En Irlanda, que posee un sistema lechero parecido al de la Argentina, toda la información de producción va a una base general que recopila lo que viene de los tambos
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Irlanda tiene 135.000 productores con una superficie media de 33 hectáreas por campo - Shutterstock

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Irlanda posee el rodeo con mayores registros de datos bovinos del mundo. Así, toda la información de producción lechera va a una base general que recopila todo lo que viene de los tambos. Reúne todo lo que generan los programas nacionales impulsados por el gobierno, los veterinarios, los investigadores, los responsables del control lechero, etc. Procesa datos de producción, reproducción, salud, longevidad, eficiencia de conversión, tratamientos veterinarios y huella de carbono, entre otros. Esa megabase de datos permite integrar la información y hacer análisis muy potentes.

Irlanda es un país pequeño – su superficie equivale a un tercio de la provincia de Córdoba- que es independiente desde hace poco tiempo. Tiene una rica tradición en actividades agropecuarias, a las que dedica 4,5 millones de hectáreas, de las cuales 4,1 se utilizan para pastoreo y el resto para cereales, frutas y hortalizas. Tiene 135.000 productores con una superficie media de 33 hectáreas por campo.

El país fue uno de los primeros países en incorporar la genómica en la evaluación de reproductores. Hoy el 32% de las vacas está genotipado en ese país. En marzo de 2024 se lanzó el Programa Nacional de Genotipado, que tiene el ambicioso objetivo de genotipar el 100% de las vacas de leche y de carne. Cada año se van a ir testeando todos los animales que nazcan de aquí hasta 2027, para llegar en un momento a tener identificación genómica de todos los animales.

El objetivo es que los registros ya no se ingresen a mano sino que, a través de los resultados de la muestra de la prueba genómica, se determine el padre y la madre de esos animales, la existencia de enfermedades y demás datos. El programa también permitiría que se evalúe qué animales de rodeos comerciales podrían ser candidatos a ser utilizados como padres/ madres de toros reproductores.

Las apreciaciones anteriores pertenecen a Carlos Gatica, gerente técnico para Latinoamérica de Ireland Genetics, una empresa proveedora de semen de reproductores para leche y carne. El experto vive en Chile y viajó a la Argentina invitado por Select Debernardi disertando en Todo Láctea 2024 sobre las características de la lechería de Irlanda, que tiene un sistema de producción con muchas coincidencias con el argentino.

El sistema de producción lechera de Irlanda se básicamente pastoril, con el uso de suplementos solo de manera estratégica. El clima de ese país es adecuado para la producción de pasto y los productores tratan de hacer coincidir la época de parición -que es enero, febrero marzo, a la salida del invierno europeo- con el inicio del crecimiento del forraje.

La suplementación tiene baja incidencia en la dieta
La suplementación tiene baja incidencia en la dieta

En Irlanda hay 1,7 millones de vacas lecheras. El objetivo de los tamberos es hacer que, cuando se alcanza el pico de la lactancia, coincida con el pico de crecimiento de forraje, para tener la mayor cantidad de días en pastoreo y no menos de 285 días de leche. Todo el pasto que se genera como excedente se almacena como reserva. La suplementación con concentrados existe, pero se trata de mantener en volúmenes acotados porque genera un impacto muy alto sobre los costos y la rentabilidad.

Para llevar adelante los planteos basados en la producción pastoril, los productores disponen de muy buena infraestructura de caminos y puntos de acceso a los potreros en condiciones, adecuada disposición de los lotes, regulación del pastoreo con boyero eléctrico, sombra y agua de bebida limpia.

Los productores irlandeses le prestan mucha importancia a la planificación forrajera. La disponibilidad de pasto y la cantidad de materia seca por hectárea determina la carga de vacas que puede sostener el sistema, la suplementación de apoyo y los momentos de entrada y salida del pastoreo.

La estrategia consiste en iniciar el pastoreo lo más temprano posible en la temporada de crecimiento y maximizar el consumo cuanto antes. Las vacas comienzan a parir a la salida de invierno, cuando el pasto recién empieza a rebrotar; se programa que esas vacas realicen periodos cortos de pastoreo, de cuatro horas al principio, hasta llegar a días completos y maximizar lo antes posible el consumo de forraje.

De esta forma, se propicia que los días de pastoreo sean 285 o más; que la carga animal esté alrededor de 2.5 vacas por hectárea y que el consumo de concentrado no exceda los 500 kilos por lactancia y por año. En la producción de sólidos, la meta es 1 kilo de sólido por kilo de peso vivo de la vaca, o sea, si la vaca pesa 500 kilos debería producir 500 kilos de grasa más proteína.

La utilización eficiente del pasto es un objetivo muy importante. En general, la dieta de las vacas irlandesas está constituida en un 76% por forraje, como pastoreo directo o consumo de silaje o rollos provenientes de esa misma pradera. Por esa razón, la producción es mayoritariamente estacional y la industria está preparada para tener capacidad ociosa: las plantas procesadoras paran durante al menos un mes al año.

Objetivos del mejoramiento

Los productores irlandeses no hacen cruzamientos. En 2022 se utilizaron 840.000 dosis de semen lechero, de las cuales 30.000 fueron de Jersey (menos del 4%). Este semen solo se usa para vaquillonas en las que se busca evitar problemas de parto.

El semen de toros Holstein probados se utiliza principalmente en vaquillonas y es sexado. No se elige el convencional porque Europa tiene una regulación muy exigente con el bienestar animal y el ternero macho genera un problema enorme para el tambero, porque tiene poco valor comercial para un carnicero.

En Irlanda la producción lechera es de base pastoril
En Irlanda la producción lechera es de base pastoril

Para instrumentar el mejoramiento genético de los rodeos, Irlanda desarrolló un índice propio, el EBI (Economic Breeding Index), que contempla muchos rasgos de producción de cada animal. A lo largo de los años, el EBI fue incluyendo cada vez más aspectos y hoy es el único índice del mundo que considera, por ejemplo, la generación de carbono de las vacas lecheras.

El índice pone énfasis en la fertilidad, salud y longevidad de las vacas lecheras. Además, considera la producción de sólidos y las características funcionales. No tiene en cuenta, en cambio, el tipo; por ejemplo, no dice cómo deben ser las patas o el pecho de los animales, se enfoca solamente en características que son medibles desde el punto de vista económico y que aseguran supervivencia.

Básicamente, un índice alto es sinónimo de una vaca que se preña rápido, resiste enfermedades y dura lo más posible en el rodeo. La selección se orienta a animales resilientes, que se adapten al ambiente, con facilidad de parto y valor cárnico, para evitar dolores de cabeza a los tamberos.

Con relación a lo que significa la fertilidad en la práctica, un trabajo reciente comparó un grupo de vacas de alta fertilidad con otro grupo de compañeras de baja fertilidad. En términos de litros de leche no hubo diferencias: las vacas de los dos grupos fueron capaces de producir los mismos litros.

Sin embargo, cuando se revisó el lapso de tiempo entre parto y concepción se vio que pueden llegar a haber 30 días de diferencia entre un grupo y el otro. La cantidad de servicios por vaca también es diferente: los vientres menos fértiles necesitan una pajuela más de semen para preñarse y dan más celos silentes y anovulación. Con el paso del tiempo y con trabajo, Irlanda logró disminuir la cantidad de días entre partos en las vacas partiendo desde números que bordeaban los 400 hasta llegar a 387 días, que es el promedio actual.

Índice

En materia de salud, el índice enfatiza en la resistencia a mastitis y a afecciones de la pezuña. Se procura disminuir del contenido de células somáticas y aumentar la resistencia a la tuberculosis, fasciola y leucosis.

Carlos Gatica: “La tuberculosis es una enfermedad muy complicada en todos lados”
Carlos Gatica: “La tuberculosis es una enfermedad muy complicada en todos lados”

“La tuberculosis es una enfermedad muy complicada en todos lados”, recordó Gatica. Irlanda tiene una prevalencia de alrededor de 5% en el rodeo, que se ha mantenido así durante los últimos 10 años. “Se ha hecho mucha investigación y se ha descubierto que está asociada al tejón, un animal que vive en madriguera, tiene hábitos carroñeros y transmite la enfermedad”, agregó el orador. Actualmente hay un programa de control de tejones, por el que no se los mata sino que los captura, se los vacuna y se les coloca un chip de identificación.

El programa cuesta millones de euros por año pero no resultó una estrategia efectiva para controlar la tuberculosis. Entonces, también están trabajando en la selección de animales que sean resistentes naturalmente a esta enfermedad. El estudio parte de un análisis que se hizo en rodeos en los que el 40% las hijas de ciertos toros se enfermaban de tuberculosis, mientras que las hijas de otros toros solo la padecían menos del 5%. Es decir, hay diferencias a nivel individual en resistencia a la enfermedad y en su capacidad de trasmisión.

Con relación a la Longevidad, el aspecto que importa a los tamberos irlandeses es cuántas lactancias es capaz de dar una vaca. La meta es que una vaca sobreviva al menos a cinco lactancias. El tamaño y peso de la vaca es otra característica considerada en Irlanda. Más que vacas chicas, se busca un tamaño que sea eficiente para el objetivo y para las características del sistema del tambo. No todos los tambos pastoriles necesitan vacas chicas.

Una vaca pequeña en Irlanda pesa alrededor de 500 kilos. Es decir, la vaca irlandesa chica es más pesada que la vaca neozelandesa. “Si estoy decidiendo por una vaca chica en Irlanda, de un peso de más o menos 500 kilos, esa ternera al destete debería pesar 150 kilos, a los 15 meses, al ser inseminada debería pesar 300 kilos y al primer parto debería pesar 450 kilos”, calculó Gatica.

Hay un segmento de tamberos más pastoriles, enfocados en la producción por hectárea, en los que alrededor del 75% de la dieta tiene base forrajera. Ese tipo de cliente busca una vaca que no sobrepase los 550 kilos de peso, alimentada con baja suplementación, del orden de 1,5 a 2 kilos de concentrado por día y por vaca. El resto de la ingesta tiene que salir de la pastura. Las lactancias alcanzan los 4500-5000 litros.

El segundo segmento está enfocado al costo por litro. La dieta está integrada por un 60% de forraje, con un nivel medio de concentrados. Utiliza vacas mas pesadas, de 600 kilos y las lactancias pueden llegar a 7000 litros. Este sistema se parece mucho en el concepto al sistema de producción mayoritario en la Argentina: 30% de la alimentación viene del pastoreo directo, 30% viene del rollo y del silaje y 30% viene del concentrado.

Finalmente, hay un segmento de alta producción en Irlanda, que también está basado en pastoreo, pero con un alto input de concentrado, con el que las vacas integran la mitad de su dieta. Producen mucha más leche con más más sólidos, con vacas más grandes. Las lactancias pueden superar los 8500 litros.

En Irlanda desarrollan una lechería principalmente pastoril muy eficiente, sobre la base del buen aprovechamiento del forraje producido y de vacas con genética adaptada a esas condiciones. La selección de los animales prioriza fertilidad, salud y longevidad y los resultados surgen de un trabajo conjunto de todos los eslabones de la cadena que reúne y procesa todos los datos necesarios con un comportamiento sinérgico.

 

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