Esta instancia comercial constituye un foco de alta relevancia en los mercados de este segmento de los agroalimentos, sobre todo para países con base exportadora como Uruguay –casi el 80% de la leche que produce es industrializada y negociada al exterior–.

Considerando todos los productos hubo una suba de 4,4% a US$ 3.104 por tonelada, pero lo más importante es que fue la tercera mejora consecutiva (las anteriores fueron de 2,7% y 4,6%), tras constantes referencias a la baja desde mediados de mayo.

Esta semana hubo incrementos en los valores promedio para casi todos los productos lácteos en los que hubo transacciones.

En el caso de la leche en polvo entera (WMP), el producto lácteo de mayor volumen en las colocaciones externas de Uruguay, el precio promedio tuvo una suba de 4,8% al pasar a US$ 2.931 por tonelada.

En esta subasta participaron 164 postores que adquirieron 38.350 miles de toneladas (+ 2,6% respecto a la anterior).

La próxima licitación, el evento N° 342, se hará el martes 17 de octubre de 2023.

Horizonte menos negro

Justino Zavala, directivo de la Agremiación de Tamberos de Canelones (ATC), consideró que es una buena noticia, porque el precio mejoró en el plazo reciente unos US$ 500 por tonelada y porque hay señales de reactivación en la demanda, no obstante precisó que eso no quiere decir que de inmediato mejore el ingreso para el productor.

“Al menos hay algo más de optimismo y esperanza, no todo es negro en el horizonte, pero en el día a día nada ha cambiado”, sintetizó a El Observador.

Recordó que en agosto Conaprole trasladó una baja en el precio que paga por la leche de poco más de un 20%, casi $ 4 por litro, lo que más allá de las razones fue “algo muy duro”.

El precio de la remisión de setiembre no cambió y la expectativa es ver si para la de octubre habrá una recuperación, si se sostiene la mejoría en el mercado internacional.

El problema de los tamberos es que si bien las condiciones productivas mejoraron, justo cuando llegó la primavera y la producción crece, igual hay dificultades en ese sentido.

Conviven, además, con problemas con base en compromisos asumidos en la sequía con el objetivo de que los sistemas productivos soportaran del mejor modo posible esa adversidad.

Hubo un endeudamiento importante por la sequía y justo en este semestre hay muchas obligaciones de pagos y cumplir con eso y a la vez cubrir los costos productivos actuales es muy difícil.

Señaló que hay datos que indican que las asistencias obtenidas con Conaprole y el Banco República significan unos US$ 0,06 por litro de leche.

Destacó que Conaprole trasladó obligaciones a cumplir en agosto para enero (un mes de muy baja producción en los tambos) y las de setiembre las pasó para abonar en siete pagos desde el otoño de 2024, pero ya están para vencer los pagos de octubre.

Señaló la importancia de una línea de crédito especial dada por el BROU, disponible para unos 800 productores, aunque en realidad son unos 200 los que están en condiciones de acceder.

Añadió que se siguen buscando soluciones con Microfinanzas, con Proleco, pero “los saldos deudores aumentaron bastante y la disponibilidad de recursos es muy poca”.

Por eso no extrañó que en setiembre se haya dado una baja de 1,8% en la producción y remisión, lo que definió como “una primera luz amarilla que se prende en el tablero”, con una clara incidencia del factor climático pero también de la disonibilidad de caja, por ejemplo se bajó la calidad de las raciones.

“Lo peor es que se junta que se manda menos leche y que se cobra menos por la leche”, concluyó.