Francisco Sineiro y Jorge Santiso, profesores del Departamento de Economía Agraria de la Universidad de Santiago, pronostican que 2025 será un buen año para las explotaciones lácteas españolas, debido a un aumento de la demanda exterior que derivará en una revalorización en origen.
En su último informe, El sector lácteo en España: situación 2024 y perspectivas 2025, hecho público la semana pasada, auguran que los precios de compra de la leche en España tenderán a converger con los de los principales países de la UE, que se sitúan 6 céntimos por encima de lo que están cobrando en estos momentos las ganaderías españolas (casi 10 en el caso de las granjas gallegas).
“En España puede esperase un ligero incremento de la producción de leche de vaca, limitado en todo caso por la caída del censo y la reducción de explotaciones, de difícil compensación vía rendimientos o aumentos de tamaño. Incrementos moderados se prevén a su vez en el consumo, tanto en hogares como en la demanda extra doméstica, centrados en el queso en ambos casos. Con estas perspectivas cabe esperar una mejora en precios hacia un realineamiento con los precios medios en la UE”, concluyen.
A nivel español cabe esperar un ligero incremento de la producción, limitado en todo caso por la caída del censo de ganado y la reducción de explotaciones
En el mercado global, indican, “las perspectivas apuntan a una ligera subida de la producción y a su vez de la demanda, en un equilibrio que debería consolidar los niveles de precios de los últimos meses. No obstante, persiste el grado de incertidumbre que afecta tanto a la oferta (crisis zoosanitarias, materias primas y condiciones climáticas), como a la demanda (evolución de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, y perspectiva de un nuevo esquema arancelario)”.
Un tercio de los abandonos se da ya actualmente en explotaciones con una producción de más de 200.000 litros anuales
Además, un tercio de los abandonos se da ya actualmente en explotaciones con una producción de más de 200.000 litros anuales, “unos volúmenes de leche que cada vez son más difíciles de compensar con aumentos por parte de los ganaderos que permanecen en activo”, advierten.
En el conjunto de España habrían desaparecido en 2024 un total de 653 explotaciones lácteas, de las que 372 habrían cerrado en Galicia, según los datos del Ministerio de Agricultura.
Demanda estable
La demanda de productos lácteos parece estable con el crecimiento de las importaciones en los países del Sudeste de Asia y Oriente Medio, favorecidas por el aumento de la población y una tendencia general de mejora de la renta, y cierta recuperación de las compras por China a finales de 2024 .
“Este equilibrio en la oferta y la demanda global debería mantener los precios de la leche y los productos lácteos en los próximos meses”, indican Sineiro y Santiso en su informe.
En la UE, los niveles de precios actuales dependen tanto de la evolución del mercado interior como del frágil equilibrio entre MG y MP que determina la evolución del precio equivalente y que podría verse alterado si persisten las dificultades en las exportaciones de leche desnatada en polvo.
Con los niveles de precios actuales, la mantequilla aporta el 60% del valor del precio equivalente y la leche desnatada en polvo (LDP) el 40%. “Tendencias divergentes en el consumo de mantequilla y leche desnatada en polvo agudizan los desequilibrios entre ambos productos y se trasladan a una evolución dispar en los respectivos precios, con el resultado de un precio equivalente soportado por una elevada cotización de la mantequilla”, explican.
Aunque los mercados de futuros ejecutables hasta junio auguran un posible cambio de tendencia, con una subida tanto de la leche entera en polvo como de la desnatada en polvo (en torno a un 5%) y una caída del valor de la grasa láctea, lo que podría incentivar a la industria a desnatar menos leche.
Precios más altos en Europa
España fue el único país de la UE en el que el precio medio pagado a los productores bajó en 2024. “Los precios de la leche de vaca en España anotaron pocos cambios en 2024, situándose por debajo de los 48€/100 kg después de un ajuste de 2-3 € en primavera. En cómputo anual resulta un precio medio de 47,7€/100 kg, similar al registrado en la media UE, aunque con un diferencial negativo de 6€/100 kg en los últimos meses como resultado de una tendencia alcista en la mayor parte de los principales países productores”, detallan Sineiro y Santiso.
Países como Alemania, Holanda o Irlanda han empezado a corregir los precios a la baja, aunque todavía se mantienen altos
El año se cerró con precios en diciembre de 63,2 céntimos en Irlanda, 55,7 en Alemania, 57,3 en Países Bajos, 54,9 en Italia e incluso 55 en Polonia. Portugal mantiene niveles inferiores a España (45,6 céntimos), mientras que Francia consolida, de cara al primer trimestre de 2025, la media de 50,6 céntimos de diciembre.
Los contratos que las principales industrias francesas firman con los ganaderos están indexados en función de la distribución
La mayoría de países exportadores europeos reaccionan mucho más rápido a los altibajos en el mercado internacional de productos lácteos, lo que hace que estas oscilaciones se trasladen a los contratos en origen más rápido de lo que lo hacen en España, donde la tendencia plana de precios vivida a partir del verano ha impedido a las granjas beneficiarse de los valores ascendentes vividos en el resto de Europa.
“El reajuste a la baja en abril dejó el precio estabilizado en torno a los 46-48 €/100 kg el resto del año, ajeno a las tendencias alcistas observadas en buena parte de los países de nuestro entorno. De este modo, el diferencial positivo que se mantenía con la media UE se ha tornado en negativo, para terminar el año en 6€/100 kg por debajo”, detallan Sineiro y Santiso.
Costes de producción
En cuanto a los costes de producción y los márgenes netos de las ganaderías, afirman que “a falta de completar los resultados del año 2024, se puede adelantar que el margen obtenido por los productores de leche se ha mantenido elevado y próximo al alcanzado en 2023, que había sido el máximo de la serie histórica”.
“La moderación de los precios de los fertilizantes, piensos, carburantes y electricidad (todos ellos entre el -12 y el -15%) se traduce en un descenso en el índice costes de producción (-11 puntos en base 2020=100) que compensa buena parte del descenso en el precio de la leche (-17 puntos)”, indican.
Pese a la reducción en los costes de producción producida a lo largo de 2023 y 2024, en los últimos cuatro años, el aumento de los costes de las granjas habría sido superior al 20%, compensado por el aumento en el precio de la leche, que supera el 40%. De este modo, los márgenes de las ganaderías habrían mejorado claramente a partir de la subida del precio de la leche en el segundo semestre de 2022.
Producir un litro de leche es hoy un 20% más caro que hace 4 años
Sin embargo, con el comienzo de 2025, el avance hacia la paridad euro-dólar, que favorece la exportación pero encarece las importaciones de materias primas consumidas por las granjas, como es el caso de cereales y oleaginosas destinadas a alimentación del ganado o de fertilizantes para el abonado de cultivos, que están subiendo ligeramente, por lo que los costes de producción finales del litro de leche podrían incrementarse ligeramente en el transcurso de este año.
Consumo
El consumo doméstico ha registrado un ligero aumento de un 0,5% en 2024, con una pequeña caída en leche envasada (-0,8%) ampliamente compensada por el aumento en queso (+2%).
La desaparición de la exención del IVA en los productos lácteos, que ha vuelto al 4% el día 1 de enero de 2025, ha incrementado ligeramente los precios, ya de por si elevados. Con respecto al año 2021, el precio de la leche y la mantequilla en los lineales de los supermercados se ha encarecido un 40% y el queso y el yogur casi un 30%.
Transcurridos casi cuatro años de un periodo inflaccionario que se iniciaba a mediados de 2021 con los precios de la energía y la práctica totalidad de los factores de producción de leche Sineiro y Santiso hacen un primer balance del traslado de costes a precios a lo largo de la cadena de valor.
“El proceso de incorporación de aumentos y/o reducciones de costes a precios ha seguido una cadencia e intensidad desigual en los distintos eslabones, con el consiguiente impacto en los márgenes brutos”, indican.
La distribución ha anticipado la subida de sus costes operativos y del precio de compra que paga a la industria
“Las explotaciones han soportado las primeras subidas de costes, con un retraso considerable en su repercusión en los precios de la leche; un descenso de la producción en la segunda mitad de 2022 derivaría en las tensiones en el abastecimiento de la industria y una escalada a máximos históricos en los precios de la leche. En 2023 y 2024 descensos en los costes de producción han acompañado reajustes a la baja en los precios de la leche”, resumen.
En cuanto a la industria láctea, “condicionada por los contratos con la distribución”, dicen, “también se ha enfrentado a retrasos en el traslado a precios de los mayores costes, en particular los de la leche utilizada como materia prima”. La distribución, sin embargo, habría anticipado las subidas en sus costes operativos y en el precio de compra de productos que posteriormente trasladaría a la industria, aseguran.
La fiebre mundial de la mantequilla
Entre los productos lácteos industriales, pese a la leve corrección desde principios de año, la mantequilla sigue manteniendo niveles récord en los mercados internacionales, por encima de los 7.000 dólares la tonelada tanto en Europa como en la subasta quincenal de la cooperativa neozelandesa Fonterra, referencia para las cotizaciones a nivel internacional.
En lo que respecta a la UE, los precios de la mantequilla han subido un 20% en el último año (un 40% en el caso de Alemania, donde ha pasado de 3.200 euros la tonelada a 8.000), lo que ha llevado a países como Polonia a tener incluso que echar mano de su reserva estratégica, inyectando 1.000 toneladas en el mercado, para corregir el alza de precios tras haber llegado a tocar los 9.000 euros.
La producción de mantequilla en la UE se encuentra estancada, en sintonía con la evolución de la propia producción láctea, pero el consumo se ha disparado a nivel mundial, ya que la percepción social sobre este tradicional commodity de la industria láctea ha cambiado, sobre todo tras la pandemia.
El consumo de grasa láctea se ha disparado a nivel mundial, sobre todo tras la pandemia, y la mantequilla se ha convertido en una materia prima en ascenso
La UE es el principal productor mundial de mantequilla (18% del mercado), aunque para la industria láctea española es un producto secundario. En España la tonelada de mantequilla se paga en estos momentos a 5.900 euros, muy por debajo de países centroeuropeos donde es un producto básico de consumo en los hogares, al igual que en EEUU, donde juega también un papel importante en la cocina. En el mercado americano, el precio subió en noviembre pero ha bajado desde comienzos de año y se sitúa en 5.300 dólares en estos momentos.
En países centroeuropeos y en EEUU la mantequilla es un producto básico para las familias en sus hogares
Los cambios de tendencia en el consumo de leche líquida están afectando también a la producción de mantequilla. Apoyándose en estudios médicos, la grasa láctea no se ve ya como perjudicial para la salud por parte de los consumidores, que se han pasado de la leche desnatada a otras opciones, como la semidesnatada o la entera. Ese cambio de hábitos, junto con el incremento de consumo de queso (otro producto basado en la grasa láctea), ha derivado en escasez de la materia grasa sobrante con la que se fabricaba la mantequilla.
La leche entera ha pasado de denostada a recomendada por lo que ha disminuido la materia grasa sobrante con la que se fabricaba mantequilla
La industria láctea española se ha aprovechado del incremento de valor en Europa en 2024. De hecho, las exportaciones de mantequilla española han aumentado un 2,1% en 2024 con respecto a 2023 (126.000 toneladas frente a 117.000 en 2023), según el balance oficial de DataComex.
La amenaza del queso alemán
En el lado de las importaciones, destaca el incremento de las entradas de queso (409.000 toneladas, un 12,5% más que en 2023) al mercado español en 2024. El consumo de queso sigue creciendo en España (un 2% en 2024 y un 2,4% en 2023) y las importaciones representan ya el 40% de ese consumo.
Por eso el riesgo de fiebre aftosa en Alemania representa un nubarrón en el horizonte para la industria quesera española. Países como Reino Unido han decidido cerrar su mercado a los productos lácteos alemanes, lo que podría desencadenar su recolocación en mercados deficitarios del sur de Europa.
Preocupa qué va a hacer Alemania con el queso que enviaba al Reino Unido tras el cierre de las importaciones por el brote de fiebre aftosa
“Preocupa qué va a hacer Alemania con ese queso y el mercado ya lo está descontando”, aseguran en una empresa que fabrica queso en Galicia. Hasta ahora, el mayor diferencial en el precio de la leche en los países europeos actuaba de freno a las importaciones, pero con la corrección de precios que se está produciendo en Europa y el ascenso previsto en España entraríamos en un escenario más proclive a la llegada de queso barato de países excedentarios del norte de Europa como Alemania, Holanda o Dinamarca.
Las exportaciones de lácteos de Alemania al Reino Unido suponen 350 millones de euros anuales
Hacía 36 años que Alemania no tenía casos de fiebre aftosa cuando a principios de enero se confirmó un brote en una manada de 11 búfalos de agua en Brandeburgo. Como consecuencia, las autoridades decretaron sacrificios preventivos en la zona y se procedió al precinto de las granjas lácteas más próximas.
Mientras continúa la investigación sobre el origen del brote, la ausencia de nuevos casos ha permitido que la Comisión Europea aplique el principio de regionalización, garantizando que las exportaciones dentro de la UE sigan sin mayores restricciones.
En 2001 Reino Unido sacrificó 10 millones de animales por una epidemia de fiebre aftosa que costó a la economía británica 8.000 millones de libras
Un mes después, el brote de fiebre aftosa en Alemania sigue siendo un caso aislado, sin nuevos contagios, pero aunque algunas restricciones han sido levantadas, las zonas de cuarentena permanecen.
La enfermedad es inofensiva para los humanos (no se contagia ni por contacto ni por consumo de carne o leche de un animal infectado) pero altamente contagiosa en rumiantes. Hasta 1992 la fiebre aftosa se controlaba en Europa mediante programas de vacunación sistemática de toda la cabaña bovina del continente. Desde entonces, tras la declaración oficial de la UE como libre de la enfermedad, se suspendieron las vacunas aunque los casos se han mantenido muy bajos.