En la resolución que todavía no se emitió, los servicios locales y zonales, quedarán con la potestad, según el riesgo, de poder exigir en algún tambo el sangrado anual. “Si aparece cualquier Test de Elisa positivo, el predio tiene que hacer el sangrado de la totalidad de los animales”, aclaró el jerarca.

Tras una reunión en Florida, las gremiales lecheras enfatizaron en que la brucelosis es una enfermedad zoonótica de baja prevalencia en el rodeo lechero “por lo tanto estamos convencidos que la presión sobre la detección es clave para mantener la actual situación epidemiológica del rodeo lechero”. Explicaron que “se tienen ciertos reparos acerca del efecto dilución de la Prueba de Elisa en leche”.

Las gremiales le pidieron al MGAP que “se continúe con el sangrado y el test de rosa bengala dentro de las exigencias para las refrendaciones anuales de tambos”. La brucelosis está más arraigada hoy en el ganado de carne que en la lechería, donde la presión para detectar los positivos asintomáticos siempre fue mayor y más minuciosa.

El comunicado fue firmado por los siguientes gremiales: Asociación Nacional de Productores de Leche, Intergremial de Productores de Leche, Sociedad de Productores de Leche de Florida, Sociedad de Productores de Leche de San Ramón, Sociedad de Productores de Leche de Rodríguez, Sociedad de Productores de San José y Agremiación Tamberos de Canelones.

La vacuna continúa siendo una herramienta para frenar la enfermedad, pero es poco utilizada en muchas ocasiones por el productor. Los veterinarios privados también cuestionan la campaña.