Mercados descontrolados, demandas llevadas a sus mínimos, y costos muy difíciles de definir en el plano local. Cambian hábitos de consumo. 
PRECIO. En febrero, los tambos cobraron 17,84 pesos por litro. El promedio de marzo rondaría 18,50.

…que, la lechería argentina prácticamente está estancada desde hace más de 2 décadas cuando hacia fines de los 90 rozó los 11.000 millones de litros en una escalada de producción que había duplicado los volúmenes en apenas un quinquenio. La situación ahora es la inversa, aunque el derrumbe no fue mayor por la gran eficiencia alcanzada por los productores que, aunque disminuyeron a la mitad la cantidad de establecimientos, lograron mejorar los rindes por animal y sobrellevaron años de precios hasta negativos, de acuerdo a los costos que tenían. Eso había cambiado hacia el verano al punto de lograrse valores que hoy estarían rondando los $19-20/litro en tranquera de tambo (cuando los costos son de $14-15), debido a la presión de la demanda doméstica e internacional, con precios para la leche en polvo que llegaron a cotizar a u$s3.400 /tonelada. Sin embargo, pandemia mediante, ese escenario desapareció de la noche a la mañana, con excedentes de producción en casi todo el mundo (productivo). México está tirando leche, mientras que en los Estados Unidos sobrarían unos 25 millones de litros diarios, y la Unión Europea pide a sus tamberos que “recorten” 15%-20% los volúmenes, ante la imposibilidad de absorber la oferta. La desaparición del turismo y su impacto negativo sobre la demanda HoReCa (hoteles-restaurants-catering), sumada a la fuerte devaluación en varios países, entre ellos Brasil (uno de los clientes de Argentina), Sudáfrica, etc. completan un escenario complejo para el futuro de la lechería.
…que, mientras el precio internacional ya bajó a u$s2.700 por tonelada, y varios reconvierten sus producciones de quesos hacia leche en polvo (más fácil de estoquear), se prevé que el panorama seguirá agravándose y “recién comenzaría a ordenarse a partir de marzo del ´21”, reconocía un analista local alarmado ante la caída de la demanda que, por ejemplo, en el caso de China ronda ya el 50%. De ahí que en la Argentina no se descarte entre ciertos operadores, una eventual baja en el precio de la leche en tranquera de tambo, aunque tampoco alcanzaría para neutralizar el efecto negativo que, en el caso de la exportación, debería contemplar además una mejora en el tipo de cambio (Argentina volvió a quedar retrasada respecto, incluso, a los vecinos), y la eliminación de las retenciones que se ubican en alrededor de 5% para los quesos, y 9% para la leche en polvo. Sin embargo, tanto para Argentina como para el resto del mundo, se abren fuertes expectativas sobre las abultadas compras públicas que deberán hacer los Estados, todo en el marco de preocupación creciente por la “seguridad alimentaria” que está llevando a que algunos países comiencen con las restricciones de venta a terceros países (caso Rusia con el trigo), pero que podría beneficiar a países vendedores como la Argentina. La situación se puede prolongar hasta que se comience a regularizar la situación pospandemia, y venga el rebote de precios con el ordenamiento de las actividades, probablemente, a partir del primer semestre del año que viene.
…que, mientras finalmente casi se logra completar el primer turno de vacunación antiaftosa en el país, a pesar de las restricciones, el mercado ganadero sigue alterado también por los cambios, en especial, en el plano de las exportaciones que ahora se derrumbaron, en especial, las de cortes más caros, como los que van a Europa. Para compensar, el tibio reingreso de China al mercado internacional da algún aliento a la producción local, jaqueada este año por la pandemia, el clima, y el contexto económico interno que impide proyectar la actividad. Como si fuera poco, la bajante inédita del Paraná, producto de la escasez de lluvias también en las cuencas de origen, en Brasil, está complicando adicionalmente las operaciones de exportación, ya que directamente los Panamax (los grandes graneleros) no pueden salir con cargas completas ni siquiera por el Canal de la Hidrovía, y deben completar en Quequén y Bahía Blanca que, a su vez, no cuentan con la cantidad de mercadería requerida lo que encarece adicionalmente la logística. La situación recién comenzaría a ordenarse a mediados de mayo, tras las lluvias (torrenciales) que se esperan en unos días más a lo largo de toda la cuenca, pero que recién mejorarían la altura del Paraná en los puertos de up river, en 3-4 semanas.

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