Mientras cierra un año de fuerte caída de sus ventas, producto de la volátil situación de la economía argentina, Mastellone busca revertir el escenario aplicando fórmulas que le permitan reducir costos y mejorar cuentas mediante la eficientización de su producción de manera sustentable.
Un proceso que lleva a cabo en el marco de una compleja coyuntura económico-financiera a nivel nacional que repercutió fuertemente en la producción lechera del país.
La devaluación del peso con respecto al dólar impactó negativamente en el sector, debido a que los tambos tienen gran parte de sus costos productivos ligados a la moneda norteamericana como los de alimentación, sanidad, genética, energía eléctrica y gasoil.
Además, las lluvias intensas e inundaciones, las sequías y las olas de calor que sufrió el país repercutieron en el confort de los animales, en las condiciones laborales de los trabajadores, y en el crecimiento de las pasturas y los cultivos forrajeros (fuentes de alimento del ganado lechero).
Todo esto generó pérdidas importantes debido a que elevó los costos de producción de los tambos y de las empresas del sector que también se vieron perjudicadas por caminos anegados que causaron roturas en los camiones; cortes de ruta que afectaron los recorridos, aumentando la cantidad de kilómetros y dejando pérdidas económicas importantes.
Para enfrentar semejante coyuntura, Mastellone se basa en un modelo de negocios que permita mayores ventas e ingresos con una estrategia comercial basada en el cuidado del medio ambiente y en la elaboración de alimentos que respondan a las necesidades nutricionales de la sociedad.
Su planteo se divide una serie de programas que el grupo dueño de La Serenísima bautizó como “los cinco compromisos de nuestra Política de Sustentabilidad”. Es decir, abastecimiento sustentable de la materia prima (láctea y no láctea); uso responsable del agua; uso eficiente de la energía; desarrollo humano y vida saludable.
Se trata de una iniciativa que el principal grupo lácteo de la Argentina viene aplicando desde el 2016 y se extiende hasta el 2021.
La estrategia
Como resultado de un análisis de riesgo y oportunidad aplicado a su cadena de valor, el grupo fundado por la familia Mastellone identificó 18 focos de acción y 30 iniciativas estratégicas asociados a los cinco temas clave de gestión.
En el caso del uso responsable del agua aplica políticas de reducción del consumo, reciclado y reutilización, control en origen y tratamiento de efluentes.
La compañía lleva implementados 16 proyectos con el objetivo de lograr la máxima eficiencia, entre los cuales se destacan la unificación de presiones de bombeo; enfriamiento de equipo de servicios industriales con agua de torre; rediseño de línea de distribución de agua; recupero de enjuagues y soluciones de lavado.
Además, se instalaron condensadores evaporativos en los circuitos frigoríficos que usan agua recuperada e incrementan la reutilización de condensados de leche en polvo.
Respecto al consumo eléctrico, busca mejorar la eficiencia en los procesos, realizar un consumo sustentable, reutilizar las emisiones y reemplazar el proceso por energías más limpias. Sus plantas tienen la Norma ISO 50.001, que establece los requisitos para aplicar un sistema de gestión de la energía más eficiente.
Además, lleva en marcha otra serie de proyectos, de los cuales se finalizaron 25 y en proceso se encuentran 44, sobre una base de 144 propuestas. Entre ellos se destacan:
Se cambió la tecnología de refrigeración y se reemplazó la condensación por medio de intercambiadores casco y tubo, por condensadores evaporativos de mayor eficiencia.
Se eliminaron puntos de rebombeo que eran innecesarios
Se reemplazaron luminarias por artefactos LED
Se sectorizó el encendido de luces para evitar iluminar zonas innecesariamente
Se modificó la tecnología empleada en el secado de envases previo al fechado
Se cambió el uso de aire comprimido por turbinas de aire caliente mucho más eficientes.
Como parte de esta estrategia, se llevan a cabo políticas de recupero de calor de las purgas de las calderas y de los evaporadores de la planta de leche en polvo. También se gestionan las emisiones gaseosas directas e indirectas mediante su monitoreo, control e implementación de medidas e iniciativas tendientes a su reducción.
En este marco, la empresa logró reducir las emisiones de efecto invernadero y combatir el calentamiento global por el reemplazo de los combustibles fósiles, sin utilizar cultivos alimenticios mediante el acopio de aceite vegetal y lecitina en desuso para generar bioenergía.
Su portfolio también se vio modificado por esta estrategia con el lanzamiento de nuevos productos; cambios de sabores o de gramaje en los envases y demás modificaciones en el packaging que contribuyen con el cuidado del medio ambiente,
Además, sus envases Tetra Brik, poseen la certificación F.S.C. (Forest Stewardship Council) que valida que la materia prima procede de bosques gestionados a partir de prácticas sociales ambientalmente sustentables.
Promueve, además, la actividad lechera limpia a partir del proyecto Tambo Sustentable con el que ofrece ayuda a sus productores en el incremento sostenido y responsable de su productividad y se asegura la provisión de materia prima sustentable.
La iniciativa se complementa con el Plan Más Leche desarrollado con el objetivo de aumentar la producción de leche, e incrementar, en forma sostenible, la productividad de la compañía.
Con este fin, impulsa el desarrollo de nuevas cuencas lecheras y el fortalecimiento de los complejos productivos propios, y contribuye a aumentar la producción de los tambos a través de la aplicación de nuevas herramientas de gestión, tecnología y capacitación.
Los resultados
Hasta ahora, la firma logró que el 95,6% de sus envases sean reciclables, beneficiar a 336 productores y a 1500 trabajadores de tambos, tras haber generado vínculos comerciales con más de 550 productores a quienes les brinda asistencia técnica, capacitaciones y diferentes facilidades para el acceso a insumos y nuevas tecnologías.
Los ejecutivos de Mastellone consideran que si los tambos mejoran la productividad, la calidad de la materia prima que entregan y por ende su rentabilidad, el grupo se asegura la sostenibilidad de su actividad y el abastecimiento de leche.
Para profundizar en esta alianza económico-sustentable con sus abastecedores, llevó adelante el primer diagnóstico de sustentabilidad de tambos basado en tres ejes: productivo, social y ambiental.
“Los resultados obtenidos, permitirán definir una estrategia de colaboración entre la compañía y los productores. Nuestro objetivo es que aumenten la producción de leche, considerando los aspectos ambientales y sociales, para que el crecimiento alcanzado sea sostenible en el tiempo”, aseguran desde Mastellone.
Como parte de las herramientas implementadas para aumentar la producción se aplican planes como el de “Semen sexado” o “Crianza de primera”.
El apoyo a los tambos también es importante, ya que se invierte en tecnología y se le da apoyo financiero para la compra de insumos en agronomías locales, al mismo tiempo que se sellan convenios con proveedores. Los productores que aceptan la propuesta acceden a bonificaciones y precios especiales.
De este modo, se pretende disminuir el consumo de gas, electricidad o leña utilizados como fuente de energía para calentar el agua en el tambo, que sería reemplazado por energía limpia y sustentable.
“Estamos migrando hacia economías bajas en carbono, fuentes de energía más limpias, y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”, agregan desde la compañía.
Un ciclo completo
Mastellone lleva también adelante acciones de logística sustentable que generan mayor eficiencia energética y le permiten minimizar las pérdidas ocasionadas por caminos anegados debido a fuertes lluvias y los cortes de ruta que aumentan la cantidad de kilómetros recorridos.
Otro capítulo de este modelo de negocios se refiere a las políticas puertas adentro, para con sus empleados. En este marco lleva adelante el programa “Desarrollo Humano” que promociona la necesidad de crear valor compartido y bienestar entre su personal y los consumidores.
Además, aplica una gestión comercial que busca minimizar el impacto ambiental de los materiales de empaque, emisiones, efluentes y residuos.
Como parte también de estos 18 focos de acción sustentables, profundiza el desarrollo de alimentos nutritivos con nuevos lanzamientos e innovaciones en productos cada vez más sanos.
Complementa esta acción creando conciencia acerca de la incorporación de hábitos de vida saludable entre sus consumidores a través de varias acciones como el programa La Serenísima Va a la Escuela, o cerrando alianzas con profesionales de la salud que le permiten elaborar alimentos funcionales. Es decir, productos que contribuyen a reducir factores de riesgo de enfermedades.
En la actualidad, Mastellone procesa tres millones de litros de leche por día; factura $34.000 millones al año; exporta 45.000 toneladas de productos lácteos y cuenta con 3.685 empleados.
Tiene además 10 plantas elaboradoras, 13 centros de distribución y 63.000 puntos de venta, junto a 816 camiones de distribución y 139 de recolección, para sus seis unidades de negocios.
Para alinear los planes comerciales con el apoyo al medio ambiente creó un área de Gobernanza de Sustentabilidad y una Gerencia de Sustentabilidad, además de un Comité de Ética de Sustentabilidad. Esta estructura directiva toma decisiones estratégicas, aprueba las iniciativas a desarrollar y monitorea la gestión sustentable del negocio.
Su objetivo es ser la empresa láctea número uno a partir de la elaboración de productos, con niveles de eficiencia similares o superiores a los de los países más desarrollados en lechería.
“Promovemos la adquisición de hábitos de vida saludable y el desarrollo de alimentos innovadores, seguros y de máxima calidad. Damos respuesta a las necesidades nutricionales emergentes en cada etapa de la vida de nuestros consumidores”, finalizan desde la empresa.