Así lo manifestó la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), al afirmar que «durante mayo, había empezado a crecer el volumen remitido por los tambos, pero al secarse el suelo y llegar las heladas fuertes, se plancharon los recibos. Se paró el pasto y se puso más difícil poder cerrar la rotación del pastoreo».
La entidad lechera expresó que esta situación obligó a usar más temprano las reservas y concentrados, al tiempo que acentuó la suba de los costos de producción del tambo. «Bajó el rinde de las vacas en lts/día y subieron los sólidos», señalaron.
Restricciones al comercio de leche y lácteos
Otro tema de interés plantado en el reporte mensual de la Cámara lechera refiere al diálogo de la industria láctea con la Secretaría de Comercio Interior, el cual, sostienen, estaría dando algunos frutos, para poder flexibilizar con más lógica la actualización de precios cuidados. “Esto, junto a la persistencia de la demanda en el mundo, que proyecta muy buenos precios para la leche en polvo entera (nuestro producto más exportado), es importante para los productores argentinos. Porque explica en buena medida la capacidad de pago que las industrias tendrían para competir por la leche de los tambos”, expresaron.