Habitantes de los municipios aledaños al Río Atoyac, principalmente la Junta Auxiliar de Santa Ana Xalmimilulco, están expuestos a los metales pesados.

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El queso y la leche que se consumen en las comunidades aledañas al Río Atoyac, principalmente en la junta auxiliar de Santa Ana Xalmimilulco, en Puebla, tienen altos contenidos de metales pesados que hacen que su consumo sea peligroso para las personas, de acuerdo con Numa Castro González, doctor en Biociencias y Ciencias Agroalimentarias por la Universidad de Córdoba en España y que, actualmente, es investigador de la BUAP.

En octubre pasado se llevó a cabo el Primer Foro Sanitario del Alto Atoyac, organizado por el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga de la Universidad Iberoamericana Puebla. En dicho foro, diferentes investigadores presentaron sus trabajos en torno a la problemática de la contaminación del río Atoyac y sus efectos en la salud de la población.

En este espacio, Numa Castro presentó su estudio titulado “Riesgos en la salud por metales pesados en la cadena alimentaria de la leche”, en el que destaca que hubo una transferencia de los metales pesados desde los forrajes, a las vacas y luego a las personas. Dentro de esta investigación se encontró que los lácteos contienen Cadmio, Arsémico, Zinc, Plomo, Cobre y Niquel.

Dijo que para la investigación se evaluaron los quesos y la leche en Santa Ana Xalmimilulco, y aunque la gente no consume grandes cantidades de queso, éstas contribuyen al índice de los metales que entran al organismo de las personas todos los días.

También mencionó que de acuerdo a los estudios que llevó a cabo, se detectó que los niños que viven en las comunidades y municipios aledaños a la cuenca del río Atoyac, consumen en promedio 547 mililitros de leche, e indicó que en todas estas localidades hay grandes cantidades de metales pesados no solo en el agua, sino también en el suelo.

También manifestó que la cuenca de “El Alto Atoyac”, que incluye a municipios de Tlaxcala y Puebla, cuya afluente llega a la presa de Valsequillo, arrastra todos los días 70 toneladas de contaminantes y dentro de los metales que se encuentran con más frecuencia son el Cadmio, el Plomo, el Cromo, Arsénico, Mercurio. Además, de ser sustancias que pueden causar cáncer, también provocan alzheimer, autismo, problemas respiratorios, renales, entre otros.

Y destacó que son 50 municipios los que se están viendo afectados por los riegos con el agua del río Atoyac. Incluso, hay un riesgo de niños y adultos por jugar o trabajar en los suelos contaminados que están a la orilla del afluente.

Contaminación del Atoyac en Puebla es mayor que la contaminación de la Ciudad de México
Por su parte, Regina Montero Montoya, investigadora titular de Ciencias Biomédicas, e investigadora en Toxicología Genética de la UNAM, detectó que la contaminación del río Atoyac es mayor a la de la Ciudad de México, pues mientras que la capital del país se encuentra en parámetros de 2.5, lugares como Moyotzingo y Santa Ana Xalmimilulco tienen valores de contaminación en su suelo, agua y subsuelo de 2.8.

Explicó que en la cuenca del río que pasa por Tlaxcala y Puebla existen 20 mil 400 empresas manufactureras de sectores como el de la producción de automóviles y autopartes, de producción siderúrgica, y metalmecánica, madera, química, petroquímica, agroquímica, de plásticos, adhesivos y otros derivados de petróleo, de ensamble maquilador textil, de lavandería industrial, sustancias químicas, solventes, plásticos que llegan al ambiente.

Regina Montero comentó que fue a finales de los años 90´s cuando la población empezó a notar olores químicos que provenían del agua del río, los cuales eran distintos al olor de drenaje, y poco a poco este olor también invadía los canales de riego: “También notaron el surgimiento de enfermedades graves en niños y jóvenes como anemia hemolítica, purpura, leucemia infantil, insuficiencia renal, entre otras”.

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