Calidad Pascual ha cumplido 50 años más comprometido que nunca con la sostenibilidad, volcada con su certificado de Bienestar Animal y con el reciclaje. Ante esta buena perspectiva de futuro, su presidente Tomás Pascual -que también preside la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) -se une al ciclo de entrevistas en el que personalidades de grandes empresas acuden a El Confidencial para hablar sobre sus respectivos sectores y contarnos qué están haciendo en pro de la economía circular.
PREGUNTA. Usted ya hablaba en 2011, en plena crisis, de la necesidad de que las empresas apostaran por la sostenibilidad, ¿recuerda el momento en el que empezó a cambiar sus hábitos de vida para ser más respetuoso con el medioambiente?
RESPUESTA. Sinceramente, no recuerdo un momento exacto en el que en mi cabeza se activara un botón y cambiaran mis hábitos, sino que ha sido algo intrínseco durante toda mi vida y es que el cuidado del medioambiente ha sido un valor que he heredado desde bien pequeño. Desde que era muy joven, mi padre me enseñó a respetar el entorno, una actitud fruto de los valores que le acompañaron toda su vida. En mi familia siempre hemos trabajado por cuidar y respetar los entornos en los que se desenvuelve nuestra actividad. Lo que ocurre es que, como sociedad, ahora somos más conscientes que hace cincuenta años de los grandes retos que tenemos que superar para salvar nuestro planeta. Sabemos que nuestra forma de producción y consumo repercute de forma directa en el conjunto de la sociedad. Por eso, tenemos que apostar por transmitir estos valores a las nuevas generaciones, tal y como hicieron mis padres conmigo y mis hermanos. Un objetivo que solo se cumplirá si fomentamos la educación ambiental en todos los ámbitos de desarrollo de los niños.
“Como decía mi padre, nosotros no hacemos la leche, la hacen las vacas. No puedes ofrecer calidad si las vacas no tienen unas buenas condiciones”
P. Lleva 13 años al frente de Pascual y es el primogénito del fundador, ¿cómo ha cambiado el compromiso en el seno de su familia con el medioambiente a lo largo de estos años?
R. Suelo decir que mi padre era un visionario y un referente, es decir, que vivía dos pasos por delante de los demás. Nos quiso transmitir esa idea de respeto a nosotros y nosotros a la siguiente generación; es una especie de contrato tácito intergeneracional. Y esto, al ser una empresa familiar, supone aportar una visión que no choca con los intereses de la sociedad, sino que aporta valor a las iniciativas que se llevan a cabo para fomentar la sostenibilidad. Por ejemplo, en mayo de este mismo año, aunamos todo nuestro compromiso socioambiental en nuestro marco de gestión responsable, Pascual Aporta, anclándonos en tres territorios clave para nosotros: bienestar, desarrollo y medioambiente. Además de otras muchas, engloba iniciativas enfocadas en minimizar el impacto sobre el medioambiente derivado de nuestra actividad. Queremos ser una familia empresaria responsable con el entorno que nos ha visto crecer.
P. ¿Qué impacto económico ha tenido en la empresa esa apuesta que están realizando por la economía circular?
R. Gestión responsable y rentabilidad son dos conceptos íntimamente relacionados que no deberían entenderse el uno sin el otro y que en Pascual nos han ayudado a construir nuestro pasado y presente, y nos seguirán guiando en el futuro. No hablamos solo de impulsar medidas aisladas que favorezcan la economía circular. Se trata de implementar estrategias transversales que impactan de forma directa en el ‘core’ del negocio, aportando valor a toda la cadena y revirtiendo en términos de rentabilidad. En Pascual trabajamos para conseguir un modelo de empresa sostenible, respetuosa con el medioambiente y que favorezca el crecimiento económico y social. Nuestras políticas recogen el esfuerzo de la compañía a la hora de realizar una gestión ética, responsable y excelente, que responda tanto a las necesidades de nuestro modelo de negocio como a las del entorno.
El reto es conseguir un modelo de desarrollo eficiente y sostenible. En un mundo en el que aumenta la demanda de bienes y servicios, es necesario el uso racional de recursos, con una economía circular basada en reducir, reutilizar y reciclar. La estrategia ambiental de Pascual se basa en esta premisa y busca soluciones novedosas que, a la vez, nos permiten ser más competitivos y eficientes. Algo que, sin duda, tiene un importante y positivo impacto económico. Solo algunos ejemplos de estas soluciones son la renovación de la flota comercial con crecientes criterios de movilidad sostenible o nuestra estrategia de envases.
“La ciudadanía nos exige que seamos más responsables con el entorno y se vuelca en hacer lo mismo desde su posición”
P. Como miembro del Consejo de Administración de Ecoembes, ¿qué importancia tiene que una organización sin ánimo de lucro -que lleva 20 años trabajando por el reciclaje en España- centralice el reciclaje?
R. El modelo de Ecoembes se basa en tres pilares que se revelan capitales para alcanzar la economía circular como son la innovación, la educación y la colaboración. Y es precisamente esa colaboración de todos los actores sociales lo que permite que hoy en día España sea un país reciclador. Poner de acuerdo y coordinar a administraciones públicas, empresas y ciudadanos no es una tarea fácil, por lo que el papel de Ecoembes como impulsor del reciclaje en nuestro país ha sido y es fundamental. Alcanzar un futuro 100% circular es una responsabilidad compartida, donde la generación y el consumo responsable, así como la gestión responsable de residuos son claves. Sin el compromiso de todos los agentes que hacen posible el ciclo de reciclaje estaríamos aún más alejados de alcanzar un modelo circular que realmente contribuya a cumplir la Agenda 2030 marcada por Naciones Unidas o adoptar las directivas europeas que se están poniendo en marcha en los últimos años.
P. Hablando de reciclaje, los ciudadanos han reciclado un 12% más en el contenedor amarillo y azul en 2018. ¿Cree que son unas buenas cifras?
R. Por supuesto que son buenas cifras. Es cierto que siempre se puede mejorar, que siempre se puede ir a más, pero sin duda estas cifras son el reflejo del compromiso de los ciudadanos con el medioambiente. Debemos apuntar alto y seguir trabajando en línea con lo que venimos haciendo. Una filosofía muy propia de Pascual. Para ser mejores, para ser excelentes, el reto que debemos marcarnos tiene que ser grande. Y en materia de reciclaje, aunque vamos por el buen camino, creo que, como sociedad, todavía podemos hacerlo mejor. Ese incremento de la participación ciudadana del 12% respecto al año anterior, sin duda, son buenas noticias. Y es que la ciudadanía no solo nos está exigiendo a los fabricantes que cada vez seamos más responsables con los entornos en los que operamos, sino que además se vuelca en hacer lo mismo desde su posición.
P. El plástico es hoy uno de los grandes problemas del planeta, ¿qué debemos hacer? ¿Apostar por el reciclaje, hacer un plástico más sostenible o buscar otros materiales alternativos?
R. Como decía, la adopción de un modelo de economía circular pasa no solo por una gestión responsable de los residuos, sino también por el desarrollo de modelos de producción y generación responsables. La apuesta por el reciclaje y la búsqueda de envases cada vez más sostenibles no son excluyentes, es más, en mi opinión son y deberían ser complementarios. Se trata de reducir los residuos, gestionar debidamente aquellos inevitables, mientras promovemos el ecodiseño en nuestros modelos de producción. De hecho, en Pascual llevamos tiempo trabajando en ambos sentidos. Estamos convencidos de que la innovación en los envases es esencial para reducir el impacto ambiental del producto. En definitiva, el uso de materiales con atributos de sostenibilidad favorece un desarrollo de calidad y responsable.
P. Usted ya empezó a hablar de la movilidad sostenible hace ocho años, de vehículos eléctricos para el reparto de mercancía, y el año pasado consiguieron ser la primera empresa en medir el total de las emisiones de su flota comercial, ¿nos podría dar algunos datos?
R. La movilidad sostenible es uno de los aspectos por los que estamos apostado fuertemente y que se engloba en nuestro Plan de Impacto Medioambiental 2020. Así, en septiembre de este año, presentamos nuestra nueva flota de 500 vehículos híbridos enchufables y 100% eléctricos, todos ellos con el distintivo medioambiental cero emisiones de la DGT. Con esta inversión, que ha supuesto cuatro millones de euros, conseguimos reducir las emisiones de CO2 en más de un 25% o, lo que es lo mismo, impedir que se emitan a la atmósfera más de 700 toneladas de este gas. Además, con esta nueva flota se reducirán un 65% las emisiones de óxidos de nitrógeno y un 40% las de partículas, emitiendo diez veces menos que el coche medio español. Esto se ha conseguido gracias a importantes alianzas con empresas con las que se comparte el objetivo común de minimizar el impacto ambiental, como BMW o Endesa, encargada de la instalación de 76 puntos de recarga repartidos entre nuestras delegaciones, fábricas y oficinas centrales.
P. La economía circular empieza con una sostenibilidad de las materias primas y recientemente han lanzado su certificado de bienestar animal para sus vacas, ¿qué busca ese certificado y cómo se consigue ese bienestar?
R. Como decía mi padre, nosotros no hacemos la leche, la hacen las vacas. En Calidad Pascual entendíamos que no se puede ofrecer un producto de calidad si las vacas no tienen garantizadas unas condiciones de bienestar. El certificado de Aenor validó que en nuestras 348 granjas se ofrece un trato respetuoso hacia los animales, con tiempos adecuados de descanso y con una alimentación correcta. A lo largo de nuestra historia, hemos apostado siempre por el bienestar animal, cada vez mayor gracias a la tecnología, y a la gran profesionalidad y cariño de nuestros ganaderos. El certificado Aenor es muy importante para nosotros, porque avala la labor que venimos desarrollado desde nuestros orígenes. Además, en cuanto a las materias primas utilizadas en la elaboración de nuestras bebidas vegetales de avena Vivesoy, podemos decir orgullosos que el 100% del aprovisionamiento de la avena es local, lo cual supone una reducción de costes en el transporte y el fomento de la economía local, gracias al impulso del producto de proximidad.
“Hemos conseguido residuo cero en las fábricas de Bezoya en Trescasas y Ortigosa del Monte y en la planta de leche de Gurb”
P. Cada vez son más los ciudadanos que toman decisiones de consumo por motivos de sostenibilidad, ¿han percibido este cambio?, ¿han emprendido algún tipo de acción demandada en este sentido por sus consumidores?
R. Efectivamente, existe una tendencia creciente en el mercado que marca la preferencia de cada vez más consumidores por productos sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Estoy seguro de que las demandas seguirán por este camino en los próximos años y la exigencia de los compradores irá en aumento. En consecuencia, los ‘portfolios’ se están diversificando, las gamas de productos crecen con nuevas variedades y se están reformulando productos y ‘packagings’ ya asentados para responder a las nuevas necesidades y modelos de consumo. Nosotros avanzamos en esta línea y sacamos al mercado productos de calidad, sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Impulsamos medidas que impactan positivamente a lo largo de toda la cadena de valor y ponemos el foco en temas clave para nosotros como los envases, la reducción de emisiones y el fomento de la salud y el bienestar.
P. Aparte de leche, Pascual tiene bajo su paraguas Bezoya. En dos de sus plantas han conseguido el ‘vertido cero’. ¿Cómo ha sido posible?
R. Hemos conseguido residuo cero en las fábricas de Bezoya en Trescasas y Ortigosa del Monte y en la planta de leche de Gurb como resultado de los objetivos que nos marcamos para 2020 en el Plan de Impacto Ambiental. Esto ha sido posible, además, gracias a la interiorización que hemos hecho de la economía circular, dejando a un lado una producción lineal en la que no se aprovechan los residuos. De esta forma, se trabaja proactivamente para garantizar la regla de las tres R: Reducir, Reutilizar, Reciclar. En primer lugar, nos centramos en la reducción de los residuos que generábamos, mejorando continuamente los procesos de producción y apostando por la innovación; en segundo lugar, vimos necesario aprovechar aquellos residuos que pudieran tener una nueva vida o servir a otra utilidad; y, por último, separar estos correctamente en los contenedores correspondientes, para que el gestor de residuos pueda obtener nuevas materias primas a partir del reciclado. Aun así, el mínimo sobrante es aprovechado para la obtención de energía a través de combustible.
P. También es presidente de la Federación Española de la Industria de la Alimentación y Bebidas (FIAB). ¿En qué situación está la industria en cuanto a economía circular? ¿Es sostenible?
R. La industria alimentaria, así como el sector agroalimentario en su conjunto, se encuentra en una buena posición para impulsar medidas que fomenten la economía circular. Estamos trabajando en ello y, aunque vamos por el buen camino, no podemos cesar en nuestro empeño de alcanzar una sociedad 100% comprometida y circular. En este sentido, es necesario que las administraciones públicas promuevan la unidad de mercado y nos ayuden a defender e impulsar el tránsito hacia una economía circular y sostenible, encontrando vías de colaboración para seguir produciendo alimentos de calidad de manera respetuosa con el medioambiente. En temas como por ejemplo el plástico, los reglamentos son todavía dispersos, por lo que la urgencia de fijar un objetivo ambicioso de ámbito nacional en esta materia es cada vez mayor. Un objetivo que nos ayude y sirva a todos para trabajar en una misma dirección.