Un pequeño ternerito que ceceaba era el protagonista de sus publicidades. Vestido con una remera blanca, bombachas de gaucho celestes a cuadros y un pañuelo del mismo color anudado al cuello, el simpático animal contaba las bondades de la marca. “Si te gusta tanto…es Casanto”, cerraba el locutor.
En los 70, Casanto fue una de las grandes productoras de queso en la Argentina. Sus envases, sin embargo, no tenían al ternero, sino una figura parecida a un Pacman, que era el logo oficial de la marca. Pero, con el tiempo, su etiqueta estrella pasó a ser Casancrem, el queso crema que finalmente se independizó de Casanto y cobró protagonismo propio.
El origen de Casanto
La compañía Casanto SACIFICA pertenecía a Salomón, Elías e Isaac Moussatche, según consta en los registros del Boletín Oficial. Era conocida por sus múltiples variedades de quesos, además de otros productos lácteos, como el yogur y el mencionado queso crema.
No obstante, la empresa entró en concurso preventivo en febrero de 1980 y ocho meses más tarde fue declarada en quiebra. Al año siguiente Mastellone Hnos. adquirió los activos de Casanto y mantuvo sus marcas independientes a la comercialización de La Serenísima. Entonces, toda la línea Casanto continuó vendiéndose con el logo original.
El portfolio se agrandó con la manteca y el dulce de leche que se sumaron a la leche en sachet y en cartón. En tanto, Casancrem se mantuvo durante un tiempo bajo el paraguas de Casanto, aunque más tarde Mastellone lo escindió. Lo diferenció con un nuevo packaging y la inclusión del logo de La Serenísima en sus potes.
La competencia dentro del rubro no era sencilla. Philadelphia, la creadora del segmento en 1875, buscaba ganar lugar en el mercado local; por su parte, Mendicrim (creada por Osvaldo Mendizábal y hoy en manos de SanCor) también intentaba morder participación.
En manos francesas
En 1996 Danone se asoció con Mastellone en el negocio de postres, yogures y untables de La Serenísima. De esta manera, se quedó con la fabricación de Casancrem a cambio de un acuerdo de regalías con la firma láctea nacional. Pero nueve años después pasó a controlar el 100% de la etiqueta.
Para cancelar un préstamo otorgado por la compañía francesa en 2002, Mastellone le entregó un 49% de sus acciones en Logística La Serenísima y le cedió un grupo de marcas, entre ellas Casancrem. A su vez, le otorgó Casanto por 30 años.
Más allá de sus versiones saborizadas, Casancrem también tuvo innovaciones. En 2014, con una inversión de $ 78 millones, lanzó Mantecrem, una línea de queso untable con sabor a manteca. Y un año después apareció en las góndolas el Dulcecrem.
Actualmente, Casanto continúa en góndolas con su dulce de leche y su manteca, que forma parte del acuerdo de Precios Justos. En tanto, Casancrem es uno de los líderes dentro del segmento de queso crema. Supo tener al actor Damián De Santo y al chef Santiago Giorgini como estrellas de sus publicidades y en 2022 se plantearon resolver el dilema de la tapa de aluminio, con un spot que incluyó a figuras como Martín Palermo y Luli Fernández.