Mucho se ha hablado de la suba en el precio de los alimentos. Por un lado, el Gobierno apunta a la especulación de los distintos eslabones de la cadena de producción. Como contracara, empresarios y productores enfatizan en la incidencia que tiene el Estado en la formación del precio a causa de la gran presión impositiva que existe. Sin embargo, la pregunta que queda abierta es ¿cuánto pagan los argentinos de impuestos cuando compran alimentos?
Hay distintos estudios que miden la carga tributaria que existe en el precio de los productos y varían básicamente en qué gravámenes tienen en cuenta. Igualmente, todos coinciden en que los valores son elevados. En este sentido, A24.com entrevistó a especialistas e investigadores del tema para hacer un panorama impositivo de lo que se paga en Argentina cuando de satisfacer la necesidad básica de alimento se trata.
¿Cuánto afectan los impuestos al precio de los alimentos?
“Los productos que tienen menor incidencia de tributo arrancan en el 27%, como cereales, verduras, carnes. La carga impositiva va subiendo, hasta llegar casi a un 40% del precio, en productos como el pescado”, detalló Gustavo Carreño, contador público y socio de Scalone Carreño Iñiguez & Asociados.
El asesor tributario explicó que el cálculo no sólo se basó en los impuestos al consumo, sino que para obtener una verdadera dimensión también se tuvieron en cuenta los gravámenes que recaen en toda la cadena y tienen que ver con el costo. “Ejemplo de esto es el tributo a las Ganancias que no es un gravamen de consumo, pero de alguna manera se vuelca en el precio e impacta en el consumidor final”, graficó.
Por su parte, Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), se centró específicamente en los impuestos al consumo y estimó que, dependiendo el IVA, la carga tributaria es de entre el 20% y 30% del precio final del producto alimenticio.
Los alimentos con menos impuestos tienen una alta carga tributaria
Un informe reciente de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA); que analiza la formación de precios de la carne, el pan y la leche; reveló que 1 de cada 4 pesos son impuestos. Es decir, que los gravámenes representan al menos un cuarto del precio final que pagan los consumidores.
En la carne de vaca el 28% del precio final son los impuestos de la cadena. En el pan francés la carga tributaria llega al 23%. El sachet de leche entera tiene una mochila impositiva del 26% en lo que pagan los consumidores.
Cuando se analizan los tributos que paga la cadena el 75,2% son nacionales, el 19,3% provinciales y el 5,5% municipales. Al compararlo con febrero 2021, la participación de los impuestos se mantiene prácticamente igual, pero con un leve aumento del 0,5% en los municipales.
“Al analizar la participación de cada impuesto sobre el total que aporta la cadena, al igual que en otros alimentos, el IVA es el de mayor importancia, concentrando el 33,3% de los impuestos de la cadena. En el caso de la carne, representa menos que en leche (67%) y en pan (45,3%). En segundo lugar, ganancias (neto de impuesto a los créditos y débitos) representa el 31,9% y, en tercer lugar, ingresos brutos con el 14%”, detalló David Miazzo, jefe de economía de la FADA, al referirse a los tres alimentos analizados.
Otro producto de gran consumo en el país y que paga una alta carga impositiva es la yerba. Como detalló Cristian Ezequiel Klingbeil, director adjunto de economías regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa(CAME), la cifra es del 39,3%.
El productor yerbatero contó que si bien ellos no manejan el precio en góndola, “es interesante ver que la mitad de lo que el consumidor paga es al Estado, es en impuestos. Tasas municipales, provinciales, nacionales”. “La sociedad tiene que reclamarle al Gobierno y no al productor porque suben tanto las cosas”, agregó.
¿Una “mochila” de impuestos?
El top 3 de impuestos que mayor incidencia tienen en la formación de precios es el siguiente:
El impuesto sobre el Valor Añadido o IVA es un tributo indirecto que grava el consumo final de productos y servicios producidos tanto en el territorio nacional como en el exterior. En el caso de los alimentos, el impacto depende del tipo de producto que se trate, pero siempre se lleva el primer lugar.
Aportes y contribuciones en materia de Seguridad Social, esto es los tributos que se pagan en remuneraciones sobre la nómina salarial.
Impuesto sobre los Ingresos Brutos o a las Ganancias, dependiendo del tipo de producto. El primero es un gravamen que corresponde a las actividades económicas autónomas y está regulado por cada provincia. El segundo es es un tributo que se paga en función de los ingresos que la persona o empresa tuvo en el curso del año.
“Después hay otros impuestos como a débitos y créditos, o tasas municipales que tienen un efecto importante; pero menos que los anteriormente mencionados”, indicó Carreño.
¿Por qué hay tantos impuestos en Argentina?
La presión tributara es la cantidad de impuestos que paga tanto el consumidor como las empresas y en Argentina es muy alta para el nivel de desarrollo que tiene el país.
“Estamos cerca de los países desarrollados con alta tributación como los nórdicos ó Francia. Allí, el Impuesto a las Ganancias recauda 27 puntos. En cambio acá, como tenes alta evasión, los formales tienen mayor tributación. Terminas teniendo una cantidad de impuestos de fácil recaudación, pero que son muy malos. Por ejemplo, cobras impuesto al cheque que la mayoría de los países no cobra, retenciones, ingresos brutos. Son una máquina de facturar”, graficó Artana.
Los especialistas coincidieron en señalar que la cantidad de dinero que tributan los argentinos no responde a una cuestión estratégica, sino más bien de necesidad por parte del Estado para recaudar dinero.
Miazzo sostuvo “lo que prima es la necesidad fiscal y recaudatoria. Ni siquiera se debería tener IVA, pero es la manera de pagar el déficit público y la crisis fiscal”. Y destacó que el gravamen sobre el consumidor final se da porque es el de más amplia cobertura, “desde el paquete de fideos hasta un auto nuevo. Lo pagan todos”.
Por su parte, Carreño explicó que es un tributo de fácil control, ya que la persona va gasta y en ese mismo momento está pagando el impuesto, sin necesidad de hacer un pago posterior”.
En conclusión, cada vez que los argentinos compran algún alimento, gran parte de lo que pagan son impuestos. El cobro de los mismos responde netamente a poder abastecer las arcas del Gobierno, y así enfrentar el elevado gasto público que el país tiene. Respecto al esquema tributario vigente, que cuenta con 165 impuestos, queda un interrogante abierto: ¿el sistema actual es eficiente?