Si de la soja se dice que es peronista, porque fue en el último gobierno de Juan Domingo Perón cuando se decidió acelerar su introducción en el país, para el caso de la producción lechera el gobierno de Alberto Fernández parece querer asegurarse lo mismo, al menos en cuanto a quien debe ocupar el cargo de responsable de lechería en el Gobierno.
El ministro de Agricultura, Luis Basterra.

Cerca de cumplir seis meses, el Gobierno no tiene nombrado a alguien para la función de director Nacional Lácteo. El área reporta a la Subsecretaría de Ganadería del Ministerio de Agricultura de la Nación , pero no tiene un responsable específico. Todo por ahora queda en la órbita de José Romero, el subsecretario de Ganadería en la cartera que conduce Luis Basterra.
El último nombre que circuló para quedarse al frente de la Dirección Nacional Láctea fue Sebastián Alconada. Se trata de un reconocido experto que, entre otros cargos, en el gobierno de Mauricio Macri fue director de Producción Láctea. También fue director de Lechería cuando Cristian Kirchner fue presidenta e inclusive durante su mandato ocupó otras posiciones como director de Gestión Territorial, siempre en el área de Agricultura.
Pese a esa experiencia que traspasó los gobiernos de Cristina Kirchner y de Macri, Alconada, según pudo saber LA NACION de diversas fuentes, se quedó en el camino del nombramiento para director lácteo porque no tiene ADN peronista y sí una historia radical. Se busca un peronista más allá de los pergaminos de trayectoria. Lo que importa es la política.
“Necesitan a un compañero”, lo resumió un integrante del sector productor sobre las idas y vueltas en torno de la designación de Alconada.
Este técnico contaba con el visto bueno del ministro Basterra para hacerse cargo de lechería. Sin embargo, según trascendió, una interna con sectores del kirchnerismo duro en el mismo Gobierno -también adentro de Agricultura- terminó por congelar el nombramiento. Además de no tener el ADN de “compañero”, le objetaban sus buenos contactos con la cadena láctea.
“Les va a costar encontrar un peronista lechero”, dice otra fuente de la cadena sobre la empresa en la cual está embarcado el Gobierno para tener un hombre en Lechería.
En rigor, mucho antes que Alconada, hubo otros nombres en danza para ese cargo: Ider Peretti, un ultra K aliado de Guillermo Moreno cuando fue secretario de Comercio y que armó una cámara de exportadores que se nutría de permisos de exportación que daba el exfuncionario; Juan Trossero, otro exaliado de Moreno y hasta Julio César Gómez, un técnico que propuso una entidad formoseña. Todos estos nombres tampoco prosperaron por diversos motivos.
El de Lechería no es el único caso paradigmático y que deja entrever el equilibrio político que tiene que hacer Basterra, y hasta las demoras que enfrenta, para ubicar funcionarios en distintos puestos.
En el caso del INTA, en otra partida de nombres demoró más de un mes para poder designar a Susana Mirassou como presidenta. Por otra parte, luego de cinco meses esta semana designó a Joaquín Serrano, un ingeniero agrónomo con nexos con el Instituto Patria, como presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase).

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