Un punto desde donde se puede analizar el tema inflacionario es quién forma precios en una cadena de valor de un producto determinado. En general, nadie se hace cargo de ese rol, más con la dispersión de precios que existe hoy en día, donde un producto cuesta más o menos según el comercio donde se adquiera.
Un ejemplo de esto es la cadena de valor de los lácteos. El productor y exsecretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, hizo un trabajo sobre los productos que tienen como materia prima la leche. «Observando los Precios Cuidados me pregunté: `¿Qué incidencia tiene la materia prima – precio de la leche al productor- en el precio final de los productos lácteos ofrecidos en “Precios Cuidados´?», dice Roulet.
Su trabajo muestra el valor del litro de leche que en diciembre de 2019 se le pagó al productor es mucho menor que el precio que pagó el consumidor. «En la cadena láctea –por los altos costos argentinos de logística, impositivos, de comercialización-, los perjudicados son siempre los dos extremos, el productor que recibe un bajo precio por su producción y el consumidor que tiene que pagar altos valores por los lácteos», advierte el especialista.
Con el fin de demostrar esto, Roulet confeccionó un cuadro con el valor final de Precios Cuidados, lo que permite «calcular cuál es la participación de la materia prima –leche cruda, enfriada, con atributos de calidad puesta en tambo- en el precio final de cada unidad».
Según el productor y ex funcionario, este cuadro desmiente a quienes señalan que «los lácteos están caros por que le pagan mucho al productor”.
«Es tan baja la participación en general de la materia prima en el valor final del producto, que podemos concluir que el problema está en los eslabones intermedios –industrialización y comercialización- que, por los altos costos argentinos, por falta de competitividad o por ganancias extremas, confirma que los perjudicados en la cadena lácteas son los dos extremos de la cadena: producción de materia prima y consumidores finales», concluye Roulet