En el mes de enero del 2025 la producción fue de 880,7 millones de litros de leche, esto implica un valor 11,4% por debajo del mes anterior y un 5,6% más que igual mes del año anterior.
En los últimos años la producción en el mes de enero cae entre 10 y 11% respecto a diciembre (en promedio diario), este año ha tenido una performance levemente superior, cayendo un 11,4%.
En estas cuencas, de la producción de leche depende en gran medida la cantidad de viajes en camión hacia las usinas lácteas; los ingresos de los tamberos; la producción de las propias industrias lácteas -en Rafaela y la región cercana tienen plantas Saputo, Ilolay, Verónica, SanCor, Ramolac, Milkaut y otras compañías más pequeñas- y todo el movimiente económico de decenas de pueblos cuya principal actividad está motorizada precisamente por la presencia de los tambos y establecimientos ligados a la actividad láctea.
Por tamaño de tambos
Si se analiza por tamaño de tambos, por niveles de productividad/eficiencia y por región geográfica, se evidencia una gran diferencia respecto al comportamiento de la producción, donde hay variaciones interanuales muy dispares en las diferentes regiones y estratos productivos.
Subraya el OCLA que “la evolución de los denominados ‘sólidos útiles’ (grasa butirosa y proteína), muestra una suba de un 6,5% respecto a enero de 2024, superior a la suba de la producción en litros de leche (+5,6%), lo cual indica una mejora de los sólidos (Grasa Butirosa + Proteína), que pasaron del 6,94% en 2024 al 7,00% en 2025”.
Como es habitual, la producción desde el pico de máxima en octubre, cae a una tasa del 5 al 6% mensual hasta marzo/abril (tomando el promedio diario de producción, para que no afecten la cantidad de días de cada mes), donde luego comienza un nuevo repunte hacia octubre.
Fuente: OCLA