El aumento proyectado en la población mundial, estimado en 9.700 millones de habitantes para el 2050, plantea que se requerirá un 60% más de producción de alimentos para satisfacer esta demanda. Este escenario coloca a la tecnología como un factor fundamental para impulsar la producción agrícola en un mundo donde los recursos naturales clásicos se vuelven cada vez más limitados.
En este contexto, la región del CONO SUR, con su abundancia de agua y suelos aptos para la agricultura, se perfila como un territorio clave. La tecnología, en particular el uso de imágenes y datos, está llevando a una agricultura más inteligente y precisa. El avance en áreas como la robótica también está transformando procesos como siembras y cosechas, incrementando la eficiencia.
Como complemento de todo esto se encuentra el uso de productos biológicos que emerge como un área apasionante y prometedora. “Estamos parados sobre un suelo que apenas conocemos un 2% porque el 92% restante es una biología que esta funcionando y no le estamos explotando ni conociendo”, sostuvo pelegrina y explicó que “hay un mundo enorme por desarrollar que tiene que ver con cambiar la matriz de uso de insumos por insumos que tengan cada vez más componentes biológicos”. A pesar de su complejidad y variabilidad, representan un cambio en la matriz de insumos hacia productos más saludables y sostenibles, en línea con las demandas de un consumidor que busca alimentos más seguros.
Aunque la adopción de estas tecnologías en Argentina puede estar rezagada en comparación con otras partes del mundo, hay un potencial exponencial de crecimiento.”El productor argentino es una esponja permanentemente absorbedora de nuevas tecnologías”, señaló Pelegrina.
Por otro lado, la producción agropecuaria se vio afectada por una gran sequía y ahora por las inundaciones, además de incertidumbres políticas que impactan en la toma de decisiones. “Esperemos que a quien le toque hacerse cargo de la Argentina, vea la oportunidad que el mundo está dándole”, opinó Pelegrina y resaltó: “Que vea ese llamado y que tome las medidas de alguna manera, impulsando una Argentina exportadora e insertada en ese mundo que necesita estos alimentos”.
“A partir de ahí, que empiecen a sacar el pie de encima del agro y que lo vean como un aliado y generador de desarrollo local de mucho potencial en todas las regiones de Argentina”, sostuvo Pelegrina.
El futuro de la agricultura en la región depende de políticas que reconozcan el potencial del agro como un aliado para el desarrollo y la importancia de insertarse en un mercado global que demanda estos alimentos. Brasil es un ejemplo de transformación, pasando de importador a principal exportador de alimentos, gracias a políticas continuas y respetadas por diferentes gobiernos.