Indicó que de acuerdo con información del INEGI, de 1994 a 2007, desaparecieron más de 500 mil pequeños productores de leche, por efecto del TLCAN. “Para bien de la economía mexicana, el producto leche y sus derivados, debieron haber sido excluidos de ese acuerdo comercial”, destacó.
En la actualidad, dijo, los productores de esta rama alimentaria, estamos a favor de que la leche no debe formar parte de los tratados comerciales.
Dijo que hay que añadir una política gubernamental de subsidios que reciben los productores lecheros de esas naciones que, “en México, no tenemos”.
Hasta ahora no hemos sabido de las condiciones precisas en cuanto a volúmenes y precios de comercialización, sin que en ello se haya considerado una previsible competencia ruinosa para los productores mexicanos, expresó.
“Los productores mexicanos ignoramos las reacciones de los ganaderos de países con los cuales México ha formalizado Tratados de Libre Comercio”, donde el producto leche forma parte destacada, al menos no se ha sabido que haya inconformidad, indicó.
Al contrario, añadió, su silencio muestra que están contentos por vendernos un producto disminuido en su calidad nutritiva y a precios comparativos por encima del promedio de lo que en México se paga a los pequeños y medianos productores por un alimento con nutrientes naturales y de mejor calidad.
Además, agregó, deben ser conscientes de que nos venden saldos de leche que, en virtud de que no la pueden colocar fresca en los mercados locales, le separan la crema y otros nutrientes y le agregan proteínas artificiales, mientras que esto les abre oportunidades de comprar otros productos. De esta forma, apuntó, el producto leche y sus derivados se convierten en “moneda de cambio”.