pueden ser repercutidos y abocan a los productores a una situación límite.
Los precios que las industrias están pagando a los ganaderos, y que están proponiendo en los nuevos contratos, siguen inamovibles por lo que los productores están siendo obligados a asumir toda la presión del incremento de costes y además a afirmar en contrato que se cubren los costes de producción, cuando la realidad es bien distinta.
Ley de Cadena Agroalimentaria
Ni siquiera la apuesta decidida que los consumidores han hecho por la leche producida en España, ha servido para que los productores se vean remunerados convenientemente, según afirman estas organizaciones.
A pesar de lo establecido en la Ley de la Cadena Agroalimentaria, se comprueba una vez más que el precio de los productos agrarios sigue configurándose de manera descendente, siendo el productor el gran perjudicado ante la imposición del valor del producto por parte del resto de agentes de la cadena.
Las organizaciones agrarias COAG, UPA y ASAJA y las Cooperativas Agro-alimentarias de España exigen al ministerio de Agricultura que tome cartas en el asunto y que convoque de forma urgente la “Mesa Láctea” para poder encontrar soluciones a esta situación de grave incumplimiento de la Ley de la Cadena, una ley que ha sido recientemente modificada por el Gobierno pero que no está sirviendo para los fines para los que ha sido diseñada.