Todo este enfrentamiento se da en medio de la pandemia del coronavirus cuando las compras del producto han disminuido en algunas regiones del país y las acusaciones que se hacen los dos frentes.
Este tema, que aparentemente es reciente, forma parte de las discusiones que desde hace mucho tiempo se han presentado, sobre todo, porque en el país no se ha podido reducir la venta informal de leche, que según el gremio productor, abarca hasta el 43% del total.
A mediados de este mes, la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan) publicó un comunicado, junto a la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), en el que se aseguraba que eran inexplicables “las decisiones arbitrarias que han tomado las empresas procesadoras de leche” sobre los precios del producto. “Han reducido hasta en un 5% el precio final de compra a los ganaderos y fijan cupos de entrega un 10% por debajo de su volumen habitual, disminuyendo así, en más de un 14,5%, el ingreso neto de al menos 300.000 pequeños productores”, decían las organizaciones.
Sostiene Fedegan y Analac, que “en los primeros cinco meses del 2020, las empresas procesadoras importaron 40.000 toneladas de leche en polvo y “han dejado de comprar más del 50% de la leche fresca producida por los ganaderos nacionales”.
En el comunicado, Analac mencionó a la multinacional Alpina, de la que dijo que “anunció la reducción del precio por litro pagado a los productores y la disminución de un 10% en la compra total de leche al productor, poniendo como excusa la pandemia para conseguir la consolidación de sus intereses económicos y generando una enlechada totalmente artificial”.
Diferencias
Sin embargo, Alpina rechazó estas acusaciones y precisó que “como el segundo comprador de leche en Colombia, no es cierto que se haya importado, en lo que va de año, la absurda cantidad de 40.000 toneladas de leche en polvo. Lo que se importó fueron 1.800 toneladas. Esta cantidad representa menos del 4% del total de la leche usada por nosotros y se adquirió para abastecer en épocas de sequía y utilizarla en fórmulas que requieren de leche en polvo”.
Alpina afirmó que les compra leche a 3.500 ganaderos y que, a diario, adquiere cerca de 1,2 millones de litros de leche para sus procesos.
“No entendemos porqué se habla de una cifra que distorsiona por completo la realidad de nuestro compromiso con los ganaderos”, dijo la empresa. La multinacional informó que, según datos de Nielsen, el consumo de lácteos ha caído entre 10 y 15% en el país, por lo que el mercado se ha afectado.
La empresa de lácteos indica que “con el propósito de mantener a todos nuestros ganaderos, tuvimos que reducir la compra de materia prima. Como consecuencia de dicha reducción, algunos de de la Sabana de Bogotá y Boyacá decidieron dejar de vendernos su leche”.
Los precios
Por su parte, la Cámara Gremial de la Leche, en una comunicación pública, firmada por su presidente Víctor Manuel Fajardo B, dice que “manifestamos nuestro rechazo a las medidas injustificadas y sin soporte válido, que anunciaban empresas del sector industrial para reducir hasta en un 5% el precio final de compra a los ganaderos y fijar cupos de entrega un 10% por debajo de su volumen habitual, reduciendo así, en más de un 14,5%, el ingreso neto a más de 300.000 pequeños productores en todo el país”.
Sin embargo, la Cámara abre la puerta para que se impulsen acuerdos: “consideramos igualmente muy positivo el llamado que en buena hora hacen los ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural y de Comercio, Industria y Turismo para habilitar una mesa de trabajo multisectorial que, dé los mejores frutos para el sector ganadero y el país en general, que permitan afrontar la inminente desgravación total que nuestro sector sufre frente a los tratados de Libre Comercio con grandes productores lácteos como Estados Unidos y Europa”.
Impacto del Covid-19
Por su parte, la Asociación Colombiana de Procesadores de Leche señaló que debido a los efectos del Covid-19, existe una sobreproducción del lácteo del 7% y están teniendo pérdidas económicas, una problemática que se viene presentando desde hace por lo menos dos meses, ya que sectores de restaurantes, hoteles y otros que les compraban productos han estado cerrados en su mayoría.
El presidente del gremio, Juan Sebastián Bargans, aseguró a este medio, que uno de los factores que está incidiendo en este exceso de producción, se debe a que el Gobierno nacional a inicios del 2020 decidió subir un 8% el precio que se le paga a los productores lácteos, porcentaje que superó el aumento del salario mínimo, el cual estuvo en un 6%, sumado al desempleo que se incrementó en el país durante la pandemia, lo que afectó el bolsillo de los colombianos que no han podido adquirir estos productos como lo hacían anteriormente.
“Los agentes informales dejaron de comprar leche porque no tenían un mercado para poder circular su producto y ante todo esto, presagiamos como industria que íbamos a tener una situación de excedentes en el país”.
En una columna de opinión publicada en EL NUEVO SIGLO, el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, dice que “la industria no está interesada en aumentar su capacidad de procesamiento, porque solo comprando la mitad de la producción “mangonea” en el mercado, y ese enorme margen de leche que se distribuye y consume cruda, sin higienización ni garantía de inocuidad, siglo y medio después del descubrimiento de Pasteur, le sirve para gritar en cualquier momento ¡Enlechada! y cuadrar sus utilidades a costa del ganadero”.