Históricamente, la oferta de mantequilla estadounidense ha sido absorbida en su totalidad, y en cantidades cada vez mayores, por el mercado nacional, principalmente por la industria de la confitería y la gastronomía.
Las plantas de procesamiento de mantequilla en EE.UU. son cada vez más grandes, mientras que las empresas con sede en el Noroeste tienden a expandirse por todo el país de forma cada vez más generalizada mediante la construcción de nuevas plantas de procesamiento, sobre todo en los mayores Estados productores de leche. Este desplazamiento se ha visto facilitado por la reducción de los costes de transporte y la concentración de proveedores y clientes en estas zonas.
El mercado nacional e internacional de la mantequilla se ha visto especialmente afectado por los cambios en los hábitos de consumo, lo que, por un lado, se debe a razones de salud y a cambios en la dieta. Por otra parte, también se ve impulsado por la búsqueda de autenticidad y de productos locales.
Equilibrando el excedente de productos básicos, la producción estadounidense se adapta a estas condiciones cambiantes.