En una nueva ofensiva contra el Gobierno, las entidades del campo nucleadas en la Mesa de Enlace salieron a reclamar medidas urgentes para el sector lácteo. Y argumentaron que, de mantenerse los precios actuales que percibe el productor, la actividad terminará por extinguirse en el corto plazo.
Coninagro, CRA, Federación Agraria y la Sociedad Rural expusieron que los tamberos recaudan hoy lo mismo que a mediados de 2020 siendo que, en dicho período, se dispararon variables como el precio internacional del maíz -insumo clave para el segmento-, aumentaron las retenciones para las exportaciones de lácteos y, además, el consumo no repunta por efecto de la recesión dominante.
A través de un comunicado al que accedió iProfesional, las organizaciones informaron que peligra la continuidad de al menos 10.000 tambos, aparte de señalar que los productores carecen de incentivos y cargan también con una presión impositiva asfixiante.
“Desde mediados de 2020 el productor está recibiendo un precio insuficiente, por su leche en tranquera de tambo. Actualmente con los 21,36 pesos por litro no se llega a cubrir los costos de producción, que están dolarizados en un 80 por ciento, no recibimos ningún incentivo y nuestra carga impositiva es muchísimo más alta que en el resto del mundo”, señalaron.
“Más aun, en el contexto global actual, los productores argentinos somos los que recibimos el precio más bajo, 0,24 dólares por litro, muy lejos de los 0,33 por litro históricos, que se requieren para cubrir los costos de producción medios. Nuestros competidores a nivel mundial, así como nuestro vecino Brasil, reciben hoy hasta 0,44 dólares por litro, con costos equivalentes y/o menores a los nuestros”, añadieron.
Desde la Mesa de Enlace afirmaron que el escenario de crisis que atraviesa la actividad “está fuertemente influenciada por el programa de Precios Cuidados, así como el desincentivo a la exportación que presentan las retenciones y los ínfimos reintegros. Estamos exportando impuestos”.
“… debemos reemplazar propuestas que distorsionan el mercado, que ya fracasaron y no se aplican en el mundo, por medidas que posibiliten la actividad económica del sector, el acceso a los productos lácteos esenciales a los sectores más desprotegidos de la sociedad, con medidas que focalicen la demanda, y que al mismo tiempo posibilite el ingreso de divisas que el país tanto necesita”, concluyó el bloque de entidades.
El malestar expuesto nuevamente por el campo coincide con la decisión oficial de extender el programa de Precios Máximos hasta el 31 de marzo.
Y no sólo eso: mediante la resolución 112/2021 el Gobierno intimó a los productores de alimentos “a incrementar su producción hasta el máximo de su capacidad instalada y a arbitrar las medidas conducentes para asegurar su transporte y provisión durante el período de vigencia de la presente medida”.
En torno a asociaciones del sector lácteo consultadas por iProfesional señalan que la continuidad derivará, inevitablemente, en la parálisis de establecimientos productores y el remate del ganado lechero.
“No hay resto económico para seguir adelante. Casi el 80 por ciento de los tambos en actividad pertenecen a productores chicos y ultra endeudados. Vamos camino a otra oleada de cierres definitivo”, anticipó un referente de la actividad, en estricto off the record.
Semáforo en rojo
A tono con esto, Coninagro expuso en su semáforo de seguimiento del rubro que la actividad lechera está “en rojo y con pronóstico reservado”.
“El consumo interno y las exportaciones, estimaciones del tercer componente, se mantienen estables en volumen, no así en valor, lo que no alcanza a compensar el efecto negativo del primer componente. Por caso, en diciembre la variación interanual del precio fue de sólo 27 por ciento, muy por debajo de la inflación, y de la propia suba de costos, que se estiman en por lo menos 43 por ciento en el mismo período”, señaló.
“La disminución del poder adquisitivo del consumo generó que los productos lácteos tengan un menor valor global, lo que se traslada al precio por litro y componente, al tambo”, añadió.
Respecto de este escenario, Daniel Kindebaluc, secretario general de Coninagro, expresó que “se prevé que los meses próximos la actividad se seguirá resintiendo”. Y, desde esa perspectiva, pronosticó un “cierre de tambos y achique en la producción”.
“En lo que compete al mercado externo, las retenciones al sector subieron un 1 por ciento, de 3 y 4 pesos por dólar a un porcentaje fijo, y con la suba del tipo de cambio aumentaron un poco. Por todos los impuestos que pagamos consideramos que deberíamos recuperar algo con reintegros a las exportaciones”, dijo.
Para luego concluir: “”Los costos al productor del tambo han subido, así como la alimentación a animales, que se compone de maíz, y esto provoca un atraso en los precios. Estamos en un momento en que evaluamos si hacer ‘caja’ el maíz que tiene el productor en el campo o hacer ‘bolsa’ de reserva para alimentar a los animales para el invierno. Es una encrucijada difícil de sostener y los más afectados son los pequeños y medianos productores”.