La escasez de precipitaciones sigue generando repercusiones económicas en las personas que dependen de las actividades agrícolas o ganaderas, tal es el caso de los productores de leche en el municipio, quienes no cuentan con recursos para alimentar a su ganado.
Juan de Dios Tavera, uno de los pocos productores que quedan en Salamanca, señaló que en algunas partes del municipio no hay nada con qué alimentar a los animales, por lo que tienen que recurrir a la compra de granos o forrajes que han incrementado hasta en un 20%.
“La situación es complicada, empezando el año un bulto de concentrado valía como 260 pesos, ahorita vale 320 y con ese bulto se alimenta durante una semana a una vaca y eso teniéndola a dieta”, dijo.
Explicó que aunado a esta situación de 10 años a la fecha, las marcas comerciales de leche que han surgido en el mercado les han quitado clientes, pues hay gente que ya no consume lo que ellos producen, esta situación ha generado que familias enteras que se dedicaban por tradición a esta actividad la hayan abandonado.
Otro de los problemas que está abonando para que cada vez haya menos personas dedicada a la producción de leche, es el bajo precio que se maneja en el mercado, ya que el costo promedio por litro oscila en los ocho pesos, sin embargo comerciantes que utilizan la leche para elaborar productos lácteos la llegan a pagar hasta en seis pesos, lo que les repercute directamente.
“Esto ya no es negocio, ahora ya no hay clientes, yo actualmente sólo mantengo uno de decenas que tenía y ese cliente es el que me ha ayudado a continuar”, finalizó Juan de Dios.